El sacerdote Gustavo Riveiro es, además, párroco en San Jorge de Paiporta.

❐ AMPARO CASTELLANO | 14.07.2022
Millones de turistas se desplazan en estas fechas, y España es destino elegido por muchos de ellos para conocer patrimonio y bienes culturales. Gustavo Riveiro, reflexiona sobre este fenómeno y acude a la expresividad de los ejemplos: la Pietá de la Basílica vaticana, es infinitamente superior a aquel bloque de mármol escultórico que Miguel Ángel fue a elegir personalmente a las cavas de los entornos de Carrara. La Pietá no estaba dentro del bloque, estaba en el corazón, en la inteligencia, en el genio, el alma de Miguel Ángel, todo aquello que fue la guía de sus manos. Con el templos, no vale una ficha técnica, hay que expresar por qué fue creado.

Tenemos datos que nos ayudan a entender la realidad: el Turismo mueve cada año a 1300 millones de personas, de las cuales, 300 millones lo hacen por motivaciones religiosas.

-España es el mayor destino vacacional y de ocio con cerca de 85 millones que cada año, que pone de manifiesto la riqueza de esa fe, creída y vivida de una manera única y singular, propia de España. Esos más de 84 millones y medio de turistas que llegan cada año, dejan en España el equivalente al presupuesto de salud y educación juntos. El turismo no solo va a las arcas del estado va a enriquecer a los españoles pero de alguna manera estos 84,5 millones de personas que cada año nos eligen nos posibilitan el estado del bienestar, educarnos, crear fuentes de trabajo, crear un desarrollo promover cuidar, restaurar, promover nuestra cultura, darnos a conocer y ser lugar de encuentro entre los pueblos, planificar el futuro, al mismo tiempo que les ofrecemos una riqueza material e inmaterial, propia de nuestro pueblo y de nuestra cultura.

-Ese patrimonio que vemos además de material tiene un sentido inmaterial, como el alma de lo que somos en la sociedad, que forma parte de nuestra construcción también. Tenemos una asignatura pendiente, que todos esos cruceros se vayan cargados de la belleza más allá de una visita a la arquitectura.

-Un primer paso es hacer que el patrimonio esté presente. Hispania Nostra daba una noticia de un estudio muy serio donde 400 monumentos pertenecientes a la iglesia están en estado de deterioro y en abandono o a punto de perderse. Pongo un ejemplo local: destruyeron y arrasaron el Palacio Real de Valencia, no podemos llevar turistas porque ya no existe, lo primero es cuidar que el patrimonio siga existiendo, preservarlo, restaurarlo adecuadamente, transmitirlo a las generaciones porque ello expresan la cultura, el arte, la historia el alma de un pueblo. Es un pueblo que construyó esas realidades para explicar también su fe y su sentir. Pero, ¿bastará solamente el aspecto empresarial?, es decir, hacer que funcione bien una maquinaria donde me reciben en una Iglesia o en una Catedral, pago una entrada o no, hay alguien que me explica una “ficha técnica”.
Según el Ministerio de Turismo, de los diez monumentos más visitados de España, siete son iglesias católicas. La Sagrada Familia ha desplazado a la Alhambra al tercer lugar. Entonces, llama la atención que cuando hay una cierta desafección al culto, qué buscan estas personas que pudiendo entrar libremente en las iglesias en las horas de culto no van, pero van en las horas en que tienen que pagar entrada para hacer una visita cultural. Vienen a nosotros ¿qué buscan en estos templos y qué les damos nosotros? Todo lo que está contenido en ese monumento cultural religioso católico fue hecho para la fe y para la oración.
Tenemos más Iglesias transformadas en museos. En las recientemente celebradas Jornadas de Patrimonio de la Iglesia en Barbastro hemos visitado lugares magníficos donde un museo se convierte en tienda del encuentro, un museo se convierte en templo y el templo se ha musealizado. La bisagra de todo esto es que no nos quedemos en lo técnico, en lo material del monumento, del arte, sino que demos un paso más: la razón por la que ello existe, fue creado y por la cual tiene razón el ser explicado, y al mismo tiempo nos abre a nosotros la puerta de la fe hacia muchas personas a las cuales se les puede presentar la belleza del mensaje cristiano a través de la cultura y la belleza, y no necesariamente a través de un camino explícito como el catecismo, sino con un “rodeo” que nos permita llegar en el momento oportuno a los puntos de la fe, o al menos inquietar a las personas para dar pasos adelante y descubrir la maravilla de la fe cristiana.

Se han producido avances notables en la comunicación entre instituciones y la Iglesia para una acción coordinada que permita la puesta en valor del patrimonio, de manera coordinada, el cuidado del medio ambiente, el respeto hacia el modo de vida y la cultura propia.

-Hay pasos muy positivos, nos faltan unos cuantos más, pero fundamentalmente debe primar un espíritu de concordia y colaboración del bien común. No basta que el estado vaya por su lado y haga su proyecto, o que la iglesia haga el suyo. Somos depositarios de una cultura, tenemos que tirar todos juntos del carro y no cada uno por su lado. Necesitamos armar ¿por qué un plan estratégico turistico-cultural-religioso? Si los habitantes se sienten invadidos y a merced de decisiones planificadas en escritorios lejanos, y que la llegada masiva e indiscriminada de turistas o peregrinos perturban gravemente la serenidad y paz de su propio hábitat, no es algo extraño que se genere la llamada “turismofobia” o como lamentablemente se da está dando en Santiago una cierta “peregrinofobia”. Esto sucede porque las decisiones de colocar dos, tres, cinco cruceros en una tarde en una ciudad significa que esa decisión se ha tomado en escritorios lejanos, y donde la población está inerme. Vienen los turistas me “invaden” mi pueblo y los guías turísticos les explican mi Iglesia, les explican mi pueblo, pero no son parte de mi pueblo ni de mi Iglesia. Al experimentar que han sido meros espectadores inconsultos de un proceso que genera estrés social, que los reduce a producir y vender objetos y servicios para la demanda masiva, lejos de promover un desarrollo social armónico e integrador, produce el sentimiento contrario a la acogida cordial, que es el elemento central en cualquier proyecto turístico válido: el encuentro entre los pueblos y las personas.
Venecia hoy está deshabitada de venecianos porque les llega una invasión de personas por unas horas y no tiene ninguna incidencia con el lugar. Entonces en ese plan estratégico, con marca propia, donde debieran intervenir las autoridades locales, no es sólo la exigencia de la formación de los guías sino en la gestión, en el flujo en realidades que hacen al turismo. No estamos a merced de los vientos, son realidades que se pueden construir con buena voluntad para hablar de los que llamamos turismo sostenible que permite gestionar y dar un turismo de calidad. Cuando llega un autobús llegan se bajan y se hacen fotos y van de vuelta a otro lugar, es gracias a esas imágenes que podrán recordar algo de lo que visitaron, con ese “tour sintético” de Europa donde no saben si la plaza de toros está en París o la torre Eiffel en Roma porque no pueden saber todo lo que vieron juntos, para poder recuperar la memoria porque la vertiginosidad de estos viajes no sostenibles, no ayudan en nada.
Por eso es importante que todos los actores o constructores de la sociedad, con un espíritu superador, deponiendo diferencias y en nombre del Bien Común sean capaces de sentarse a elaborar ese plan turístico-cultural-social estratégico, con marca propia, la cuál garantiza su viabilidad operativa.

-Usted forma parte de la organización del congreso mundial que se celebrará en octubre en Santiago de Compostela que marcará las lineas de trabajo futuro. Bajo el lema ‘Turismo y peregrinación caminos de futuro y de esperanza’, hay dos cuestiones que se han querido enfatizar: la Teología del descanso. Pero también acabar con el “antiturismo” y esas prácticas terribles que hacen daño, hasta pueden acabar en la trata de personas.

– El congreso mundial es el primero que se hace en Europa fuera de los cuatro primeros que se hicieron en el Vaticano. Es muy importante porque esta promovido por la santa sede. Desde el departamento de Turismo de la CEE hemos querido colaborar y ponernos a disposición con los contenidos, los ponentes, que son de una calidad excepcional, con tres jefes de dicasterios vaticanos -algo inusual-, el observador permanente de la Organización mundial del Turismo (OMT) la máxima autoridad mundial del turismo que tenemos en Madrid, la única agencia de las Naciones Unidas que tenemos en España, y también el presidente de la CEE el cardenal Omella.
Hemos querido entrar en temas que no son los habituales como este que mencionamos como antiturismo: la trata de personas, otras esclavitudes y esas realidades que son un rostro oscuro, la negación misma del turismo que es ocio, reencuentro, dignificación de la persona.
Y hemos querido también incluir temas inéditos como la teología del descanso. Hemos hablado mucho de la teología del trabajo porque el trabajo dignifica y es cierto, pero nos hemos olvidado del descanso, y cuando vemos la evolución en las sociedades en las que hay semanas laborales de cuatro días, cuando la gente vaya a tener más tiempo libre la Iglesia no puede estar ausente en el mundo del tiempo libre. Como estuve la Iglesia presente cual dio se creó la era industrial la Iglesia debe estar presente en el mundo del tiempo libre, del descanso, de la cultura, del deporte, que son puertas para colocar el Evangelio sobre la mesa. A veces el Evangelio está bajo la mesa y con miedo de ponerlo a la luz. Sin miedos y sin complejos , tampoco con triunfalismo, fraternamente entendemos que el evangelio es un valor que hay que seguir transmitiendo y que toda realidad verdaderamente humana tiene eco en el corazón de la Iglesia. Y no hay nada más humano que el descanso que fue inventado por Dios. El descanso no es un pecado, descansar estar sin hacer nada, il dolce far niente, no es un pecado. Los que venimos de una educación donde no hacer nada era casi como un delito, descansar es importante, dignificador y oportuno.
La evangelización, una realidad cumplida y al tiempo siempre pendiente. Existen muchas formas de concebir el camino necesario que promueva la evangelización en nuestro tiempo. Y esto lejos de ser una dificultad debe ser acogido como un don y una gracia, siempre que se haga con espíritu de comunión participativa, es el Espíritu que sopla donde quiere…También el mundo del turismo es espacio propicio para sembrar el Evangelio. Como en la parábola del sembrador, la semilla se esparce a manos llenas, confiando en el Señor, que hace crecer y fructificar.