❐ EVA ALCAYDE | 28.10.21
La diócesis de Valencia vivió el pasado sábado una noche santa con la presencia del Señor en las calles de Valencia por la Vigilia Nacional de la Adoración Nocturna Española y de la Adoración Nocturna Femenina Española.
Adoradores y abanderados de ambas entidades se congregaron en el Palacio Arzobispal desde casi una hora antes de que comenzara la vigilia.
Mientas esperaban al Cardenal Antonio Cañizares, se fueron organizando, poniéndose en fila con sus banderas blancas. Primero ANE Y ANFE de resto de España (Barcelona, Cartagena y Murcia, Ciudad Real, Cuenca, Madrid, Málaga, Mallorca y Menorca, Orihuela-Alicante, Onil, Plasencia, Segorbe-Castellón, Sevilla y Valladolid). Y después las secciones de la diócesis de Valencia.
La procesión de las banderas, que cerraba el consejo nacional y el consejo diocesano de ANE y ANFE y el Arzobispo, salió del Palacio Arzobispal y por la plaza de la Almoina se encaminó a la plaza de la Virgen. Continuó por calle del Miguelete para acceder a la Catedral por la Puerta de los Hierros.
Todo este recorrido se hizo al son de los toques de las campanas del Miguelete y con los cantos de los adoradores (‘Un pueblo que camina’, ‘Que alegría cuando me dijeron’ o ‘Juntos como hermanos’) que llamaban la atención a los transeúntes, especialmente a los jóvenes que se encontraban en la zona.
A las 22:00 horas en punto la procesión de las banderas entró en el templo y los adoradores se fueron instalando en los primeros bancos reservados para ellos, tras dejar las banderas en la Capilla de Santo Tomás de Villanueva de la Seo.
El Arzobispo fue recibido con aplausos, mientas avanzaba lentamente hasta el altar. Una vez los participantes se hubieron sentado, llenando completamente el templo, se inició el rezo del Rosario, conducido por María Carrascosa, que fue ofrecido por las vocaciones sacerdotales y por los frutos del jubileo del Santo Cáliz. Tras el rezo del Rosario, tuvo lugar la celebración de la misa jubilar, presida por el Cardenal Antonio Cañizares, y con la paticipación del coro del Seminario.
Pasadas las doce de la medianoche, comenzó la vigilia de oración nacional con la exposición del Santísimo, oficio de lecturas y meditación. Todo pudo seguirse por el streaming de la Catedral.
Un momento histórico
Uno de los momentos más esperados de la noche fue la solemne procesión Eucarística, que tuvo lugar tras la vigilia, con el Santísimo en la monumental Custodia de la Catedral.
La Custodia salió por la puerta románica de la Seo, con gran expectación y rodeadda de muchos adoradores que se apresuraban a tomar fotografías.
Fue un momento histórico y de una belleza singular, pues la Custodia, toda iluminada y llevada por diáconos y sacerdotes, refulgía en la noche valenciana. Iba precedida por todas las banderas de ANE y ANFE, adoradores y sacerdotes y cerraban la procesión el Arzobispo de Valencia con los sacerdotes concenlebrantes y la Banda Ejemplo Musical de Valencia.
La procesión eucarística fue solemne y emotiva. Avanzaba por la calles del centro histórico, mientras volteaban las campanas de la torre del Miguelete, acompañadas por el redoble de los tambores.
Los transeuntes se acercaban a la Custodia para tomar fotos y vídeos y los adoradores entonaban himnos eucarísticos, que resonaban en las calles estrechas de Ciutat Vella. Algunos edificios estaban engalanados con tapices, como el Arco de los Canónigos de la Catedral, o el Palacio de Colomina.
De la plaza de la Almoina, la procesión se encaminó a la plaza de la Virgen. Después, por la plaza de la Escolanía, para continuar por la calle de L´Almudí y llegar a la parroquia de San Esteban, donde también volteaban las campanas, creando un ambiente de lo más solemne.
La procesión continuó por la estrecha calle de los Venerables hasta la calle Palau. La Custodia entró de nuevo en la Catedral de Valencia por la Puerta románica de la plaza de la Almoina, al son del himno nacional y dejando una estampa única que fue aplaudida por los presentes.
Una vez en el interior de la Seo hubo adoración al Santísimo con todos los fieles de rodillas y bendición final del cardenal Cañizares.
La procesión eucarística fue un momento histórico, ya que era la primera vez en 49 años que la Custodia de la Catedral salía en procesión con el Santísimo, sin ser fiesta del Corpus Christi, algo que no sucedía desde el Congreso Eucarístico Nacional de 1972, que ese año también tuvo lugar en Valencia.