Cáritas ha instalado a familias ucranianas en vividas cedidas por parroquias. FOTO: A.SÁIZ

❐ REDACCIÓN | 19.05.2022
Con la llegada de las familias desplazadas por la guerra en Ucrania, Cáritas Valencia se ha volcado en la acogida y el acompañamiento de un total de 24 familias que, después de pasar unas semanas en el centro de acogida provisional en Torrent, se han instalado de forma más estable en viviendas. En la actualidad, un total de 101 personas se encuentran en la ciudad de Valencia y en 15 localidades de la diócesis, en viviendas de Cáritas o cedidas por parroquias o miembros de las comunidades parroquiales.

En esas localidades son los voluntarios de Cáritas los que acompañan a las familias en su proceso de integración, facilitando la regularización de su situación, el acceso a la escolarización de los menores de edad (un total de 39 niños y adolescentes), su asistencia a clases de castellano o el conocimiento de los recursos disponibles en su entorno más cercano.

Agradecimiento
El obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros ha elogiado las ayudas recogidas hasta el momento por la diócesis de Valencia destinadas a Ucrania tras superar 1.200.000 euros. “Es admirable la generosidad de nuestros diocesanos”, indica Ros, quien ha destacado que “en nuestra diócesis Cáritas sigue trabajando con transparencia y eficacia y sin bajar la guardia en ningún momento”.

Los donativos directos a Cáritas ascienden a 720.376,92 euros, mientras que de la colecta del pasado 20 de marzo se han contabilizado 481.892,79 euros. En total, recaudado para Ucrania, 1.202.269,71 euros. Por ello, monseñor Ros agradece “vuestro compromiso y animación”.

“Es verdad que el volumen de emergencia ha bajado considerablemente, es mucho menor la presión en la acogida y mayor el esfuerzo de acompañamiento”, explica.

Ahora, “estamos a la espera de la resolución de las autoridades competentes para que todos nuestros acogidos tengan garantizadas sus necesidades y el acceso al mercado laboral”. En ese sentido, el obispo auxiliar apunta que “la emergencia pasa a acogida temporal y entra en la fase de acompañamiento a largo plazo, tarea que ya están haciendo con eficacia las Cáritas parroquiales”.

El conflicto en Ucrania “está teniendo consecuencias nefastas para la población. Alrededor de 10,5 millones -la cuarta parte de la población- está en situación de movilidad humana forzosa, tanto desplazados internos como refugiados”, añade .

“Cáritas está ahora en Ucrania y cuando se acabe el conflicto seguirá allí. La reconstrucción del país requerirá mucho tiempo y esfuerzo”, afirma Mons. Ros, pero mantenemos “el ánimo, la oración, la esperanza y el compromiso de servicio y entrega”.