Desde hace unas semanas la guerra en Oriente Medio se ha recrudecido con el ataque de Israel al Libano en su enfrentamiento con Hizbulá. Un conflicto que vive sus momentos más intensos. En el Líbano se encuentra el misionero valenciano Juan Carlos Fuertes, natural de Albalat de la Ribera. Fuertes es hermano marista y director del Centro Fratelli, situado cerca de la ciudad de Sidón, la tercera ciudad más grande del Líbano.
CARLOS ALBIACH | 10.10.2024
En el Centro Fratelli, atendido por los maristas y por los hermanos La Salle, atienden y acoge a refugiados sirios y especialmente se encargan de la educación de los niños para que a través de la educación tengan un futuro mejor. Toda una herramienta socioeducativa y en un clima familiar. Sin embargo, a finales de septiembre y aunque se encuentra en una zona segura, tuvieron que cerrar. Desde allí oyen los bombardeos de los ataques. De hecho, desde el Líbano cuenta que ha habido días en que los escuchaban cada cinco minutos: “es terrible”. Él por el momento ha decidido permanecer en el país: “Nuestra misión es estar al lado de aquellos más vulnerables y entendemos que esta situación es una situación de vulnerabilidad. Entonces sabemos que este es nuestro sitio y hemos venido para echar una mano y para eso estamos aquí”.
“Hay que tener en cuenta que las que vienen aquí a Fratelli son refugiados sirios que viven aquí en casitas, de 15 o 20 metros, y están acogiendo a nuevos miembros en sus casas. Nosotros salimos, vemos lo que necesitan e intentamos echarles una mano. Pero nuestra idea es abrir cuanto antes el centro y que pueden venir los niños para jugar, correr y encontrarse unos con otros”, explica.
El misionero valenciano recuerda que en los últimos meses ya oían los aviones: “Veíamos que tanto Israel como el Líbano se estaban preparando para la guerra. Sin embargo, con ese ruido de fondo y ver a nuestros niños jugar y disfrutar aquí como si no hubiese un mañana ha sido todo un aprendizaje. Fíjate en que nos ocupamos los adultos y en que se ocupan los niños, en disfrutar, jugar. Este tipo de cosas para para mí es siempre es un punto de interrogación, que me ayuda a reflexionar sobre sobre qué es lo importante en la vida. Y en este lugar veo que puedo centrarme en lo importante”.
¿Y cómo lo está viviendo la población? El religioso comenta que las familias con las que tienen relación “ya tienen experiencia de haber huido de una guerra y lo viven con incertidumbre”. “Algunas nos decían, mira, ahora los bombardeos se acercan hasta aquí. Nosotros hemos huidos de nuestros pueblos y ahora dónde tenemos que ir. Mucha incertidumbre. Otros lo viven con inquietud. Por ejemplo, unos padres nos decían nosotros estamos acostumbrados a esto pero cuando escuchamos a nuestros niños llorar o tener miedo se nos hace difícil. Otros lo viven con mucha resignación. Pero me sorprende que la mayoría de ellos lo viven con una serenidad increíble. Tanto los que han huido como los que acogen lo viven con una serenidad increíble”, relata.
En cuanto a la situación del conflicto el religioso ve complicado por el momento la paz, puesto que “puede haber una ausencia de guerra pero la paz no se conseguirá hasta que se vaya a la raíz del problema, que viene de muchos años atrás”. Asimismo, reconoce que lo que se está viviendo estos días “es terrible con miles de muertos y heridos, de personas desplazadas, y más teniendo en cuenta que la mitad de la población, muchos de ellos refugiados, vive en la pobreza”.
Centro Fratelli
El religioso valenciano llegó al Líbano en marzo de 2022 al Centro Fratelli, un centro que ayuda sobre todo a refugiados sirios. Allí realizan actividades educativas, psicosociales y también hacen formación profesional. Al año atienden a cerca de 1.500 personas. En este tiempo ahí explica que ha sido una experiencia “excelente” porque trabajar aquí “es un continuo aprendizaje y sobre todo de humanidad”. “Aquí puedo decir que es verdad eso de que los pobres evangelizan y puedo mirar el mundo a través de los ojos de un niño pobre”, añade. z