❐ B.N. | 01.12.2021
Los pronósticos meteorológicos aseguraban que el pasado miércoles 24 el temporal causado por la DANA en la Península comenzaba perder intensidad. Sin embargo, las precipitaciones hicieron acto de presencia a primera hora de la mañana. El frío y la persistente lluvia no desanimaron a los valencianos que querían ver a su “madre” en el besamanos extraordinario a la Virgen de los Desamparados.
Ana Isabel Gómez fue este año la primera en la cola de devotos. Vecina de Borbotó, aseguró que “es la primera vez que logro ser la primera en pasar ante la Virgen en el besamanos. He llegado a las 4.45 horas y ha valido la pena esperar”.
A las 6:55, un poco antes de lo previsto, se abrían las puertas de la Basílica para que comenzaran a entrar los devotos. El frío y un cielo que amenazaba lluvia, hacía que todo se adelantase un poco. “Ayer salió el sol y pensábamos que hoy estaría igual”, comentaba un vecino de San Marcelino, “pero da igual. Todo sea por la Virgen”.
De la misma manera se manifestaba un matrimonio que, tras dejar a los nietos en el colegio se acercaron hasta la Basílica. “Pensábamos que íbamos a tener que estar esperando mucho rato en la cola pero supongo que a la gente le ha parado mucho el tiempo. Nosotros queríamos pedir por toda la familia”, nos contaron. “Afortunadamente estamos todos bien y el coronavirus no ha entrado en casa”, señalaron.
Para otras personas, éste era su primer besamanos, como una devota que expresó que “ahora es el momento, después de todo lo vivido, a ver si nos ayuda la Virgen”, una súplica común entre todos los participantes de este acto en el que muchos aseguraron: “tengo mucho que pedir y muchas gracias que dar y qué mejor momento que el besamanos porque habitualmente no podemos estar tan cerca de Ella”.
Conforme avanzaba la mañana las miradas se fijaron en el cielo. Comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia y los paraguas eran los protagonistas en la pequeña cola de acceso al besamanos extraordinario a la Virgen de los Desamparados.
Llamaba la atención que este año, el ritmo de afluencia de la gente era mucho más lento que en otras ocasiones pero todo era por las medidas sanitarias que se habían establecido. “No se puede besar ni tocar la mano de la imagen, como medida de prevención por la pandemia, pero sí se puede hacer una reverencia y rezar unos minutos ante Ella”, indicó el presidente de los Seguidores de la Virgen, José Luis Albiach. De igual manera, aseguró que “todos los valencianos y devotos de la Mare de Déu teníamos muchas ganas de poder venir a los pies de la Virgen de los Desamparados después de dos años sin poder celebrar el besamanos para pedirle lo mejor para Valencia, y para todos, en este día que nos llena de satisfacción”.
María Dolores Alfonso, Camarera de la Virgen de los Desamparados, aseguró que este era “un día que nos llena a todos de satisfacción y felicidad en la Basílica, y también para toda Valencia, porque estábamos deseando ver a la Mare de Déu, por eso Ella se ha puesto guapa para estar con todos sus hijos en un día muy bonito”.
La preparación de la imagen, del manto y de los complementos, comenzó el pasado lunes y la Virgen de los Desamparados “hoy, al igual que siempre, quiere estar guapa porque es un día para lucir y arreglarse y estoy muy feliz de ver cómo la gente la quiere y se lo demuestra, y quieren acercarse a Ella con cariño y respeto, cumpliendo todas las medidas de prevención, ése es mi mayor orgullo”, subrayó la Camarera.
12.000 devotos
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, participó por la mañana en el besamanos excepcional y rezó ante la imagen de la Mare de Déu, al igual que los niños de la Escolanía que cantaron ante la Mare de Déu, dirigidos por Luis Garrido.
El ritmo de afluencia comenzaba a incrementarse. La lluvia había cesado y la gente se animaba a participar en este besamanos extraordinario. “Al final me he animado. Ver a la Virgen siempre es una alegría. Ella estuvo en mi barrio en marzo y hoy era de justicia que yo se le devolviese la visita”, comentó Carmen que vive cerca del hospital Peset.
Hasta las cuatro de la tarde fueron 7.000 personas las que realizaron el pase reverencial a la Mare de Déu. “Hemos pasado por el manto fotografías, medallas, pañuelos, estampas”, explicaron los Seguidores. Y es que la devoción por la Virgen de los Desamparados sobrepasa las inclemencias del tiempo.
A las siete de la tarde ya habían pasado 11.000 personas por delante de la imagen de la Virgen y a las diez de la noche, hora en la que se cerraron las puertas de la Basílica, la cifra ya era de 12.000 personas.
Álvaro Almenar, vicerrector de la Basílica, comentó, tras una jornada emotiva que “habíamos percibido que los fieles tenían ganas de ver a la Virgen y la Mare de Déu también quiere estar cerca de sus hijos, por eso se ha organizado el Besamanos”.
“Ha sido un besamanos en el que se notado ese cariño, fervor y devoción, y peticiones de acción de gracias y de amparo ante el sufrimiento, especialmente en este tiempo de pandemia”, comentó.
Todas las oraciones a lo largo de la jornada tuvieron muy presentes a las víctimas de la pandemia y los fieles también pudieron colaborar con la obra social que impulsa la Basílica destinada a la Fundación Maides, Villa Teresita, Provida y obras de caridad de la Basílica.
Fondos para MAIDES
A la salida de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, se instalaron sendas ‘paraetas’ que ofrecían pulseras, rosarios y abanicos, entre otros artículos, con la imagen de la Virgen para que fueran adquiridos por los fieles.
Los donativos que se recaudaron de la venta de estos productos van destinados MAIDES, la Fundación ‘Mare de Déu dels Innocents i Desamparats’.
Año Jubilar Mariano: centenario de la coronación de la Virgen de los Desamparados
La diócesis de Valencia celebrará un Año Jubilar Mariano con una “gran misión diocesana mariana”, desde el segundo domingo de mayo de 2022 a mayo de 2023, con motivo del centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de los Desamparados, un Año que fue solicitado por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y ha sido concedido por la Santa Sede.
Esta “gran celebración mariana” incluirá la salida de la imagen peregrina de la Mare de Déu a “grandes ciudades de la diócesis de Valencia y a santuarios marianos”, durante todo ese año, en el que se invita también a peregrinar a la Basílica, y obtener la indulgencia, desde las parroquias, movimientos y particulares, porque será “templo jubilar”, explica el vicerrector, Álvaro Almenar.
Con motivo de la “gran misión diocesana mariana” no se realizarán salidas particulares de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados de mayo de 2022 a mayo de 2023, ya que se reservarán estas salidas para la visita a los lugares designados en la gran misión”, según Almenar que asegura que más adelante se ofrecerá información de todos los datos.
Asimismo, a lo largo de este Año Jubilar, serán organizados distintos actos celebrativos, litúrgicos y culturales, a través de una Comisión Diocesana de Trabajos, junto a la Archicofradía de la Virgen y diversas entidades.
Así, está previsto realizar catequesis preparatorias, encuentros con jóvenes, y un “gran Besamanos extraordinario”, así como seguir fomentando las obras de caridad asociadas a la devoción a la Virgen de los Desamparados, entre otros actos, que ya se irán anunciando a medida que se aproxime la fecha.
12 de mayo de 1923: El entonces arzobispo de Valencia, cardenal Enrique Reig y Casanova, impulsó la iniciativa de la coronación de la Virgen y el 15 de octubre de 1921 el papa Benedicto XV lo autorizó. Fue el 12 de mayo de 1923 cuando tuvo lugar la ceremonia de Coronación Canónica de la Virgen de los Desamparados en el Puente del Real ante una multitud de valencianos.