L.B. /B.N. | 20-01-2017
“La persecución que sufren los cristianos es mayor e igual de cruel que la que se vivió en los primeros siglos de la cristiandad”. Así se manifestaba el papa Francisco desde su balcón en la plaza del Vaticano el pasado 26 de diciembre, festividad de san Esteban, considerado el primer mártir del cristianismo.
Y es que uno de cada seis cristianos en el mundo vive en países con persecución religiosa, lo que convierte al cristianismo en la religión más perseguida del planeta. 334 millones de cristianos viven en países de persecución y 60 millones en países con discriminación, según el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2016, que la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada presentó a finales del pasado año. Este informe es de carácter bienal y en él se estudia el cumplimiento de este derecho fundamental en todos los países del mundo y para todos los credos.
90.000 asesinados
El pasado año 2016 deja un saldo muy negativo en lo que a libertad religiosa se refiere. Y es que, según se desprende del informe elaborado por el Centro de Estudios Nuevas Religiones (Cesnur), 90.000 cristianos han sido asesinados en 2016 a causa de su fe. En total, un muerto cada seis minutos. Ellos, son los mártires de nuestros días.
Pese a las cifras, están por debajo de los 105.000 cristianos asesinados durante el año 2014. Bien es cierto, que del estudio se desprende que la mayor parte de estos cristianos no han muerto en Siria, Irak o en otros países de Oriente Medio sino en África.
Y es que esta cifra supone el 70% del total, es decir, 63.000 personas, fueron asesinadas en conflictos tribales en África.
El centro los incluye en la estadística porque consideran que en gran parte se trata de cristianos que se negaron a tomar las armas por razones de conciencia.
El otro 30%, que serían unos 27.000 muertos, murieron en atentados terroristas, destrucción de villas cristianas o persecuciones del gobierno, como en el caso de Corea del Norte.
Los datos recogidos por tres centros de estudios de EE.UU. así como por el Cesnur, estiman que entre 500 y 600 millones de cristianos no pueden profesar la fe de modo totalmente libre.
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