REDACCIÓN | 16.09.2021
La Catedral de Valencia acoge desde esta semana la exposición titulada “Cáliz de la Pasión”, organizada por el Centro Español de Sindonología (CES), con sede en Valencia, con la colaboración del Cabildo Catedralicio, que ha sido inaugurada por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares.
La muestra forma parte de las actividades programadas en el marco del Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Pasión.
El Santo Cáliz “se enmarca en el contexto de lo que fue la pasión de Cristo y con esta exposición se intenta dar una visión general de lo que fueron los instrumentos usados en la pasión y crucifixión de Jesús y las reliquias relacionadas con Jesucristo”, ha explicado Jorge Manuel Rodríguez Almenar, presidente del CES.
La exposición, de entrada libre e instalada en la nave lateral izquierda de la Seo, junto al acceso a la torre del Micalet, consta de 14 paneles explicativos, la mitad de ellos referentes al Santo Cáliz de la Última Cena que se venera en la Catedral, y los otros siete sobre otras reliquias relacionadas con la pasión de Cristo.
Igualmente, la muestra incluye una serie de piezas “muy interesantes y que llamarán la atención de los visitantes”, entre ellas, “una cruz de madera de tamaño natural, de 2,25 metros de altura, que se utilizó para hacer una película con realidad virtual en el Santuario de Torreciudad y que ahora es propiedad del CES”.
Otra de las piezas es una lámina con una reproducción a tamaño natural del “Santo Cristo de la Universidad de Córdoba”, obra del escultor sevillano Juan Manuel Miñarro, que representa a Cristo en la cruz “con todas las características que aparecen en la Sábana Santa”.
Igualmente se exponen otras dos obras de Miñarro: un busto con la reproducción del rostro de Jesús según la Sábana Santa pero sin heridas y la imagen yacente realizada a partir de la Sábana Santa, cedida por el Museo de la Pasión de Cabra (Córdoba), “una imagen a tamaño natural e hiperrealista, que llama mucho la atención por la reproducción y dureza de todas las heridas”, ha destacado Rodríguez Almenar.
También puede verse un diorama, o escena con figuras como en un belén, de la Última Cena “en el que se puede ver dónde estaban sentados Jesús, Juan, Judas y Pedro, y es muy original porque Jesús no estaba en el centro sino en una esquina”.
Otras piezas de la muestra son una reproducción de la corona de espinas hecha con Ziziphus spina-Christi “es decir, el arbusto con el que probablemente se hizo la corona que se colocó a Jesús, propio de Jerusalén”; una réplica del “flagrum” o flagelo usado para las flagelaciones por parte de los romanos; y una lanza romana del siglo I.
Completan la exposición tres réplicas, una de la Sábana Santa de Turín, otra del Santo Sudario de Oviedo y otra del Lignum Crucis de Santo Toribio de Liébana, y tres clavos: uno para poder ver como fueron, seguramente, los usados en la crucifixión, una reliquia de contacto del clavo que se encuentra en Roma y un tercero que es un fragmento de un clavo del siglo I.