Con una situación geográfica envidiable, entre el mar y la montaña, la iglesia de los Santos Juanes, de Puçol, se alza imponente y robusta en la parte más antigua del pueblo. Tiene un pasado con solera, marcado por la huella del Patriarca San Juan de Ribera que dejó una arraigada tradición eucarística, y un futuro esperanzador, con una gran devoción a la Mare de Déu al Peu de la Creu, que se transmite de generación en generación, pues el culto y la devoción a la Virgen está muy presente en la vida religiosa y pastoral de Puçol.

EVA ALCAYDE | 01.07.2021
Fue Juan de Ribera, Patriarca de Antioquia y Arzobispo de Valencia, quien puso la primera piedra del nuevo templo de Puçol dedicado a los Santos Juanes, en 1588. En aquel momento la población rondaba los 400 habitantes y, aunque el pueblo no necesitaba una iglesia de tal magnitud, el proyecto fue acogido por los vecinos con gran entusiasmo, pues se convertiría en lo primero que se viera de Puçol en muchos kilómetros a la redonda. Los vecinos dedicaron todo su esfuerzo a la construcción del templo, que se financió a partir de donativos de particulares y las limosnas que se recogían en el horno del pueblo.

Las obras se sedarrollaron entre 1588 y 1607. El 28 de octubre de ese año San Juan de Ribera realizó el traslado del Santísimo Sacramento de la antigua iglesia a la nueva y celebró la primera misa. El mismo día y en la misma procesión, delante de la Custodia del Santísimo, se hizo el traslado de la imagen de Nuestra Señora la Virgen al Pie de la Cruz, una imagen de alabastro que fue hallada en 1570 en la colina del Cabeçol de El Puig.

El templo de los Santos Juanes alberga en su interior diversas obras de escultura y pintura, como la imagen de Nuestra Señora la Virgen al Pie de la Cruz, el retablo del altar, de Manuel Vergara, o el retablo del siglo XV que representa el Misterio de la Trinidad.

Palacio Arzobispal y jardín botánico
Entre los siglos XIV y XX existió en Puçol el Palacio del Obispo de Valencia, que tenía acceso a la nueva iglesia a través de un pasadizo elevado, del que hoy en día solo se conserva un balcón. El jardín de este palacio tuvo gran renombre en el siglo XVIII, ya que el arzobispo Fabián y Fuero lo convirtió en un jardín botánico, uno de los primeros de España, el primero de carácter universitario y el más antiguo de Europa. En él se dice que fue el lugar donde se cultivó el cacahuete por primera vez en España. En tiempos del arzobispo Simón López Sicilia el jardín fue destruido y convertido en un campo de producción. Todavía se conserva parte de los muros que bordeaban el jardín botánico, una construcción barroca de mampostería, con torretas semicirculares coronadas con teja cerámica de color azul. La muralla fue restaurada en 1998.

“Lamentáblemente el palacio y el huerto fueron vendidos a un particular, que a su vez los vendió al Ayuntamiento de Puçol en mayo de 1950. Después el palacio, que había quedado bastante abandonado, fue derribado en 1967”, explica el párroco de Santos Juanes, Ismael Ortiz.

Como vestigios de aquella época solo queda el balcón de lo que fue el pasadizo elevado y las murallas que bordeaban el jardín botánico. Lo que no ha perdido el templo desde su fundación es su arraigada tradición eucarística, legado de San Juan de Ribera, y su honda devoción a la Virgen María, en su advocación de Mare de Déu al Peu de la Creu.

SUSCRÍBASE A PARAULA PARA LEER EL REPORTAJE DE FORMA ÍNTEGRA