La catedral de Valencia contiene un gran tesoro como es el Santo Cáliz, que según la tradición es la misma copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena. La Ruta del Grial, promovida por Turisme Comunitat Valenciana, nos permite peregrinar hacia ella y descubrir un camino de espiritualidad, naturaleza, arte, cultura y deporte que transcurre en 120 kilómetros. Recorremos algunas de sus etapas para vivir lo que los peregrinos pueden experimentar teniendo como rumbo y horizonte la santa reliquia.
❐ CARLOS ALBIACH | 27.04.2023
En el año 1424 el rey Alfonso V de Aragón, el Magnánimo, ordenó llevar el Santo Cáliz al Palacio Real de Valencia, situado donde se encuentran hoy los Jardines de Viveros. En el año 1437 para afrontar los costes de las guerras de Nápoles y Sicilia, los reyes de la Corona de Aragón piden un préstamo de 40.000 ducados de oro al Cabildo de la Catedral de Valencia. Como garantía solicita el traslado de la santa reliquia a la Catedral. Desde entonces -salvo por situaciones extraordinarias- ha permanecido en la Seo valentina. No hay que olvidar que la preciada reliquia está en manos de los reyes de la Corona de Aragón desde 1399, cuando el rey Martín I de Aragón, el Humano, la solicitó a los monjes de San Juan de la Peña.
El Santo Cáliz venerado en la Catedral de Valencia es, según la tradición, la misma copa que usó Jesucristo en la Última Cena en la que instauró el sacramento de la Eucaristía. Como recordaba san Juan Pablo II “vestigio del paso de Cristo por la tierra”. Una forma de ahondar en su historia y vivir una experiencia de fe unida a la reliquia es peregrinar teniendo como punto de destino la capilla del Santo Cáliz. Es lo que ofrece la Ruta del Grial, promovida por Turisme Comunitat Valenciana y que cuenta con el apoyo de la Catedral, que está trazada siguiendo el camino que tuvo el Santo Cáliz hasta llegar a Valencia. Recorre el último tramo, el que comprende la Comunitat Valenciana, por lo que arranca en la localidad de Barracas. La ruta abarca más de 120 kilómetros y cuenta con dos opciones de 7 y 9 etapas, que recorren 18 localidades valencianas.
El recorrido transcurre por el Camino Real que conectaba los reinos de Aragón y Valencia y actualmente pasa por calzadas romanas, vías pecuarias y vías verdes. De hecho, recorre dos grandes vías verdes ya conocidas y consolidadas como las de Ojos Negros y la Vía Xurra. En nuestro recorrido en bicicleta por algunas de esas etapas descubrimos que la ruta, adaptada para hacerla andando y en bicicleta, es toda una inmersión en la naturaleza y permite descubrir el rico patrimonio religioso, cultural y artístico de las localidades por las que pasa. Desde Turisme y otras entidades están trabajando para consolidar esta ruta y que se convierta en uno de los principales caminos de peregrinaje en España de forma que pueda ser visitado por grupos tanto de turistas extranjeros como nacionales, así como familias o grupos de parroquias y colegios, entre otros colectivos. De ahí, que se hayan editado diferentes guías y recursos en los que presentan los distintos servicios con los que se pueden encontrar. También una credencial del peregrino que se puede sellar en las localidades que se recorren. Quien lo hace descubre, por tanto que fe e historia se dan la mano en la ruta con arte, cultura, naturaleza, gastronomía y deporte.
Desde Turisme Comunitat Valenciana quieren poner “en valor el gran privilegio que tiene Valencia al custodiar la reliquia”, tal y como apunta María Ruiz, jefa de la Unidad de Turisme Cultural. “Una ruta accesible para familias y bastante sencilla que ofrece diferentes servicios turísticos con unos paisajes preciosos a lo largo del río Palancia y luego ya por la huerta de Valencia”, añade. También Alicia Palazón, experta en el Santo Cáliz y promotora del Aula Santo Cáliz, centro de interpretación de la reliquia, la ruta “es una buena oportunidad muy buena para conocer la historia del Santo Cáliz desde otra perspectiva viendo la gran devoción que ha despertado a lo largo de la historia”. Desde la naturaleza, el silencio y la contemplación nos da la oportunidad de acercarse al Santo Cáliz conociéndote un poco más, sabiendo cuáles son tus carencias y defectos”. También Álvaro Almenar, canónigo celador del Santo Cáliz, “es un camino para contemplar la reliquia en la los peregrinos puedan hacer esta ruta apasionante para descubrir la belleza de la fe y la misericordia del Señor”.