Belén Nava | 2-06-2017
Este año, la Real Hermandad del Santo Cáliz cumple su primer centenario. Cien años en los que como cuerpo colegiado de la nobleza titulada valenciana, se ha encargado de promover el culto, la divulgación y estudios de investigación de la sagrada reliquia.
Un momento histórico fue cuando el rey Juan Carlos, siendo Príncipe de Asturias, ingresó en la Real Hermandad, el 29 de septiembre de 1953 junto a su hermano, el infante Alfonso.
Al iniciarse la idea de dar mayor y mas esplendoroso culto al Santo Cáliz de la Cena del Señor, que la Providencia trajo a esta ciudad, no podía faltar en ella la cooperación de nobles valencianos que acudiesen a este llamamiento; recordando que legendaria tradición nos presenta a esta insigne reliquia recibiéndolo por manera particular y apropiada de caballeros famosísimos de los siglos más heroicamente cristianos”. Así rezan las primeras constituciones de la ‘Real Hermandad del Santo Cáliz. Cuerpo de la Nobleza Valenciana’ aprobadas en diciembre de 1917 por el entonces arzobispo de Valencia, monseñor José María Salvador y Barrera, y que ahora celebra su primer centenario de vida.
La ‘Real Hermandad del Santo Cáliz. Cuerpo de la Nobleza Valenciana’ nace en el año 1917 cuando un grupo de ‘Títulos de la Nobleza Valenciana’, tomó la decisión de constituir una hermandad, que se denominó en su origen ‘Hermandad del Santo Cáliz. Cuerpo Colegiado de la Nobleza Titulada Valenciana’. Más tarde pasaría a ser Real cuando Alfonso XIII, aceptó ser su Hermano Mayor. La razón de ser de la creación de esta hermandad fue el traslado del Santo Cáliz desde su relicario en la actual sacristía a la antigua Sala Capitular de la catedral de Valencia, desde entonces denominada Capilla del Santo Cáliz.
El cambio de ubicación fue promovido por el entonces deán de la Catedral, José María Navarro Darás, a iniciativa del canónigo José Sanchis Sivera. También fue promotor de aquel traslado el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Valeriano Menéndez Conde, quien acordó con el Cabildo convertir la Capilla de las Reliquias en aula capitular nueva y la antigua aula capitular, en capilla para el Santo Cáliz. Finalmente, el Cabildo acordó el 3 de enero de 1916 que “el día de la Epifanía, 6 de enero, se saque el Santo Cáliz del Relicario y se coloque en el Altar” y que, por la tarde, “en solemne procesión claustral, sea llevado y colocado en su nuevo altar del aula antigua”.
De esta forma el sagrado vaso de la Cena del Señor, que desde 1437 estaba en la Catedral, depositado por Alfonso el Magnánimo, pasaría a ser expuesto al público para que se le pudiera manifestar devoción y culto de forma continuada.
Fin religioso y cultural
El fin primordial de la hermandad era -y es- religioso y cultural dando culto y guardia de honor al Santo Cáliz de la Cena del Señor, y también a sus excelsos patronos, la Virgen de los Desamparados y san Francisco de Borja. Celebrar sufragios por los hermanos difuntos y realizar estudios, investigación y divulgación sobre el Santo Cáliz. También un fin benefico-social para asistir a familias necesitadas. Finalmente, un fin corporativo para velar por el buen nombre y prestigio que a la calidad de sus miembros corresponde.
“En las primeras constituciones, se limitaron sus miembros a los títulos domiciliados en el antiguo Reino de Valencia, u originarios de la Corona de Aragón, y se formaron tres brazos: Caballeros, Damas y primogénitos de los títulos legalmente reconocidos”, explica Alonso García-Menacho Osset, secretario de la Real Hermandad.
Para adaptarse al paso del tiempo, las primeras constituciones han ido sufriendo distintas modificaciones. En primer lugar se dio cabida a otros títulos del Reino y posteriormente a otras corporaciones nobiliarias. Medio siglo después continuó la ampliación a todos los hijos de ‘Título del Reino’ y recientemente se han incluido otras dos Corporaciones nobiliarias de la época del Rey Alfonso XIII. “Todas estas ampliaciones siempre han tenido como guía mantener la idea primigenia de su creación, ampliando la posibilidad de dar un mejor y mayor culto al Santo Cáliz, razón fundamental de su existencia, sin perder nunca el carácter nobiliario que lo caracteriza y lo hace distintivo”, explica García-Menacho.
La Real Hermandad cuenta, desde 1999, con capellanes perpetuos siendo estos el canónigo celador del Santo Cáliz de la Seo, Jaime Sancho Andreu, y el rector de la catedral de las Fuerzas Armadas de Madrid, Calixto Carrasco y Rioja.
Además de ser guardia de honor del Santo Cáliz, la Real Hermandad impulsa su difusión y conocimiento; colabora con gran devoción y de manera desinteresada con el Cabildo Catedralicio en obras, mejoras y adquisiciones para la Capilla del Santo Cáliz. La Real Hermandad ha asumido a sus expensas, y colaborado en distintas obras y mejoras de la capilla, destacando ente otras la adquisición de la antigua lámpara de hierro forjado que estaba en la capilla, los bancos de madera destruidos y saqueados en la guerra civil, la instalación y arreglos necesarios del nuevo órgano, la restauración de las dieciséis esculturas del retablo que representan a los doce apóstoles y cuatro santos muy relacionados con Valencia (san Valero, san Vicente Mártir, el papa san Calixto II y san Lorenzo), o la sede litúrgica de estilo neogótico hecha con la madera del antiguo coro que fue utilizada por el papa emérito Benedicto XVI. Además, participa en la celebración de la misa del primer jueves de cada mes durante todo el año por los hermanos difuntos; y apoya materialmente con carácter benéfico a distintas instituciones valencianas muy conocidas como son El Cottolengo del Padre Alegre, la Soberana Orden de Malta, la Gran Asociación de Beneficencia de Nuestra Señora de los Desamparados o Casa Caridad, para satisfacer y ayudar a los más necesitados.
“Precisamente, y por ser su fin primordial la difusión y devoción al Santo Cáliz, se colabora de manera activa en cuantas acciones se promueven en ese sentido”, indica. En los últimos tiempos se ha participado en ciclos de conferencias sobre el Santo Cáliz, destacando el I Congreso Internacional ‘Valencia, la ciudad del Santo Grial’ de noviembre de 2008, y otras exposiciones sobre el Santo Cáliz, como fueron la realizada en La Font D’En Carròs o en el Palacio de El Almudín de Valencia.
Existe una delegación de la Real Hermandad del Santo Cáliz en Madrid y otra en Barcelona.

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