L.B.| 15.12.22
El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, destacó que le gustaría ser recordado, al frente de la Archidiócesis, como “un Obispo cercano a todos los pueblos y parroquias, que anima a los sacerdotes y da testimonio del Evangelio en medio de la sociedad” y fijó como su primera prioridad “reencontrarme y resituarme” en la diócesis valentina.
En un acto celebrado el viernes 9 por la tarde en el colegio Jesús-María ‘Fernando el Católico’ de Valencia, el nuevo Arzobispo saludó a las autoridades civiles presentes y mantuvo un encuentro con los medios de comunicación, a los que agradeció la atención prestada a su nombramiento como arzobispo de Valencia y todas las noticias publicadas en estos dos últimos meses. “He respondido a todos los periodistas desde la sinceridad de mi corazón. Gracias a todos por esta cobertura informativa”, subrayó.
Su nombramiento como Arzobispo “no es solo importante para mí sino que también para toda la Archidiócesis de Valencia. Vengo como pastor de la Iglesia y mi servicio, desde mi misión pastoral, al servicio de la Iglesia y del Evangelio, y de toda la sociedad desde lo que nosotros somos, creemos y proponemos como mensaje para nuestro mundo”, manifestó.
Monseñor Benavent se mostró a disposición de los medios de comunicación y les pidió que sean “instrumento para informar sobre la Iglesia desde la verdad. En la Iglesia podemos hacer las cosas mejor o peor, pero siempre lo hacemos con buena intención, desde la verdad de nuestro corazón y de lo que creemos”.
Ser coherente desde la fe
Preguntado acerca de un diagnóstico sobre esta nueva etapa el Archidiócesis de Valencia, monseñor Benavent explicó que “en la Iglesia predicamos el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia, y esos son los valores fundamentales”. Además, “como profesor de Teología he intentado comprender la fe y desde esa comprensión, he intentado modelar mi manera de pensar. No intento comprender la fe desde una ideología sino pensar desde la fe y ser coherente desde la fe. Cada uno -cada párroco o pastor- tiene su estilo personal”, señaló.
Monseñor Benavent aseguró que le gustaría que le recordaran -cuando deje de ser arzobispo de Valencia- como “un Obispo que quiso a la diócesis, que se entregó por ella” y ha añadido que en Tortosa ha visitado “todas las parroquias y en el caso de las grandes, muchas veces”.
Sobre la situación actual en España, y en concreto sobre Cataluña, monseñor Benavent indicó que “ahora, gracias a Dios, la situación es un poco más tranquila. Los sentimientos identitarios cada uno los vive a su manera: donde una persona ve un peligro, otra puede no ver tanto peligro”.
La diócesis no es una empresa
La primera prioridad que se ha marcado el arzobispo de Valencia es “reencontrarse con la diócesis. Soy de aquí y menos los nueve años y medio que he estado en Tortosa, siempre he estado aquí. Pero en ese tiempo han pasado muchas cosas”, según monseñor Benavent, que añadió: “La diócesis no es una empresa, son personas las que trabajan en ella, sacerdotes, muchos seglares implicados en las parroquias y en las instituciones diocesanas”.
Además “existen unos retos comunes para toda la Iglesia, como es tener una presencia evangelizadora y acercarse a los sectores grandes que están alejados de ella. Me gustaría sentir a la Iglesia como una realidad que está cerca de las personas”, remarcó.
Otro reto sería “conseguir una mayor valoración de lo que significa la vocación sacerdotal hoy en día y cuidar la coherencia de nuestra vida con nuestra misión”.
Del mismo modo, otra prioridad es “el cuidado de las instituciones educativas que tenemos en la Iglesia puesto que son instrumentos para llegar a muchas familias, como también lo son los centros y residencias de la tercera edad de la Iglesia”.
Explicar nuestras razones
Monseñor Benavent apuntó también como reto actual “explicar por qué la Iglesia, en muchos temas, no piensa como la mayoría de la sociedad y la cultura dominante. Tenemos que explicar las razones de esa manera de pensar. La Iglesia no puede ser vista como una institución que dice ‘no’ a todo sino que dice ‘sí’ a la vida, ‘sí’ a las personas y, por eso, decimos no a ciertas cosas”.
En lo referente al misal en valenciano, el Arzobispo precisó que este asunto “hay que tratarlo desde una perspectiva pastoral” y la Iglesia “tiene que buscar instrumentos para llegar a las personas y ser amable para todas ellas. Hoy en día hay una sensibilidad diferente a hace más años”.
En la misma línea, monseñor Benavent recordó sus años como seminarista, en el Seminario de Valencia “hace más de cuarenta años, donde un día a la semana celebrábamos la liturgia en valenciano y eso continúa haciéndose. Me gustaría que el tema de la misa en valenciano dejara de ser un problema. Si alguien quiere hacer un bautizo en valenciano es un deseo legítimo. Busquemos los instrumentos para dar respuesta al deseo e interés legítimo de muchas personas”, aseveró.
Sobre los abusos sexuales y las medidas que adopta la Iglesia para acompañar a las víctimas, monseñor Benavent explicó que “en la Iglesia existen cada vez más protocolos y medidas más drásticas para evitar que esto pueda pasar y, sobre todo, para que si sucede, no se oculte. Hoy en día todos los Arzobispados y Obispados tenemos una comisión diocesana y una oficina diocesana donde se reciben posibles denuncias y desde la que se acompaña a las víctimas y se les ofrece asesoramiento y orientación jurídica y psicológica”.
Finalmente, destacó que “la Santa Sede nos marca a los Obispos unos protocolos muy estrictos sobre este tema y lo debemos de cumplir. La conciencia sobre la gravedad de este problema ha ido evolucionando en los últimos años, en la Iglesia y en la sociedad. Intentaremos actuar coherentemente”.
Vísperas en la capilla del colegio
A continuación, la capilla de Nuestra Señora del Socorro del colegio Jesús-María acogió la celebración solemne de las Vísperas presididas por monseñor Benavent, quien habló sobre la importancia para la diócesis de la figura de santo Tomás de Villanueva, “quien tuvo la inquietud de hacer bien su trabajo y convertirse en modelo para el rebaño”. “Esto lo vivo como una llamada a vivir con esa preocupación de llegar a ser modelo del rebaño, sabiendo que hay un Pastor supremo que me juzgará a mí. Yo lo hago con actitud de confianza en el Señor”, manifestó.
Monseñor Benavent también reconoció que para él “ser arzobispo de Valencia es una gran responsabilidad y un gran honor, pero para mí es una misión que he de vivir con la idea de que el Señor guarda a los sencillos. Que Dios me libre del gran pecado de la arrogancia”.
Tras concluir la oración, monseñor Benavent saludó personalmente a los asistentes entre los que se encontraban las religiosas de Jesús-María, profesores del colegio y antiguos alumnos del centro, así como trabajadores de la curia diocesana y representantes de distintas entidades.