Más de 300.000 personas se beneficiaron el año pasado de los 17 proyectos de cooperación internacional desarrollados por la Asociación valenciana de Lucha contra la Lepra Fontilles, según recoge la memoria de actividades de 2016 que la asociación presentó durante su asamblea general.
Los diferentes proyectos llevados a cabo por la entidad ayudaron a combatir la lepra, el mal de chagas, la úlcera de Buruli y otras enfermedades ligadas a la pobreza en once países de África (Etiopía, Mozambique y República Democrática del Congo), América Latina (Ecuador, Nicaragua, El Salvador y Honduras) y Asia (Nepal, Bangladesh, India y Vietnam), en los que también se desarrollaron iniciativas de prevención de discapacidades, rehabilitación física y socioeconómica, y salud materno-infantil y comunitaria.
Los programas se desarrollaron con la colaboración de 18 socios locales y dispusieron de una aportación económica de 299.017 euros por parte de Fontilles.
La iniciativa de la que más personas se beneficiaron fue el programa de mejora de la calidad de vida de afectados por lepra en las poblaciones de Bangalore, Khargone, Jabalpur, Vizianagaram y Srikakulam (India), con 213.066 beneficiarios directos, según recoge la memoria anual.
En España
En España, Fontilles mantiene en activo el sanatorio San Francisco de Borja en el municipio de la Vall de Laguar (Alicante), “centro de referencia nacional e internacional en la lucha contra la lepra”.
El centro acoge a 26 residentes y da tratamiento ambulatorio a 17 pacientes. Además, el laboratorio analizó el año pasado 20 muestras procedentes de 11 personas por posibles casos de lepra, de las que seis resultaron positivas.
El complejo sociosanitario también alberga el Hospital Ferris, centro especializado de atención y rehabilitación física y cognitiva para estancias temporales y pacientes ambulatorios. En 2016, el hospital registró 21.580 estancias en las que se prestaron servicios como rehabilitación post-operatoria, rehabilitación tras un ictus o un accidente cerebrovascular, tratamientos de úlceras, cuidados paliativos y cuidados de la piel.
Por otra parte, el Centro Geriátrico Borja, igualmente ubicado en el complejo sociosanitario de la Vall de Laguar, acogió el año pasado a 84 residentes con el objetivo de ofrecerles una atención integral y humanizada, especialmente a las personas mayores con un alto grado de dependencia.