CARLOS ALBIACH | 03.02.2022
La escalada de tensión entre Ucrania y Rusia ha despertado también la preocupación de los ucranianos en Valencia, que se han unido en oración por la paz. “Están preocupados, ya que puede ser una invasión total y destruir algunas ciudades”. Así se expresa el sacerdote responsable de la comunidad católica, Vasyl Boyko. Además, añade, “tienen preocupación por si llaman a los hombres a la guerra y no hay que olvidar que desde hace 8 años existe un conflicto que ha dejado muchas víctimas”.
“Nuestra esperanza es la diplomacia y la oración”, destaca el sacerdote de esta comunidad católica de rito oriental. De hecho, aunque estén lejos de su país no han dudado en unirse en oración desde Valencia y así lo hicieron el pasado día 26, día en el que papa Francisco convocó una jornada por la paz.
Lo hicieron en una oración presidida por el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, en la parroquia Ntra. Sra. del Pilar de Valencia.
Es en esta parroquia donde se reúne la comunidad católica ucraniana y desde hace unas semanas donde se ha erigido una parroquia personal para la comunidad greco-católica oriental de Ucrania en la archidiócesis de Valencia.
Esta parroquia personal, bajo la advocación de la Virgen del Amparo, ha sido creada por el ordinario para los fieles católicos orientales en España, el cardenal Carlos Osoro, en colaboración de la diócesis de Valencia.
En ella se reúnen varias veces a la semana a celebrar la eucaristía según su rito oriental y allí también hacen catequesis para niños y adultos, entre otras actividades.
Además promueven acciones caritativas en favor de las Cáritas ucranianas y sobre todo para ayudar a los niños huérfanos a causa de la guerra.
Oración por la paz
El arzobispo de Valencia también presidió una misa en la Basílica de la Virgen de los Desamparados en la jornada convocada por el Papa por la paz.
En ella defendió “la fuerza de la oración” ante la “situación delicada entre Rusia y Ucrania, en la que vemos con pavor la paz mundial amenazada, casi rota o a punto de romperse”.
Asimismo, invitó a “abrir las inteligencias y corazones a la concordia y a la búsqueda de soluciones justas, que nunca falte la solidaridad y la benevolencia, signo de humanidad, para las gentes que tienen que dejar sus tierras y huir en medio de grandes penalidades, y que no olvidemos a las víctimas, sobre todo a los niños y a las mujeres, y a tantísimos que están sufriendo ya los horrores de la guerra y la violencia”.
Además, el Cardenal invitó a orar “incesantemente y llenos de fe y confianza, para que se encuentren vías justas, pacíficas y humanas a los diversos y grandes conflictos que afligen hoy a la humanidad”. “Para que se esfuercen hasta la extenuación por construir la paz: no a la guerra, sí a la paz, todo se pierde con la guerra y todo se gana con la paz”, añadió.