❐ SERGIO BENAVENT | 29.07.2022
La Iglesia Jesuitas Valencia prosigue con el proceso de restauración integral que comenzó hace dos años y en el que se va a recuperar el templo para darle una nueva vida. De esta manera se recuperará, en un mismo espacio, el culto, la pastoral, la música, la cultura o la didáctica.
El edificio, ubicado en la recientemente creada calle Padre Pedro Arrupe, afronta ahora el inicio de una nueva etapa, en la que se acometerá la restauración de las vidrieras y del órgano centenario. Se trata del conjunto de cristaleras policromadas “más grande de toda la Comunidad Valenciana” tal y como apunta Xavier Laumain, arquitecto responsable de la restauración global del templo. En total son 272 m2 de vidrios, distribuidos en 77 vitrales que fueron elaborados en el taller del maestro artesano J. Muria. “Es una arquitectura muy ligera, muy abierta, y eso implica que haya mucho hueco” apunta.
El paso del tiempo ha afectado de forma negativa a la conservación de las mismas. “Se han perdido vidrios y se han doblado” por lo que ahora se tienen que restaurar de manera íntegra. Para poder realizar dicha restauración las piezas se desmontarán, una por una, y se trasladarán hasta el taller donde se rehabilitarán. Una vez acabadas, se volverán a instalar en el templo. Para este trabajo se ha confiado en el equipo de Ximo Roca, un restaurador especializado en vidrieras, en sus técnicas y materiales.
“El gran número de vidrieras que tiene el templo obliga a realizar la restauración en diferentes lotes, poco a poco, desmontando unas pocas inicialmente para ir avanzando a medida que las cristaleras se vayan instalando de nuevo”, apuntan desde la Iglesia Jesuitas Valencia. “El proceso es delicado, laborioso y complejo. Hablamos de una intervención que superará el año de trabajo”, comenta Laumain.
De igual manera, los huecos dejados por las vidrieras que se vayan restaurando se protegerán para que el edificio pueda seguir utilizándose en las diferentes actividades pastorales, musicales o culturales que acogerá el espacio durante ese largo periodo de tiempo.
A las complicaciones técnicas que suponen los trabajos de rehabilitación, el proyecto añade las dificultades económicas. “Toda restauración artesanal y específica no es barata”, confiesa el arquitecto, “pero tenemos claro que aquí disponemos de una joya patrimonial y por ello todo lo tenemos que hacer muy bien”. El presupuesto global de la restauración de los vitrales supera en mucho los 100.000 euros, una cantidad que se necesita recaudar para poder ir avanzando en el proceso.
Micromecenazgo
La Iglesia Jesuitas Valencia lanzará en las próximas semanas una campaña de micromecenazgo o ‘crowdfunding’ con la que se pretende conseguir una parte de la financiación necesaria para realizar los trabajos. “La colaboración económica de cualquier persona amante del patrimonio valenciano será bienvenida para poder cumplir con los plazos previstos en la restauración. Sin dinero, será difícil que se pueda avanzar en el proceso”, apuntan.
Se trata de una propuesta abierta, tanto a particulares como a empresas o instituciones, que estén dispuestas a ayudar económicamente en la restauración, con los consiguientes beneficios fiscales. Así, se podrá “apadrinar” una vidriera en concreto, una parte de la misma o incluso un grupo de vitrales, como los que están presentes en la capilla de la Inmaculada.
Todos los elementos se van a restaurar – o ya se han restaurado- “respetando las técnicas tradicionales y siguiendo las reglas del arte”, insiste Xavier Laumain, que se muestra muy satisfecho por cómo está desarrollándose el proceso de restauración integral de la Iglesia Jesuitas. “Valoro de forma especial todas las facilidades que están dando desde la Compañía de Jesús para poder llevar a cabo la obra como toca. Tenemos la suerte de poder elegir a la persona más indicada para cada trabajo, no a la más barata o a la más rápida, sino a la más idónea para restaurar cada elemento”, concluye.
Último órgano de Pedro Palop en Valencia
La segunda fase de restauración de la Iglesia Jesuitas Valencia también incidirá sobre el órgano que “necesita una intervención más ligera, de limpieza y restauración puntual”, señala Xavier Laumain. El taller del maestro organero Frédéric Desmottes será el encargado de acometer la nueva puesta en uso del órgano, un instrumento que fue regalado a la capilla en 1921 por la Asociación de Antiguos Alumnos de Jesuitas con motivo de la celebración del 50 aniversario de la fundación del antiguo Colegio San José en Valencia. En abril de 2021, en plena pandemia, el órgano cumplió 100 años desde su construcción y montaje por parte de Pedro Palop. Es la única pieza que se conserva en la ciudad del último gran organero valenciano.
Todo el trabajo de rehabilitación del órgano no se puede hacer ‘in situ’ por lo que se va a desmontar completamente y se llevará al taller del maestro, en Cuenca, donde se realizará la intervención, “como siempre muy respetuosa y siguiendo las técnicas tradicionales”. Una vez esté restaurado, el órgano se volverá a montar pieza por pieza, “como un puzle”.