“Yo, Li Mingming, nacida en el dia 8 de septiembre de 1987, en la ciudad de Baiquan, provincia de Hei longjiang (China), hija de Jun Li y Qiuju Yang, pido el sacramento del bautismo, confirmación y la primera comunión para convertirme en hija de Dios”.
L.A. | 05.03.2021
Así comenzaba el expediente para la petición de sacramentos que llegó hace días al Arzobispado de Valencia procedente de la parroquia de la comunidad católica china de Valencia, Nuestra Señora de Sheshan. Lo firmaba una joven catecúmena, Li Mingming.
Y junto a este expediente, una carta de ella misma dirigida al Arzobispo que adjuntamos y que empezaba así. “Estimado señor Arzobispo Don Antonio: Mi nombre es Li Mingming, le escribo esta carta para pedirle que apruebe mi bautismo”. Más adelante, describía su vivencia de fe desde que allá en la lejana China comunista, “empezó a oír hablar de Dios”.
La misiva impresionó al cardenal, tanto que fue él quien no sólo aprobó que fuera bautizada sino que quiso ir personalmente él a conferirle los sacramentos que pedía esta joven a su misma parroquia, ubicada en el templo de Santa María Goretti, en la Gran Vía Germanías, de Valencia.
Li Mingming forma parte de los doce catecúmenos que se preparan en la parroquia, con catequésis en chino mandarín, para recibir el Bautismo el próximo domingo de Resurrección. Pero debido a motivos laborales, tiene que partir hacia Bolivia para vivir allí y quería viajar ya bautizada en su parroquia.
Así que el Arzobispo acudió sólo dos días después de recibir la carta a bautizar a su firmante. Fue el pasado sábado y se llevó la misiva a la parroquia, porque antes de oficiar la celebración, el Cardenal le pidió permiso a Li MingMing para poder leerla. Y así lo hizo con permiso de ella, ante la comunidad de chinos católicos en Valencia.
La celebración fue inolvidable “toda una fiesta para todos nosotros, que no pensábamos que viniera el Sr. Arzobispo”, señala el P. Esteban Liu. Se leyó el pasaje evangélico que correspondía, la Transfiguración del Señor, y el cardenal “nos explicó que lo mismo que le pasó a Jesús en esa transfiguración, hay almas que también cambian y se transfiguran” de alguna manera por obra de Dios, como le había sucedido a ella.
Así fue como esta joven china fue bautizada por el Arzobispo de Valencia con el nombre cristiano que ella misma había elegido: ‘María Goretti Li’.