El Rincón de Ademuz es toda una isla valenciana entre Aragón y Castilla la Mancha y es la zona más alejada de la costa en la Comunidad Valenciana. En cada pueblo y en cada aldea se levanta una iglesia, grande o pequeña, que es todo un signo de lo que la Iglesia hace allí: acoger y acompañar a sus habitantes. A través de sus trece parroquias la Iglesia extiende su brazo a todos y trabaja también para hacer frente al mayor problema del Rincón: la despoblación.

El Evangelio de San Mateo relata que Jesús “recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia”. Este pasaje evangélico se puede palpar en el Rincón de Ademuz, la zona de la diócesis más distante geográficamente de la sede metropolitana, y donde a pesar de que la despoblación cada vez es más evidente, la Iglesia sigue presente en cada uno de sus pueblos y aldeas. El equipo sacerdotal que atiende las trece parroquias de la zona, formado por el párroco y dos vicarios parroquiales (Ignasi Llópez, Carlos Esparza y José Forner), lleva a cabo esta pastoral de ir de pueblo en pueblo acercando los sacramentos y la Palabra de Dios.

El Rincón de Ademuz, el sitio más lejano de la Comunidad Valenciana respecto al litoral, es una zona de gran belleza natural y donde se puede ver aún la vida tan característica de los pequeños municipios. Lugares, en que como dice el papa Francisco, está “la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y que está en contacto con los hogares y con la vida del pueblo”. Así se puede ver en la propia fisionomía de los pueblos y aldeas, donde en todos ellos se levanta un templo.

La presencia de la Iglesia en este territorio está presente desde la conquista en 1210 por parte de Pedro II de Aragón. Más tarde, en 1259, su hijo Jaime I incorporó los territorios al Reino de Valencia. Por tanto, ya en el siglo XIII aparecen templos cristianos como los que aún hoy se mantienen como la ermita de la Virgen de la Huerta o la iglesia-fortaleza de Castielfabib.

A pesar de tener diferentes templos, algunos bastante alejados de los otros, los sacerdotes están presentes en todos ellos. De forma ordinaria se celebra la eucaristía en los pueblos más grandes mientras que en las aldeas hay culto en verano, puesto que aumenta la población, y de forma puntual a lo largo de todo el verano.

Uno de los retos de la pastoral en el Rincón es fomentar la comunión entre todas las parroquias e impulsar iniciativas conjuntas. Para ello existe un Consejo Interparroquial. A lo largo del año las celebraciones más importantes como la vigilia pascual, el vía crucis del Miércoles Santo, el Té Deum de fin de año o la fiesta de la Virgen de los Desamparados, entre otras, se celebran en una misma parroquia, así como las diferentes acciones catequéticas que allí se desarrollan. Para mantener esa comunión los tres sacerdotes están presentes en todas ellas y de hecho el párroco lo es de todas, así como los vicarios.

“En estos pueblos se vive verdaderamente una pastoral de cercanía, de persona a persona”. Así resume el párroco de las parroquias de El Rincón de Ademuz, Ignasi Llopez, cómo la Iglesia quiere estar “cercana a sus gentes, a sus preocupaciones y sufrimientos y como en lugares con pocos habitantes “la presencia del sacerdote es fundamental”. En este sentido, tienen gran preocupación por los mayores y enfermos, a los que se les acerca la comunión a las casas si lo necesitan. También por los niños y jóvenes, que a pesar de ser la población más minoritaria también es atendida.

Proyectos ante la despoblación
“Nosotros queremos mantener que en el Rincón siga habiendo piedras vivas, personas a las que evangelizar”. Así dice a PARAULA el párroco, reflejando el sentir de la Iglesia para hacer frente a la despoblaión. De ahí que el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, esté impulsando diversos proyectos para revitalizar la zona como es la fundación de un convento de religiosas o un centro de formación de la mano de la Universidad Católica de Valencia, entre otras instituciones. Asimismo, trabaja juntamente con los ayuntamientos y administraciones en todo lo que en beneficio de la comarca.

Además, el Rincón, con una gran riqueza natural, cultural y de tradiciones, abre sus pueblos y parroquias para todos aquellos grupos de parroquias y movimientos que quieran visitar la zona y organizar diferentes actividades. También presenta propuestas culturales como las que ofrece el reciente y monumental órgano de la parroquia de Casas Bajas.

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