María José Fraile | 26-01-2017
De Izqda. a Dcha., Samuel Escobar, Lucía Ramón, Mons. Salinas, Eddy Muskus y Andrés Valencia.
El Palacio de Colomina-CEU de Valencia acogió una mesa redonda en torno al tema ‘500 años de la Reforma, redescubrir juntos el Evangelio, incluida en la programación de la ‘Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos’. En el acto, marcado por los deseos de vivir un nuevo tiempo en el camino de la unidad, se destacó la importancia y la necesidad de redescubrir juntos el tesoro de la Iglesia, que es el Evangelio, y cómo ello debe marcar los espacios de diálogo entre las Iglesias.
En la mesa redonda participaron el obispo auxiliar de Valencia monseñor Javier Salinas; el pastor Eddy Muskus, de la Iglesia Evangélica; Samuel Escobar, de la Iglesia Bautista; y Andrés Valencia, representante de la Iglesia Católica y profesor de la Facultad de Teología de Valencia San Vicente Ferrer.
El obispo auxiliar de Valencia monseñor Javier Salinas, “como experto en el ámbito de la pastoral, uno de los retos del ecumenismo”, según fue presentado por la moderadora de la mesa redonda, Lucía Ramón, profesora del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Facultad de Teología de Valencia.
En su intervención, Mons. Salinas destacó este tiempo del V centenario “como la vuelta a la experiencia vital de Lutero, y de tantos otros, que siempre han subrayado la riqueza de la Sagrada Escritura, el tesoro de la Iglesia”. Salinas señaló la caridad como un acento decisivo para llegar a un verdadero encuentro ecuménico, e insistió en hacer un esfuerzo mutuo por conocernos, dejar que la Sagrada Escritura “nos ilumine y transforme nuestras vidas, porque sin ella se nos cae todo”, y concluyó recordando las palabras del cardenal Martini en las que se destaca que “la ‘Lectio Divina’ salvará a Europa de su desierto espiritual y le hará volver a sus raíces”.

Retos contra la división

Por su parte, Andrés Valencia, representante de la Iglesia Católica habló de las 95 tesis de Lutero como “una reflexión para toda la iglesia Católica que acabó en división”. En ese sentido señaló que el verdadero ecumenismo no puede darse sin una “conversión interior”, que nos haga ver la luz de Cristo en el otro que es mi hermano. Para superar las diferencias, Valencia planteó 7 desafíos, como la “predicación ‘ad intra’, buscar caminos de reconciliación, orar juntos en torno a la palabra de Dios, trabajar por la justicia en este mundo, la formación ecuménica y trabajar en los temas teológicos pendientes como la eclesiología y la Eucaristía”.
Tener presentes los 5 ‘sólo’
Para crear la unidad entre los cristianos, el pastor Eddy Muskus, de la Iglesia Evangélica señaló que “la Reforma continúa, está en acción y tenemos que continuar aquel proceso que se inició con las 95 tesis” que comparó como auténticos tuits “porque fueron escritas para debatir y apartar a un lado los abusos que ocurrieron en ese tiempo en la Iglesia”. Para llevar a cabo la conversión recordó los 5 ‘sólos’ que los reformadores entendían como pilares esenciales para la vida cristiana: sólo la Escritura -La Biblia es el único estándar de Fe y Práctica-, sólo por Fe, -justificación solo por la Fe-; sólo por Gracia -la salvación es solo por la Gracia de Dios-; sólo por Cristo, -solamente por medio de la obra de Cristo hay salvación-, y sólo a Dios la Gloria, -solamente se le debe dar la Gloria a Dios en la Salvación de los pecadores-.
La importancia del laicado
Por último, Samuel Escobar, de la Iglesia Bautista planteó que las celebraciones del V centenario tienen que llevarnos a reflexionar sobre “la importancia de regresar a la Biblia como fuente de fe”, así como “la importancia del sacerdocio universal de los creyentes, porque todos somos responsables de comunicar el Evangelio y no dejarlo sólo a los especialistas”.
No pongamos puertas
Antes de iniciarse el debate, el sacerdote Vicente Collado, delegado de la comisión diocesana de Relaciones Interconfesionales del Arzobispado de Valencia, recordó que “a la iniciativa de ecumenismo se ha unido el diálogo interreligioso”, y exhortó a que no se pongan “puertas con el nombre de Cristo y abramos lo que Cristo nos ha enseñado”.