REDACCIÓN | 04-10-2019
El Cardenal presidió la ordenación de los diáconos (FOTO: A.SÁIZ)
Fueron unas palabras emotivas e imprevistas, antes de impartir la bendición final en la solemne ordenación de 14 nuevos diáconos del pasado sábado. El cardenal Antonio Cañizares se dirigía a toda la diócesis representada en la Catedral abarrotada. “¡Hemos sido bendecidos por Dios con estos nuevos diáconos, dispuestos a servir, sobre todo evangelizando y mostrando siempre el amor de Jesucristo a los hombres! A toda la diócesis mi más cordial enhorabuena”.
El Arzobispo felicitó también expresamente a los rectores de los Seminarios, de la Inmaculada, Santo Tomás de Villanueva y San Juan de Ribera, a los familiares y también a los responsables del diaconado. El vibrante canto del himno de la coronación de la Mare de Déu dels Desamparats, acompañado al órgano, despedía la procesión de todos los concelebrantes con el Arzobispo.
Concluía así la ordenación de estos 14 nuevos diáconos, de ellos 8 “diáconos transitorios” -seminaristas que está previsto sean ordenados sacerdotes el próximo mes de junio- y los otros 6 “diáconos permanentes” -laicos solteros o casados que ejercerán el ministerio de forma permanente-.
Concelebraron cientos de sacerdotes, así como el arzobispo emérito de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, y monseñor Esteban Escudero, auxiliar de Valencia.
En su homilía, el cardenalCañizares desgranó las claves del servicio que asumen a partir de ahora los nuevos diáconos: “mostrar el rostro de Cristo sirviendo a los más pobres, olvidados y desheredados”, y también hacer “que la Iglesia llegue a todos, una Iglesia servidora, pobre y cuyos bienes son para los pobres”.
Además, “no olvidéis que este servicio, radical y gozoso, en obediencia plena a Dios, exigirá de vosotros la defensa arriesgada de los indefensos, la denuncia de la explotación de los débiles, la condena de la injusticia de los que oprimen”, añadió.
De igual modo, el titular de la archidiócesis pidió a los nuevos diáconos que “no cerréis vuestros oídos ante la llamada de los que están pidiendo ayuda, ¡Son tantas las ayudas que piden nuestro acercamiento servicial….! Servid con obras y palabras”.
Por otra parte, “hoy nos llega un especial llamamiento a ser evangelizados que no podemos dejar de atender en este mundo tan necesitado de Dios” y precisó el Arzobispo que “sería paradójico que una Iglesia llamada a servir a los hombres, no estuviera atenta a esta indigencia primera y principal del hombre”.
Por último, les recordó que “habéis sido elegidos para ser siervos y de un siervo lo que se pide y espera es que sea fiel”. A este respecto resaltó el Cardenal que “la fidelidad en los grandes momentos se demuestra en la fidelidad en las pequeñas circunstancias, en lo pequeño”. En la celebración, todos los diáconos fueron revestidos con estola y dalmática y recibieron la imposición de manos por el Arzobispo. Igualmente, se les hizo entrega del libro de los Evangelios y, a partir de su ordenación, se les ha encomendado el encargo de predicar la Palabra de Dios, administrar los sacramentos del Bautismo y del Matrimonio, ser ministros de la Comunión y presidir las exequias y bendiciones.
Los nuevos diáconos
Los seminaristas que recibieron la ordenación diaconal son: Enric Roig Vanaclocha, de Guadassuar, y Sergio Sospedra Iborra, de Silla, ambos del Seminario Mayor La Inmaculada en Moncada; Juan Brugarolas Brufau, de Valencia; Agustín Sancho Izquierdo, de Valencia, y Javier Navarro Quijada, de Albacete, seminaristas del Colegio de Santo Tomás de Valencia; y Alberto Giménez Pedraz, de Valencia; Borja Gau Orellano, de la Pobla de Farnals, y Félix Perona Esteve, de Paterna, del Colegio del Patriarca.
Por su parte, los diáconos permanentes ordenados son: Vicent Martí Andreu, de Xirivella; Mariano Ruiz Fajardo, de Loriguilla; Francisco Manuel Martínez López, de Alcoi; Carlos Jiménez Lackner, de Valencia; Antonio José Monfort Mulet, de Gata de Gorgos ; y Félix Villota Herrero, de Gandía.
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