E. MARTÍNEZ | 8-10-2014
Don Antonio, en el momento en el que se sienta en la cátedra y se convierte en el nuevo arzobispo de Valencia. A la derecha de la imagen, su predecesor, monseñor Carlos Osoro. A.SAIZ
En el momento álgido de la toma de posesión de la archidiócesis de Valencia por parte del cardenal Antonio Cañizares, un detalle que pasó desapercibido para muchos concentraba en sí una enorme carga de significación. El momento fue aquel en el que el purpurado se sentó en la cátedra, una vez el nuncio del Papa en España, monseñor Renzo Fratini, le acababa de entregar el báculo. En ese justo instante de tomar asiento, don Antonio se convertía en el nuevo arzobispo de Valencia. Y el detalle inadvertido fue que aquél no era, ni mucho menos, un báculo cualquiera: era el que sus condiscípulos le regalaron en Ávila el 25 de abril de 1992, el día que recibió de manos del nuncio de entonces, monseñor Mario Tagliaferri, la ordenación episcopal.
El nuncio del Papa, monseñor Renzo Fratini, entrega el báculo al cardenal Antonio Cañizares. A.SAIZ
Así que, veintidós años después, ese báculo que en su día parecía representar el alejamiento definitivo de don Antonio de tierras valencianas, ahora pasa a simbolizar su regreso a la diócesis que le vio nacer para, además, gobernarla -como él mismo está diciendo estos días- “hasta dar la vida”.
Antes del comienzo de la ceremonia, el purpurado había sido recibido por el Cabildo de la Catedral en la Puerta de los Hierros. Allí, el nuncio del Papa presentó al arzobispo electo al deán de la Seo, Emilio Aliaga, que le ofreció la Vera Cruz y luego el agua bendita para asperjarse a sí mismo y a los presentes.
Luego, el cardenal Cañizares acudió a la capilla del Santo Cáliz para rezar ante la reliquia y, tras ello, comenzó una impresionante procesión de entrada, con cientos de sacerdotes en dos filas y el canto ‘Pueblo de reyes’ interpretado por la Coral Catedralicia y los miles de fieles que se habían dado cita, abarrotando el templo.
La primera parte de la ceremonia fue presidida por monseñor Fratini, hasta el momento en el que el cardenal Cañizares tomó asiento en la cátedra valentina. En ese instante, los presentes dieron un largo aplauso al nuevo arzobispo de Valencia. Fue especialmente emocionante ver junto a él a monseñor Carlos Osoro, su antecesor, participando de los honores hacia el nuevo pastor de la diócesis valentina.
En su homilía el cardenal Cañizares afirmó que quiere vivir “sin buscar para nada reconocimientos de ningún tipo ni defendiendo ningún interés que no sea el del Evangelio y la atención a los hombres, especialmente a los predilectos del Señor, que son los pobres, los últimos, los pecadores, los indefensos, las víctimas de cualquier violencia o agresión, los enfermos, los débiles y sencillos”.
En esa primera misa como arzobispo de Valencia, don Antonio ya tuvo un primer gesto en ese sentido, al invitar a ocho ancianos sin recursos, acogidos en la residencia de San Antonio de Benagéber. Todos ellos se sentaron junto a los bancos de las autoridades y hacia todos ellos bajó el nuevo pastor diocesano a dar la Comunión.
[su_box title=»Cinco cardenales, catorce arzobispos, 34 obispos y cientos de sacerdotes» style=»soft» box_color=»#0d34d1″ title_color=»#ffffff»]La misa de la toma de posesión del cardenal Antonio Cañizares estuvo concelebrada por cinco cardenales, catorce arzobispos y 34 obispos, además de cientos de sacerdotes de la diócesis.
Procesión de entrada de la misa de toma de posesión, en una Catedral abarrotada el pasado día 4. A.SAIZ
La misa estuvo presidida por el nuncio del Papa en España, monseñor Renzo Fratini, en el inicio de la celebración, hasta el momento que ha tomado posesión el cardenal Antonio Cañizares.Concelebraron los cardenales Antonio María Rouco Varela, arzobispo administrador apostólico de la diócesis de Madrid; Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima; el cardenal Santos Abril Castelló, arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma; el cardenal Manuel Monteiro de Castro, penitenciario mayor emérito de la Penitenciaría apostólica y el cardenal José Manuel Estepa Llauréns, arzobispo emérito castrense.
Asimismo, participaron también el arzobispo electo de Madrid, monseñor Carlos Osoro; el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río; el arzobispo secretario de la Congregación para el culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, monseñor Arthur Roche; el arzobispo Secretario de la Congregación para el Clero, monseñor Celso Morga y el arzobispo y nuncio Apostólico en Kazakhstan, Kyrgyzstan y Tadjikistan, monseñor Miguel Maury.
Igualmente, concelebraron los obispos de Burgos, monseñor Francisco Gil; de Mérida-Badajoz, monseñor Santiago García Aracil; de Urgell, monseñor Joan Enric Vives; de Santiago, monseñor Julián Barrio; de Tarragona, monseñor Jaume Pujol; de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez; de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña; de Oviedo, monseñor Jesús Sanz y de Pamplona y Tudela, monseñor Francisco Pérez.
Además, participaron los obispos de Ciudad Real, Ávila, Coria-Cáceres, Cuenca, Vic, Teruel y Albarracín, Plasencia, Ibiza, León, El Callao (Perú), Lleida, Málaga, Tenerife, Sant Feliu de Llobregat, Albacete, Segorbe-Castellón, Segovia, Asidonia-Jérez, Córdoba, Cartagena, Terrasa, Orihuela-Alicante, Palencia, Tortosa, Ebebiyin (Guinea Ecuatorial), Guadix, Huelva y Cádiz Ceuta.
Por otro lado, concelebraron también los obispos eméritos de Sigüenza-Guadalajara, Orihuela-Alicante, Chapapoyas (Perú), así como los obispos auxiliares de Barcelona, Toledo y Getafe.
Autoridades civiles
En la eucarístía también estuvieron presentes autoridades políticas como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; el president de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Serafín Castellano y el presidente de Les Corts, Juan Cotino.
Entre otras autoridades políticas, académicas y militares se encontraban también los exministros José Bono y Ángel Acebes, así como los expresidentes de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps y Eduardo Zaplana. Asistieron también repre[/su_box]
[su_box title=»El Papa: “Está colmado de singulares dotes humanas, cristianas y sacerdotales”» style=»soft» box_color=»#0d34d1″ title_color=»#ffffff»]El papa Francisco asegura en las Letras Apostólicas del nombramiento del cardenal Antonio Cañizares como arzobispo de Valencia, que el purpurado “está colmado de singulares dotes humanas, cristianas y sacerdotales”.
Jorge Miró enseña las Letras Apostólicas. S.MARTOS
Las Letras Apostólicas fueron leídas por el canciller secretario general del Arzobispado, Jorge Miró, al inicio de la eucaristía de toma de posesión y tras mostrarlas al colegio de Consultores. En ellas el Papa comunica que “después del traslado del venerable hermano Carlos Osoro Sierra a la sede metropolitana de Madrid” determina que la sede valentina tenga “un nuevo y válido pastor que le apaciente según el corazón de Jesús, Buen Pastor”.
En el documento el Papa también afirma que el cardenal Cañizares tiene “excelente doctrina y gran experiencia que han conseguido guiar por los caminos del Evangelio la grey abulense, granadina y toledana así como ejercer prudentemente el cargo de prefecto para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos”.
Igualmente, el Pontífice exhorta a los fieles valencianos a que “secundéis asiduamente los saludables preceptos de Cristo” como señala el lema episcopal del cardenal arzobispo de Valencia, ‘Hágase tu voluntad’, según el Papa, que invoca para ello “la intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de los Desamparados y de los santos Vicente Mártir, Vicente Ferrer, Tomás de Villanueva y Juan de Ribera”.
Además, el papa Francisco se refiere a la sede valentina a la que define como “desde antiguo eminente tanto en ilustres testigos de la fe, cuanto en testimonios eximios de religión cristiana”. [/su_box]
Texto íntegro de la homilía del cardenal Cañizares en la misa de su toma de posesión

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