B.N. | 25.02.2021
“Un sentido nuevo de presencia en la vida y en la Iglesia”. Con estas palabras definía, hace un año, monseñor Javier Salinas, obispo auxiliar de Valencia y responsable de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el Congreso nacional de Laicos ‘Pueblo de Dios en salida’, celebrado en Madrid, en el que tomaron parte más de 2.000 participantes procedentes de todas las diócesis españolas.
Para la diócesis de Valencia, este congreso suponía una continuidad a los trabajos que ya se estaban realizando a través de la comisiones sinodales preparatorias para el próximo Sínodo diocesano del mes de mayo.
Tras doce meses transcurridos y una pandemia que ha trastocado por completo nuestras vidas, monseñor Salinas hace balance de la experiencia vivida y asegura que este congreso ‘Pueblo de Dios en salida’ “no fue algo preparado por unos pastores para los laicos sino con los laicos”. Dirigido “como bien dice su nombre a un pueblo de Dios que está en salida y por tanto para todos los bautizados, pastores y consagrados… Era una invitación a caminar juntos. El camino si se realiza en solitario no tiene mucho recorrido. Los sueños solitarios al final acaban siendo casi fantasmas, sin embargo cuando se comparten con otros van adquiriendo fuerza y vigor”.
Para Amparo Estellés, delegada episcopal de Apostolado Seglar de la diócesis de Valencia, el congreso fue “una experiencia de la Iglesia que queremos ser, una experiencia de comunión muy especial”.
Ahora, echando la vista atrás, Amparo asegura que este congreso “ha supuesto un gran impulso para la visibilidad del laicado”. De igual manera, fruto de toda esta reflexión que se hizo “han habido ya dos acciones que se han llevado a termino. Por una parte la guía para el trabajo del post congreso en la que se recoge todas las aportaciones que se hicieron durante el congreso. Y por otra parte, se ha constituido el Consejo Asesor de Laicos, que tiene como tarea el coordinar todas las labores posteriores al congreso y a la vez servir de acompañamiento a las delegaciones diocesanas de apostolado seglar”.
La diócesis de Valencia “ya inició este camino de discernimiento y de sinodalidad”, reflexiona la delegada episcopal de Apostolado Seglar. “Fue una tarea de redescubrimiento de nuestra vocación bautismal y por lo tanto de nuestra vocación laical. Seguimos en ese camino desde la diversidad pero todo bajo la misma dirección”, explica.
El Consejo Diocesano de Laicos “está trabajando intensamente en la difusión y divulgación y reflexión de esa guía de trabajo. Además, como ya anunció nuestro Arzobispo, don Antonio, y estamos trabajando en la idea de celebrar un congreso diocesano de laicos”.
En definitiva, tal y como afirma Amparo Estellés, “queremos que el laicado sea capaz de descubrir cuál es su lugar por su condición de bautizado en la Iglesia y cuál es su tarea fuera de ella”.
Igualmente invita y anima “a que no se desperdicie ni se deje pasar todas esas iniciativas, todos esos proyectos, que vamos a ir ofreciendo”. Porque “todo esto se hace para ayudar en el crecimiento de todos, en el crecimiento personal como cristianos y también para ayudarnos a llevar el Reino a los ambientes donde nosotros nos desenvolvemos. En definitiva, a ayudar a construir ese pueblo de Dios en salida qué es lo que el Papa nos pide y qué es lo que todos deseamos”.