Carla García Pérez, fallera mayor infantil de Valencia, realizando la ofrenda floral al final de la misa. FOTO: A.SÁIZ

B.N. | 25.03.2021
Hombre de “firmeza inquebrantable a Dios”. De esta manera describía el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, a san José en la misa celebrada en honor al santo patrono de la Iglesia universal en la Catedral de Valencia, en el día de la solemnidad el pasado 19 de marzo.

Ante la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, que había sido colocada en lugar preferente antes de la celebración, el Arzobispo destacó de San José su “fidelidad a prueba” y aseguró que fue “el hombre de la discreción, sin gestos populistas ni alharacas”, de igual manera se caracterizó por “sus principios firmes y válidos” en defensa de la vida y la familia, que le hacen ser “luz de esperanza hoy para todos nosotros”.

Precisamente, recalcó el Arzobispo de Valencia ese “hoy” porque ese 19 de marzo era el día después de la aprobación por el Congreso de los Diputados de la Ley de Eutanasia. Y resaltó que “San José es patrono de la buena muerte, nos abre a la esperanza, a pesar de que ayer fue día de duelo, insistió el Cardenal. Incluso introdujo una petición expresa de perdón a Dios para los diputados que la aprobaron y la aplaudieron largamente.

Por lo demás, “el patrocinio de san José es necesario para la Iglesia como empeño de renovación y de caminar por sendas de justicia y honradez, de reevangelización de países, como la nuestra, en los que la religión y la vida cristiana fueron florecientes y ahora están sometidos a dura prueba”.

El cardenal señaló que “necesitamos la custodia de san José que se identifica con los pobres, los desvalidos, los que sufren, los que están solos… No olvidemos que es también patrón de las misiones. Pienso de manera especial en aquellos países donde los cristianos están siendo duramente perseguidos y masacrados, ante la pasividad y silencio de quienes rigen los destinos de los pueblos. Invoquemos a san José en la tarea de cooperación misionera en que está comprometida nuestra Iglesia en Valencia”.

Intensidad religiosa
Durante la homilía, y en esta celebración josefina tan atípica, el arzobispo de Valencia, se refirió a la suspensión de las fallas, por la pandemia, y en especial de la ofrenda de flores solemne a la patrona, “un acto enteramente religioso, que está en el centro de la fiesta josefina. Celebramos la fiesta de san José, no con la solemnidad de otros años debido a la pandemia que nos acompaña y nos hace sufrir, sin embargo lo celebramos con intensidad religiosa, si cabe más honda y fecunda, puesto que este año la celebramos con especial gozo por el Año Jubilar dedicado a san José convocado por el papa Francisco con motivo del 150 aniversario de la declaración como patrono de la Iglesia universal”.

A pesar de la pandemia, afirmó, “no ha faltado el clamor ni el anhelo de Valencia por su Madre y por eso este año, “la diócesis ha previsto que la ofrenda de flores se haya hecho en las parroquias, a las que han acudido miles y miles de personas, como homenaje devoto de los hijos a la Madre”.

De igual manera “en estos tres últimos días por la visita de la Mare de Déu, Valencia se ha visto envuelta en una alegría y júbilo muy especiales”, en referencia a la visita que realizó la imagen peregrina de la patrona en el “maremóvil” a los barrios de la ciudad, para pasar junto a hospitales, asilos, residencias de mayores y cementerios, en respuesta “al clamor de los valencianos que anhelaban la visita de la Virgen, sobre todo a los enfermos y pobres, de los olvidados”.

La misa de san José estuvo organizada, como es tradicional cada año, por la Junta Central fallera, el gremi de Mestres Fusters y por la propia Catedral y contó con la participación de las falleras mayores de Valencia y de sus respectivas cortes de honor que al término de la misa realizaron la ofrenda de sus ramos de flores a la patrona ante su imagen peregrina.