La visita de la cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) a la archidiócesis de Valencia supuso un hito inolvidable para multitud de jóvenes valencianos. Su estancia de una semana, del 11 al 17 de febrero de 2011, entre nosotros fue seguida muy cerca por miles y miles de personas, la mayoría de ellas jóvenes, que tomaron así el testigo de tantas generaciones que trasladan la cruz -y el testimomio cristiano que representa- por los países donde se celebran las JMJ, desde que el papa Juan Pablo II la regalara a los jóvenes en los años 80.
El testigo de esta ‘antorcha de los jóvenes’, como también se la llama, lo cedió a Valencia la diócesis de Segorbe-Castellón el día 11. La cruz fue recogida, en concreto, en la localidad de Onda, y desde allí fue transportada a Valencia en furgoneta. En la plaza del Arzobispo, donde había de ser descargada, aguardaban cientos de jóvenes con impaciencia, entre gritos como ‘¡Ésta es la juventud del Papa’, tan escuchado en las propias JMJ.
La llegada de la cruz a la plaza, situada frente al Palacio Arzobispal, fue acogida con un largo aplauso. Se inició entonces un recorrido procesional hasta la Catedral. Durante la marcha, numerosos jóvenes portaron, además de la cruz, el icono de ‘Maria, Salus Populi Romani’, que la acompaña en las JMJ. Varios jóvenes llevaron también durante la procesión antorchas y palmas. En la marcha participó, además, la banda de tambores y cornetas de la Hermandad de la Crucifixión del Señor de la Semana Santa Marinera de Valencia.
Fue el preludio de siete intensas jornadas de recorrido por Valencia, Gandia, Requena, Utiel, Xàtiva y Alcoi, con la cruz de Cristo como centro de todas las miradas y estímulo de fe, esperanza y caridad.
Aquí está un enlace con vídeos para recordar aquellos momentos tan especiales.