L.B. | 22-11-2018
Presentación sobre las condiciones de trabajo de las mujeres migradas trabajadoras del hogar y del cuidado de personas.
(FOTO: A.S.)‘Visibilizar lo invisible’ es el objetivo que persigue el informe que, con el mismo título, presentó un equipo del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) sobre las condiciones de trabajo de las mujeres migradas trabajadoras del hogar y del cuidado de personas.
El informe identifica situaciones de vulneración de derechos de las mujeres empleadas del hogar y dedicadas al cuidado de personas -niños y ancianos-, muestra las desigualdades a las que se encuentran sometidas, y pone de relieve el esfuerzo de organización y denuncia que están llevando a cabo para mejorar su situación y lograr su integración como ciudadanas de pleno derecho.
El estudio ha sido realizado mediante encuestas y entrevistas a mujeres de catorce nacionalidades diferentes, que reciben atención en cuatro entidades del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM): la Asociación Claver (Sevilla), la Fundación Social Ellacuría (Bilbao), el Centro Pueblos Unidos-Fundación San Juan del Castillo (Madrid) y la Fundación Red Íncola (Valladolid).
En la presentación, que tuvo lugar en el Centro Arrupe de Valencia el pasado jueves 15, intervinieron Flor Rodríguez, de Mujeres en Acción; Sylvia Villalba, técnico socio-laboral de la Asociación Claver, de Sevilla; y José Antonio Manuel, de Cáritas Diocesana de Valencia.
Tras enumerar las situaciones que más preocupan a las empleadas de hogar, Sylvia Villalba destacó que las vulneraciones de derechos recogidas en el informe no se limitan al ámbito laboral. “Hay muchas situaciones de subordinación, explotación y un sinfín de casos de violencia que, por darse en el ámbito privado, muchas veces son silenciadas y, si se denuncian, son difíciles de demostrar”, subrayó Villalba, quien también puso de manifiesto cómo a veces las mismas trabajadoras tienen dificultades en reconocer esas situaciones de abuso.
Por su parte, José Antonio Manuel, después de reconocer que las reclamaciones mencionadas y las situaciones de precariedad denunciadas en el informe coinciden con las que han podido constatar desde Cáritas, destacó la importancia de este sector que “no es ni mucho marginal sino que sostiene el corazón de nuestra sociedad”.
Igualmente puso de manifiesto el peligro que supone que se dé una “normalización” de la vulneración de los derechos laborales, favorecida por la situación legal muchas veces irregular de las mujeres, y subrayó la importancia de la mediación para que las mujeres accedan a estos trabajos en condiciones normales.
Por último, Villalba hizo hincapié en que el estudio llevado a cabo “abre una puerta a la esperanza porque pretende dar a conocer a las mujeres su situación, sus derechos, así como mostrarles las asociaciones que les pueden ayudar, tanto asesorándoles como formándoles”. Igualmente manifestó su esperanza de que el informe “contribuya a mejorar el conocimiento de esta realidad entre la ciudadanía en general, entre entidades de atención social, así como entre los empleadores y sus familias”, para que de este modo “puedan mejorar las condiciones de las empleadas del hogar, se valore su trabajo y se lleguen a equiparar sus derechos y condiciones laborales a las de cualquier otro trabajador” .