El Papa junto a personas mayores en una fotografía de archivo.

ACI | 04.02.2021
El papa Francisco anunció, al finalizar el rezo del Ángelus en el Vaticano el pasado domingo 31 de enero, la institución de la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebrará en toda la Iglesia el cuarto domingo de julio, cerca de la conmemoración de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús. El Santo Padre explicó que el objetivo de esta Jornada Mundial es “promover el encuentro entre generaciones, de los nietos con los abuelos y de los abuelos con los nietos, para custodiar las raíces y transmitirlas”.

El Pontífice recordó que “cuando Simeón y Ana, ambos ancianos, iluminados por el Espíritu Santo, reconocieron en Jesús al Mesías”. Señaló que “el Espíritu Santo también hoy suscita en los ancianos pensamientos y palabras de sabiduría. Su voz es preciosa porque canta las alabanzas de Dios y custodia la raíz de los pueblos”. “Ellos nos recuerdan que la vejez es un don, y que los abuelos son el eslabón de unión entre las diferentes generaciones para transmitir a los jóvenes la experiencia de vida y de fe”, añadió.

Asimismo, el Papa lamentó que “los abuelos muchas veces son olvidados, y olvidamos esta riqueza de custodiar las raíces y transmitirlas”. “Es importante que los abuelos se reúnan con los nietos, y que los nietos se reúnan con los abuelos. Porque, como dice el profeta Joel, los abuelos ante los nietos soñarán, tendrán ilusión, y los jóvenes, tomando fuerza de los abuelos, saldrán adelante, profetizarán”, destacó.

Año de la Familia
En un comunicado difundido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida difundido tras el anuncio del Papa Francisco, el prefecto del Dicasterio, el cardenal Kevin Joseph Farrell, explicó que la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos “es el primer fruto del Año Familia Amoris Laetitia, un don para toda la Iglesia destinado a permanecer a lo largo de los años”.
“La pastoral de las personas mayores es una prioridad inaplazable para toda comunidad cristiana. Es necesario atesorar la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo”, añade el Prefecto.