“Este día sacerdotal tiene como marco la ciudad de Valencia, de arraigadas tradiciones eucarísticas y sacerdotales, con su belleza y colorido, su personalidad y rica historia romana, árabe y cristiana; sobre todo en sus grandes figuras sacerdotales: san Vicente Ferrer, santo Tomás de Villanueva, san Juan de Ribera”
San Juan Pablo II en Valencia el 8 de noviembre de 1982
❐ CARLOS ALBIACH | 03.11.22
El 8 de noviembre de 1982 Valencia vivió un acontecimiento para la historia: la primera visita de un Papa a tierras valencianas. Juan Pablo II, 40 años después ya san Juan Pablo II, dentro de su visita apostólica a España llegó a Valencia en un día emocionante e intenso que sigue recordándose con emoción en los que fueron testigos directos del gran acontecimiento.
El Papa Santo, el Papa peregrino, el Papa de los jóvenes y de las familias llegó a las 8:50 h al aeropuerto de Manises y comenzó una jornada maratoniana en la que visitó la Catedral, donde veneró el Santo Cáliz, y la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Además tuvo encuentros con los ancianos, los sacerdotes y los seminaristas. El plato fuerte de la visita fue la ordenación de 141 sacerdotes en una misa multitudinaria en la Alameda. Un gesto inolvidable fue la voluntad del Papa de acercarse a los damnificados por la recientes inundaciones y la pantanada de Tous.
Ante el Santo Cáliz
Tras aterrizar en el aeropuerto de Manises, donde fue recibido por el entonces arzobispo de Valencia, Mons. Miguel Roca, el pontífice emprendió el camino hacia la Catedral, su primera parada en Valencia. A lo largo del recorrido fue aclamado por valencianos, muchos con pancartas, que querían ver al papa polaco de cerca. Un gesto improvisado fue que al paso por el puente de Xirivella, donde se había alzado una cruz conmemorativa de la visita, el Papa quiso bajar para bendecirla y saludar a las personas allí congregadas.
A las puertas de la Catedral el alcalde la ciudad, Ricard Pérez Casado, le entregó las llaves de la ciudad. Para celebrar su llegada, además de bandas de música, se encontraba una ‘muixeranga’ de Algemesí y los tradicionales gigantes y cabezudos.
Ya en el interior de la Seo primero oró ante el Santísimo Sacramento en el altar mayor y pudo venerar el Santo Cáliz y firmó en el libro de oro de la Cofradía del Santo Cáliz, cuya página, adornada con una imagen de la Virgen, el escudo papal y la santa reliquia, es todo un recuerdo de la visita hoy en la Catedral.
Ese mismo día se convertiría en el primer Papa en celebrar con el Santo Cáliz. Lo haría en la misa multitudinaria de las ordenaciones sacerdotales celebrada en la Alameda.
Encuentro con los ancianos en la plaza de la Virgen
Tras la visita a la Catedral, el Papa pudo visitar la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Allí, con el canto de la Escolanía de fondo, se arrodilló en el presbiterio ante la imagen de su querida Madre, a la que siempre se confió y se podía ver en el lema de su pontificado. Tras este rato de oración salió a la plaza, que lucía un tapiz floral que representaba al propio Papa ante la Virgen. Allí le esperaban los ancianos, a los que dirigió unas cariñosas palabras: “Por ello me inclino ante vosotros e invito a todos a manifestar siempre la reverencia afectuosa que merecen quienes nos han dado la vida y nos han precedido en la organización de la sociedad y en la edificación del presente”. “Ante este santuario de la Madre común de los Desamparados os saludo con especial afecto, personas de la tercera edad. Y me alegra que este encuentro tenga lugar aquí en Valencia, tan ligada a una figura muy querida esta ciudad y en España: santa Teresa Jornet Ibars, fundadora de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que, junto a otros institutos y personas, tanto se han prodigado y se prodigan a favor de la tercera edad”, destacaba el Papa.
Con las víctimas de la ‘pantanada’
El 20 de octubre de 1982 la comarca de la Ribera sufrió fuertes inundaciones debido a la rotura de la presa de Tous, lo que se conoce como la ‘pantanada de Tous’. El Papa, tras conocer estos duros acontecimientos, en los que se vieron afectados miles de personas, quiso tener un gesto de cercanía con ellos en su visita. Juan Pablo II, antes de abandonar tierras valencianas, se acercó hasta la ‘muntanyeta’ donde está el santuario de la Virgen del Lluch, allí colgaba una gran pancarta que decía ‘Tú eres Pedro’. El Santo Padre tras orar en el interior del templo se dirigió a las miles de personas llegadas de localidades cercanas: “Esta visita quiere ser un signo de mi cercanía y solidaridad con vosotros en momentos de dolor. Mi presencia quiere ser también una muestra de aprecio por la solidaridad que hasta ahora se os ha mostrado y que confío continuará en cuanto sea necesario, pues sobre todo para el hombre necesitado los demás deben ser hermanos. La caridad y el sentido humanitario no pueden permanecer indiferentes ante la muerte y destrucción”. La visita dejó una gran huella en esta comarca.
CON SACERDOTES Y SEMINARISTAS EN EL SEMINARIO DE MONCADA
Ocho mil sacerdotes y seminaristas llegados de toda España tuvieron un encuentro con Juan Pablo II en la iglesia del Seminario Mayor de Moncada. El Santo Padre, que comió allí paella valenciana, fue recibido con bailes regionales y por los vecinos de la localidad, que no dudaron en salir a la calle a recibirle. En sus palabras mostró gran cercanía con los sacerdotes: “Sois los preferidos, los íntimos del Señor. En la sociedad del siglo XX, sois los primeros amigos de Jesús en tierra española. No olvidéis esta realidad, cuando el humano cansancio, el dolor, la soledad o la incomprensión de los otros pueda rebajar vuestro entusiasmo o poner una duda en vuestro espíritu”. “Hay muchísimas personas, familias y grupos que esperan lo que vosotros podéis dar: la palabra de salvación, los sacramentos, el amor de Cristo, la orientación hacia una vida más moral y humana”, añadió.