Representación valenciana en el Congreso de Laicos celebrado en Madrid en febrero del pasado año. FOTO: B.NAVA

Antonio Cañizares Llovera
Cardenal arzobispo de Valencia

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Os escribo esta carta para comunicaros, en primer lugar, algo que todos aguardábamos hace ya un tiempo: en la fiesta de Pentecostés de este año, en el mes de mayo, los días 22 y 23, sábado y domingo, D.m., se finalizará el Sínodo diocesano que se convocó para renovar, revitalizar nuestra Iglesia diocesana y sus comunidades y fortalecer en cuantos la formamos- sacerdotes, diáconos, persona consagradas, fieles cristianos laicos- y en sus instituciones el espíritu y capacidad evangelizadora y llevar a cabo una nueva evangelización, tan apremiante y urgente, en estos momentos, nada fáciles de la pandemia del Covid 19 y de sus consecuencias críticas.


El día 14 de este mes de enero se reunirá la Comisión Central, coordinadora de los trabajos sinodales, y nos indicará qué hemos de hacer en la fase inmediata de preparación a la asamblea sinodal final en Pentecostés de una Iglesia en salida que peregrina en Valencia. El Sínodo nunca se suspendió, sino que debido a circunstancias, se aplazó, y ahora, gracias a Dios, llegamos al final. Rogad para que así sea.

Estamos preparando ya una reunión diocesana de laicos que tendrá muy en cuenta el Año Especial sobre la Familia, tema tan vital para todos, convocado por el papa Francisco, y el Congreso Nacional de Laicos


Quiero comunicaros, en segundo lugar, además, que como anticipo de alguna manera, de las conclusiones sinodales, sin solaparnos, pondremos en marcha las conclusiones del Congreso Nacional de los laicos, del pasado año, como se aprobó en la última reunión de la Asamblea de la Conferencia Episcopal Española, preparando y preparándonos para una reunión diocesana de laicos preferentemente que tendrá muy en cuenta el Año Especial convocado por el Papa Francisco en el Vº aniversario de la publicación de su Exhortación apostólica “Amoris Laetitia” sobre la familia, tema tan vital para todos, tan prioritario y enucleador especialmente para los laicos en diferentes edades y situaciones y de sus compromisos apostólicos; así unimos dos cosas el Congreso para los laicos conforme a los dispuesto por la Conferencia Episcopal y la convocatoria del Papa. Ya están trabajando en ello, según mis noticias, coordinadamente las Delegaciones de laicos, de familia, jóvenes e infancia, la de Catequesis y la de Educación, la Vicaría judicial en su atención a los matrimonios y familias, el Instituto teológico San Juan Pablo II para el estudio del matrimonio y de la familia, y nos dirán en breve qué y cómo tenemos que actuar, sin solaparse con otras acciones diocesanas y sin que suponga una sobrecarga para nadie, dejando clara la centralidad del Sínodo diocesano. Se tiene claro que no debe haber sobrecarga para nadie ni que haya confusión ni impedimentos entre sí de diferentes acciones y responsabilidades.


En tercer lugar, tal y como estaba previsto, continuaremos con lo programado para el Año Santo Jubilar del Santo Cáliz de la Pasión, y secundaremos el Año Jubilar de San José, que habrá de concretarse un poco más, conforme a las directrices del Santo Padre, el Papa Francisco.


Continuaremos, por supuesto, sin interrupción, con la elaboración y puesta en práctica del Plan-Proyecto diocesano de catequesis, y de iniciación cristiana, y de evangelización primera, y con la potenciación de la pastoral educativa, sobre todo de los Colegios diocesanos. Seguiremos profundizando en la renovación litúrgica impulsada por el Vaticano II y conforme a su espíritu. Continuaremos y potenciaremos los trabajos y tareas de la Comisión Diocesana por el Empleo y por la lucha por el trabajo digno y estable; seguirá Cáritas Diocesana con la ingente y magnífica labor que están desempeñando tanto Caritas Diocesana como las caritas parroquiales, y llevaremos a cabo cuanto haya que hacer en y con la Fundación Diocesana recién creada “Pauperibus”, en favor de los pobres y contra la pobreza (ver pág. 9); no cabe duda que entre las necesidades más urgentes que hay que atender es de proporcionar alimentos, ayudar en el tema de medicinas, de alquileres, de la luz, favorecer a los sin techo y a los emigrantes, a las mujeres maltratadas de tantas maneras, etc; se llevarán a cabo las obras, por vía de urgencia, en la residencia destinada a personas mayores con hijos con discapacidades varias y la fundación ASPADIS. Así como las urgentes obras en la residencia para sacerdotes mayores en Valencia en el antiguo convento de Carmelitas Descalzas “Corpus Christi”; no podemos olvidar las obras necesarias y urgentes de restauración y rehabilitación en el edifico de la calle Trinitarios, 3, que se van a realizar por la Universidad Católica que con tanta generosidad está teniendo un ejemplar comportamiento con la diócesis.


Mucho trabajo, sí, pero apasionante y esperanzador. Con la ayuda de Dios, de la Virgen María y de San José, con fe, esperanza y amor, mucho amor y oración, lo llevaremos adelante entre todos. Iremos aclarando todo poco a poco, paso a paso.
Un abrazo, “coraggio”, “amunt i avant”. Mi oración y bendición. Vuestro obispo que os quiere.