¿Tener síndrome de Down y ser feliz? Sí que es posible  Hace unas semanas corría como la pólvora por las redes sociales la noticia de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avalaba la postura de las autoridades audiovisuales de Francia en la que invitaban a las televisiones a censurar un anuncio de la Fundación Jérôme Lejeune en la que aparecían personas con síndrome de Down felices.  El objetivo era que no se viese que eran felices.  PARAULA, a raíz de esta polémica, quiere mostrar que este mensaje es veraz: sí son felices.

¿Tener síndrome de Down y ser feliz? Sí que es posible  Hace unas semanas corría como la pólvora por las redes sociales la noticia de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avalaba la postura de las autoridades audiovisuales de Francia en la que invitaban a las televisiones a censurar un anuncio de la Fundación Jérôme Lejeune en la que aparecían personas con síndrome de Down felices. El objetivo era que no se viese que eran felices. PARAULA, a raíz de esta polémica, quiere mostrar que este mensaje es veraz: sí son felices.

Hace unas semanas corría como la pólvora por las redes sociales la noticia de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avalaba la postura de las autoridades audiovisuales de Francia en la que invitaban a las televisiones a censurar un anuncio de la Fundación Jérôme...
Esperanza en el Amazonas La senyera valenciana lleva 24 años ondeando en la mesas de trabajo del padre Antonio Soriano, (Valencia, 18 febrero de 1948) sacerdote franciscano, que desde el convento de Petra (Mallorca), decidió viajar a Contamana (Perú) “como un día partió de allí el beato Junípero Serra”, para terminar a día de hoy en Jenaro Herrera

Esperanza en el Amazonas La senyera valenciana lleva 24 años ondeando en la mesas de trabajo del padre Antonio Soriano, (Valencia, 18 febrero de 1948) sacerdote franciscano, que desde el convento de Petra (Mallorca), decidió viajar a Contamana (Perú) “como un día partió de allí el beato Junípero Serra”, para terminar a día de hoy en Jenaro Herrera

Ondean juntos en un rincón del inmenso río Amazonas, la senyera valenciana y la esperanza de llevar la palabra de Dios. Allí llega, como todo, en lancha, en múltiples formas tanto en arroz, harina, tallarines, sal, aceite, medicamentos, como en amor, cariño, educación...