Eduardo Martínez | 28-02-2017
Jorge Manuel Rodríguez, junta a una copia de la Sábana Santa de Turín en la sede del Centro Español de Sindonología. (FOTO. A.SÁIZ)La investigación en torno a la Sábana Santa de Turín sigue arrojando datos que refuerzan la hipótesis de que el lienzo que se conserva en la catedral de la ciudad italiana pudo ser el que envolvió el cuerpo de Jesús en el sepulcro. El último estudio hecho público en esa línea es de Jorge Manuel Rodríguez Almenar, presidente del Centro Español de Sindonología (CES), entidad con sede en Valencia dedicada al análisis de las reliquias atribuidas a Cristo. Según el estudio de este experto –explicado por él mismo a PARAULA–, “la Sábana Santa, en su presentación anterior como ‘Imagen de Edesa’, fue el origen del retrato oficial de Jesús que se difundió a partir del siglo VI por toda la cristiandad, modificando el tipo de representaciones que había hasta ese momento de Cristo y generando un modelo universal copiado de la propia reliquia”. Aquellas ancestrales pinturas reproducían “similitudes asombrosas” con la Sábana Santa de Turín.
Rodríguez Almenar llega a esas conclusiones en su tesis doctoral ‘La Sábana Santa y sus implicaciones histórico-artísticas’, defendida hace unas semanas en la Universitat de València y por la que ha obtenido la máxima calificación, ‘summa cum laude’. Para ello, ha analizado decenas de imágenes de Cristo del primer milenio (el trabajo incorpora más de 200 ilustraciones), hasta constatar que a partir del siglo VI se produjo un cambio drástico en la iconografía cristiana, que repentinamente deja de reproducir imágenes de Cristo idealizadas y empieza a difundir masivamente retratos muy diferentes a aquellas, todos inspirados en la ‘Imagen de Edesa’, sobre la que el autor ha centrado su investigación académica.
Dicha reliquia, venerada en Edesa como auténticamente de Cristo –según describen varios documentos de la época– mostraba el rostro de Jesús en esa ciudad de la actual Turquía (hoy llamada Sanliurfa) durante los siglos VI al X. Según estudios de distintos autores, se trataría de la misma tela que con el paso de los siglos llegó a Turín y que hoy conocemos con el nombre de ‘Sábana Santa’. En aquel periodo de la Alta Edad Media, “sólo era expuesta la zona de la cara, probablemente por un motivo de pudor, por estar el resto del cuerpo desnudo, algo insólito en la iconografía cristiana antes del siglo X”, precisa. En este sentido, el presidente del CES argumenta que es significativo que en documentos de aquella época se refieran a la Imagen de Edesa como ‘tetradiplon’ (‘doblado en cuatro’ o ‘en cuatro dobles’, en lengua griega) y que si se efectúa ese tipo de pliegue en la Sábana de Turín queda a la vista precisamente el rostro y oculto el resto.
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