Arrúe posa junto al óleo de San Juan Pablo II ubicado en el acceso al camarín de la Virgen de los Desamparados. FOTO: A.SÁIZ

CARLOS ALBIACH | 02.06.2020

En el año 2005 el artista valenciano Pedro Arrúe recibió un encargo muy especial de la Basílica de la Virgen de los Desamparados: realizar el óleo que mostrara a Juan Pablo II, por aquel entonces aún Papa, como recuerdo de su visita a Valencia en 1982. La imagen, situada en el acceso al camarín de la Virgen, es la que esta semana PARAULA regala a sus suscriptores con motivo del centenario del nacimiento del papa polaco, que se ha conmemorado el pasado 17 de mayo. La imagen incluye en el dorso la oración escrita por el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, para esta ocasión.


Para Arrúe este encargo, como comenta a PARAULA, “supuso volver a la niñez”. Ya que él como niño fue testigo directo de la visita del Papa a Valencia. De hecho, él era monaguillo de la Catedral y pudo estar en la visita que el pontífice hizo a la Seo. También asistió a la ordenación sacerdotal de 141 diáconos que tuvo lugar en el paseo de la Alameda. “Imágenes que no se te olvidan nunca y que fue un orgullo poder reproducir años después”, comenta.


Cuando recibió el encargó le aconsejaron que reflejara al Papa con el tradicional hábito coral rojo con el que se refleja a los papas. Sin embargo, este artista pensó que era mejor hacer con las mismas vestiduras que llevó en la ordenación sacerdotal “para ser más fiel al recuerdo de la visita”. Así se le ve con la casulla blanca, que después regaló a la Catedral, y la mitra, que fue la que también usó en la misa de inauguración de su pontificado, el 21 de octubre de 1978, y en la que lanzó uno de sus mensajes más conocidos: “¡No tengáis miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad!”.
En la imagen también se puede ver a la Virgen de los Desamparados. Arrúe eligió representar la imagen peregrina, obra del escultor Octavio Vicent, y que es la que también estuvo presente en la celebración de la Alameda. “A mi me hubiera gustado representarlo besando la imagen de la Virgen, pero es verdad, que esa imagen no se dio”, apunta.


Para poder representar a Juan Pablo II Arrúe se documentó a fondo viendo fotografías y vídeos de la visita del Santo Padre a Valencia. También durante todo el proceso escuchó el audio de la homilía del Papa en Valencia gracias al libro-CD ‘Juan Pablo II habla a Valencia’, que editó la Fundación Diocesana para la Comunicaciones Sociales del Arzobispado de Valencia, y que aún hoy se puede conseguir en la redacción de PARAULA.


La pintura de este óleo “fue una gran emoción” para Arrúe, puesto que “se trataba de un personaje tan relevante, el Papa de nuestra generación”. Además, reconoce que el cuadro se ha convertido en lugar de veneración, puesto que es frecuente que numerosos valencianos acudan allí para rezar y pedir que interceda por ellos. “Las gracias las da Dios, nosotros somos instrumentos en los que Dios actúa, y la obra tiene dignidad porque Dios algo tiene que ver”, agrega.