Eva Alcayde | 5-12-2012
La comunidad terapéutica intrapenitenciaria que la Fundación Arzobispo Miguel Roca- Proyecto Hombre mantiene en el Centro Penitenciario de Picassent ha cumplido 10 años de historia. En este tiempo han pasado por el módulo 1 de la cárcel más de 1.000 internos y más de 300 han finalizado completamente el proceso de rehabilitación. Para muchos, ese módulo 1 es una tabla de salvación, una nueva oportunidad, una puerta abierta hacia nueva vida.
Besos y abrazos, fotos, recuerdos, muchos agradecimientos y sobre todo sentimientos y muchas emociones -contenidas y sin reprimir- fueron lo que compartieron una treintena personas que han pasado por la comunidad terapéutica intrapentenciaria de Proyecto Hombre y que ahora llevan una vida totalmente normalizada fuera de los muros de la cárcel.
Algunos siguen quedando de vez en cuando, otros no se habían visto desde que salieron de Picassent, así que la celebración de los 10 años de este programa de Proyecto Hombre fue una buena ocasión para compartir experiencias y recuerdos.
Gloria Remacha, socióloga y coordinadora penitenciaria del programa, felicitó a todos los que han concluido el programa. “Tenéis que estar muy orgullosos de lo que habéis conseguido”, les dijo a los ya han rehecho sus vidas. Y ellos, que tomaron después la palabra demostraron que pese a las dificultades el programa funciona.
Una joven quiso agradecer el “fuerte empujón para cambiar de vida”, que le brindaron en la Fundación Arzobispo Miguel Roca. Durante los dos años que pasó en la comunidad terapéutica, “el ejemplo de los compañeros que lo lograron, le animó a seguir adelante”.
Otra chica, emocionada, mostró su agradecimiento por “darnos la mano para volver a encontrar sentido a la vida”. Y un chico manifestó que “ahora estoy muy contento de llevar la vida que llevo. Creí en Proyecto Hombre y sigo creyéndomelo. En la cárcel debería haber más módulos como este”.
Para recordar los 10 años de historia del programa, proyectaron un montaje audiovisual con imágenes de las distintas actividades que a lo largo de este tiempo se han llevado a cabo. Una excursión a Peñagolosa, una visita al Oceanogràfic, una fiesta de Fallas, ver un entrenamiento del Valencia C.F., una salida Coves de Sant Josep, una celebración de Navidad, un paseo por el centro de Valencia… y un mensaje: “¡Gracias por ayudarnos a cambiar nuestras vidas!”.
Y al final, una sorpresa. Los internos del módulo 1 les enviaron mensajes desde el interior de la cárcel: “El cambio es posible…” “Espero lograr la meta…” “Aquí seguiremos peleando…” “Estamos aprendiendo muchas cosas buenas…” “Proyecto Hombre me ha dado soluciones…” “Enhorabuena por haberlo conseguido…” “Nuestro esfuerzo es nuestro futuro”.

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