Scholas Ocurrentes nació en el año 2001 de los programas ‘Escuela de Vecinos’ y ‘Escuelas Hermanas’, desarrollados en Buenos Aires por el entonces arzobispo de la capital argentina, Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco. A lo largo de estos años, Scholas siempre ha mostrado su preocupación por los jóvenes y los mayores, elementos claves en la cultura del encuentro. La diócesis de Valencia recoge ahora este legado a través de dos experiencias en Manises y Nazaret.
❐ BELÉN NAVA | 30.06.2022
Desde sus inicios, el papa Francisco soñó Scholas Ocurrentes “como la posibilidad de dar una respuesta concreta a la llamada de esta época, confiriéndole la tarea de educar en la apertura al otro, en la escucha que al reunir los pedazos de un mundo atomizado y vacío de sentido, comience a crear una nueva cultura: la cultura del encuentro”, señalan en sus objetivos fundacionales.
Esta cultura del encuentro se hace visible en nuestra diócesis a través de la Cátedra abierta Scholas Ocurrentes de la Universidad Católica de Valencia. A través de diferentes proyectos y acciones, buscan que los jóvenes “armonicen el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos”, tal y como asegura el Sumo Pontífice.
Entre los jóvenes, Scholas, pretende despertar la responsabilidad social y el compromiso cívico. En estos momentos, cuando la pandemia provocada por el coronavirus ha golpeado de forma especial a nuestros mayores, Scholas Ocurrentes realizó en Manises ‘Estar juntos’, el programa que reúne adultos mayores y jóvenes con el fin de generar espacios de diálogo y encuentro.
De esta manera, la residencia de mayores San Francisco y San Vicente, la parroquia de San Juan Bautista y el colegio diocesano Sagrada Familia colaboraron de forma conjunta con Scholas a través de su grupo de voluntarios.
Con este proyecto se pretende que reunir a diferentes generaciones en un mismo espacio para fomentar el diálogo entre ellos y que exista un intercambio de conocimientos, de experiencias vitales tan enriquecedoras para ambos. Dos generaciones separadas por más de seis décadas, pero con un gran interés por aprender, por crear nuevos vínculos y por conocer realidades distintas a las propias.
“Este tipo de actividades ayudan a los jóvenes a que tomen conciencia de la realidad de otro mundo”, afirma el párroco de San Juan Bautista, Wenceslao Gimeno. “Es una experiencia que les ayuda a diferenciar entre lo que realmente es importante de lo que no lo es”.
25 jóvenes -de entre 16 y 22 años- procedentes del movimiento Juniors M.D. de la parroquia y del voluntariado de Scholas y los mayores de la residencia pudieron dedicar unas horas de su tiempo libre a conocerse mejor y a aprender valores que se están perdiendo. “Es una experiencia enriquecedora”, comenta Álvaro Ruiz, director del colegio diocesano Sagrada Familia donde los jóvenes, primeramente, recibieron formación. Más tarde, y tras recoger a los mayores de la residencia, volvieron al colegio donde se realizó la experiencia. Durante la acogida, una de las maestras del centro les dijo a los residentes con un enorme cariño: “volvéis al colegio. Volvéis a un lugar lleno de vida” y no sólo ellos, sino también dos voluntarios de Scholas antiguos alumnos del centro.“Para los mayores es una ocasión para poder salir y compartir su tiempo con gente joven y, ante todo, poder dialogar”, apunta Álvaro.
Por su parte, Sergio Cañellas, director de la residencia de mayores, remarca la preparación de los jóvenes puesto que “captaron plenamente la importancia de que fuera un encuentro personal, de escucha y de relación sencilla pero cercana”.
Fueron momentos “para compartir historias de vida por ambas partes, temas de interés de los mayores y de los jóvenes” que fueron surgiendo a lo largo de la mañana.
Para Sergio ha sido una experiencia muy valiosa puesto que hay que recordar que “los mayores que viven en las residencias, en estos tiempos de pandemia, han visto reducido su nivel de contacto con el entorno”.
Juego, arte y pensamiento
Desde Scholas Ocurrentes también se desarrollaran temas educativos prioritarios como la integración social, la inclusión, la educación para la paz y la formación en valores, para promover la transformación de la sociedad desde la educación y trabajar en la construcción de la cultura del encuentro y el bien común.
Y buena forma de ello es a través del juego, del arte y del pensamiento como ya lo han experimentado los alumnos del colegio diocesano Nuestra Señora de los Desamparados de Nazaret.
Esta es una actividad cuyo objetivo es que los alumnos puedan conocer en primera persona como, mediante la expresión artística el ser humano es capaz de manifestar sus pensamientos más hondos, sus sentimientos más altos, sus preguntas más originales. De este modo, se toma conciencia de “quién soy” para poder desarrollar las competencias y habilidades blandas tan necesarias para el desafío de la nueva ciudadanía global.
“Los alumnos de 3º y 4º de Secundaria disfrutaron de una sesión muy distinta a la que suelen tener en el aula. Compartieron momentos de juego, de reflexión acerca de temas que les preocupan y de creación, o más bien de co-creación, al pintar juntos cuatro lienzos de gran formato en los que reflejaron sus inquietudes, sentimientos y experiencias”, comentan desde el colegio diocesano.
Fue una experiencia en la que no solo los alumnos compartieron momentos con los voluntarios de Scholas, sino que también participaron profesores del centro.