La figura de don Marcelino Olaechea ha sido ampliamente analizada en un seminario celebrado en Valencia sobre él. Durante tres días, diferentes expertos han destacado el enorme legado del que fuera arzobispo de Valencia de 1946 a 1966, traducido en infinidad de obras sociales, educativas y religiosas. En PARAULA damos cuenta de las más significativas y añadimos, además, las valoraciones de los ponentes sobre la persona de don Marcelino y sobre el difícil contexto histórico en el que vivió. Es significativa la unanimidad de los participantes en afirmar las extraordinarias virtudes como cristiano del arzobispo Olaechea, cuyo proceso de canonización se instruye actualmente en Valencia en su fase diocesana.
C.A. /E.M. | 2-03-2017
“Hoy que vivimos en una etapa crucial de la historia necesitamos hombres como don Marcelino para que como él nos guíen por esas sendas en las que él marchó y que son las de la nueva evangelización”. Con estas palabras el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, clausuró el seminario organizado por la UIMP sobre quien fue también titular de la archidiócesis entre 1946 y 1966, monseñor Marcelino Olaechea.
El Cardenal también resaltó que “el santo arzobispo” don Marcelino, fue “una figura gigantesca y un don de Dios para la Iglesia en general y para la de Valencia”. Un prelado, que en palabras del cardenal Cañizares, mostró que la evangelización “es enseñar el arte de vivir”. “Evangelización que el llevo a cabo con gestos que realmente nos sorprenden”, añadió.
En este sentido, recordó que “yo era entonces un niño cuando en la riada de Valencia él subastó su anillo y su cruz pectoral y esto no es un gesto más, es un gesto que está llamando a toda la Iglesia a que se muestre solidaria enteramente con la desgracia de los hombres y viva con ellos”.
Formar sacerdotes
Uno de los aspectos de la obra del arzobispo Olaechea que también destacó el cardenal Cañizares es que “se dio cuenta de que la mejor inversión de cara a la renovación y la presencia de Iglesia fue formar a sacerdotes”. “Sin duda ninguna el seminario de Moncada fue la gran obra de don Marcelino en Valencia, que se situó a la cabeza de España”, subrayó.
Al respecto, señaló que “si hoy Valencia es como es, con una vitalidad eclesial tan grande, es en buena medida, gracias a los sacerdotes que se formaron en el seminario que se prolonga en el seminario actual y en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer y por eso el nos marcó por donde tenemos que continuar en esta renovación”.
Afirmó también que “fue un hombre libre, porque la verdad nos hace libres, él se apoyó en la verdad, la difundió y es una característica que no se dice de don Marcelino pero fue un defensor de la verdad”. De hecho, el Cardenal definió que “su vida fue un camino de renovación”. Renovación, añadió, que fue ligada “a que vivió en primera personas las bienaventuranzas”. “Puso a Dios en el centro, lo que a una sociedad laicista como la de ahora nos dice que solo Dios, que es amor, cambiará el mundo”, destacó.
El Cardenal también agradeció la labor de todos los ponentes que han participado en el seminario y les animó a seguir estudiando y difundiendo la vida y obra del arzobispo Olaechea.

Avanza su causa de canonización

Hasta el momento son una veintena de personas las que han testificado ya sobre las virtudes de don Marcelino Oalechea, dentro del proceso de canonización abierto ya en su fase diocesana. Se trata de testigos directos de la vida del arzobispo de Valencia. Entre ellos han declarado, por ejemplo, personas que fueron visitadas por el prelado cuando se encontraban enfermas o incluso beneficiarios de los pisos para familias humildes promovidos por él.
Las pruebas testificales están siendo recogidas en la delegación diocesana para las Causas de los Santos del Arzobispado de Valencia, desde donde también se está reuniendo toda la documentación sobre don Marcelino para acreditar su fama de santidad antes, durante y después de su muerte.
El arzobispo Olaechea falleció en 1972 y, pasados los cinco años pertinentes según la legislación canónica, hubo un intento de abrir su causa de canonización, pero no cuajó. Finalmente, el proceso fue abierto en Valencia el 17 de septiembre de 2014 bajo la forma ‘ne pereant’, es decir, ‘para que no se pierda’, habida cuenta del largo tiempo trascurrido desde su muerte y la consiguiente urgencia de recavar los testimonios de personas que le conocieron en vida y que pueden ayudar a esclarecer su posible santidad. Se trata, por eso, de una causa “semihistórica”, según ha explicado a PARAULA el delegado episcopal para las Causas de los Santos, Ramón Fita.
La delegación diocesana sigue recogiendo testimonios sobre don Marcelino. Los interesados en aportar el suyo pueden dirigirse a su sede: C/ Avellanas, 12, Valencia Tel: 96.315.82.05

Lea el amplio reportaje en la edición impresa de PARAULA en la que se analiza la figura de don Marcelino y todo aquello en el ámbito social, educactivo y religioso que hizo en nuestra diócesis