REDACCIÓN | 09.09.2021
El inicio del nuevo curso en nuestra archidiócesis de Valencia trae importantes novedades, como reflejó en su comparecencia en el primer programa de “El Espejo de la Iglesia en Valencia”, de COPE, el pasado viernes el cardenal Antonio Cañizares, entrevistado por el director del espacio, Luis Agudo.
Al comenzar el curso, “es verdad que no podemos olvidar la pandemia del covid y sus consecuencias, pero tampoco las tragedias de Haití, en Afganistán y en Cuba y en tantísimos países latinoamericanos con esa invasión del comunismo que debiera hacernos pensar”, advirtió el cardenal.
En la realidad de nuestra diócesis, a comienzo de este curso, en sólo unas semanas, el Arzobispo promulgará las conclusiones del Sínodo Diocesano, para impulsar una Iglesia evangelizada y evangelizadora. Después de años trabajando en los Itinerarios diocesanos de Renovación, de Formación y de Evangelización, que culminaron en la asamblea general del Sínodo Diocesano el pasado mes de mayo, todo ello se va a concretar ahora, entre otras cosas, en la convocatoria de “una gran misión popular en todas las parroquias y en todas comunidades de vida cristiana y a todos los niveles”. Objetivo esencial: “volver a Dios, anunciar a Dios y llamar a la conversión”, algo para lo que el cardenal Cañizares pide “colaboración a todos”.
Y esto “va a ser para mí, junto con el Congreso de Laicos, la gran acción inicial del Sínodo Diocesano. Una gran misión al estilo clásico, una misión popular, que espero que todos acojáis con mucho ánimo y mucha esperanza. Yo también la tengo más que en ninguna otra acción. Además también es lo que Dios me pide y nos pide a todos”, aseguró el Arzobispo.
Libertad en la enseñanza
En la hoja de ruta, para este curso de la Iglesia en Valencia, además de las conclusiones del Sínodo Diocesano que aprobará el Arzobispo en unas semanas, con esa convocatoria a una gran misión y el Congreso Diocesano de Laicos previsto para noviembre, el cardenal Cañizares hizo especial énfasis en la cuestión educativa y la defensa de la libertad de enseñanza.
A este respecto fue especialmente rotundo cuando advertió que ni los contenidos ni los objetivos de las actuales leyes educativas contribuyen en nada a la concordia, ni a la convivencia, ni al respeto de los derechos humanos: “La escuela está al servicio de una sociedad en concordia, en convivencia y en respeto a los derechos humanos y a las libertades y por eso hay que educar con contenidos y objetivos. Hay que decir clarísimamente que los objetivos y contenidos que marcan las leyes, tanto desde el nivel prescolar como hasta la universidad, no van en esta dirección y así no vamos a ninguna parte, así nos hundiremos. Por eso tenemos que defender los contenidos y objetivos que realmente conduzcan a una verdadera humanización, a una unidad nueva, libre de toda ideología, no permitiendo adoctrinamientos, ni verse los colegios obligados por ley”.
La subida de la luz
También fue preguntado sobre el brutal aumento de las tarifas de la luz, que abordó en la entrevsita “porque ningún problema humano le es ajeno a la Iglesia”, tal y como señaló el Arzobispo de Valencia. A este respecto, llamaó a todos los fieles diocesanos a apoyar el trabajo de Cáritas Diocesana en defensa de los más vulnerables, más de 600.00 0 euros dedicó Cáritas Valencia a ayudar a los más vulnerables a afrontar el coste de la luz. Aunque también precisó el Cardenal que ese incremento de las tarifas, “que va a generar dramas aun mayores”, no es culpa en sí de las empresas eléctricas.
“Hay que defender a las familias y a las empresas ante lo que están sufriendo y van a sufrir todavía más por el tema de la luz. Las empresas hidroeléctricas no tienen culpa de esto, son unos parámetros y criterios que deben seguir, pero repercute en los usuarios. Por eso la tarea de Cáritas es admirable, como en todo lo que hace. Por ahí hemos de caminar, porque tanta subida de la tarifa de la luz puede generar mucha pobreza, muchas dificultades y muchos llantos. La Iglesia está ahí y yo estoy ahí, ciertamente”.
Despoblación rural
Preguntado también por el papel de la Iglesia ante el alarmante fenómeno de la “España vaciada” y el despoblamiento de nuestros pueblos de interior de la diócesis de Valencia, el Arzobispo anunció que la diócesis estudia abrir monasterios de vida contemplativa en esas zonas más despobladas, para fomentar luego peregrinaciones desde parroquias de ciudades.
“Este verano he estado visitando el Rincón de Ademuz y hemos pedido que venga allí una comunidad de religiosas de vida contemplativa, las cartujas de Belén, que estaban en Sigena. Hemos visto los terrenos con ellas para que allí se pueda edificar un monasterio. Estos lugares quieren convertirse en centros de peregrinación para encontrarse con Dios y para que el mundo cambie desde Dios. Que se vea realmente cómo Dios está ahí, como las comunidades contemplativas rezan por nosotros y contamos con el auxilio de Dios que nunca nos deja. Y es muy importante también para el futuro de nuestro mundo, un mundo menos egoísta y más fraterno, un mundo con la confianza, no en los logros y el dinero, sino con la confianza en Dios para quien nada es imposible”.
Incluso el propio Arzobispo está impulsando ya desde la Universidad Católica de Valencia y la CEU Cardenal-Herrera, con la Universidad Politécnica, -cuya colaboración ha elogiado- los primeros proyectos para fomentar cursos de formación y actividades en la zona.
“La Universidad Católica tiene proyectos para llevar a cabo en el Rincón de Ademuz, con la colaboración de la Universidad Cardenal Herrera y la Universidad Politécnica, que ha sido ejemplar y hay que reconocerlo y agradecerlo también públicamente. Realizar en esas zonas cursos de formación y actividades para que no queden despobladas. Ahí estamos, la Iglesia quiere estar a la vanguardia, no podemos dejarlos solos”.