REDACCIÓN | 26-02-2016
El párroco ortodoxo Sergei Prosadéyev, junto al jesuita Josep Buades.
Sergei Prosandéyev es el párroco ortodoxo ruso de San Jorge en Valencia. El sacerdote jesuita Josep Buades Fuster, director de CeiMigra, es miembro de la comisión diocesana de Relaciones Interconfesionales y del centro ecuménico interconfesional de Valencia. Se conocen desde hace años, cuando el P. Prosandéyev era párroco de San Miguel Arcángel en Altea. Reanudaron el contacto cuando el P. Prosandéyev se hizo cargo de la comunidad ortodoxa rusa en Valencia, y durante el proceso de formación de la parroquia. Ahora valoran para PARAULA lo que significa para ellos el encuentro del pasado día 12 entre el Patriarca Kyril de Moscú y toda Rusia y el Papa Francisco en el aeropuerto internacional de La Habana.
– ¿Les sorprendió el anuncio del encuentro?
-SP: De verdad, me sorprendió mucho. Se anunció con muy poca antelación. Muy extraño para un acontecimiento que marca una época. El Patriarca de Moscú es el más grande del mundo oriental, dejando aparte la preeminencia honorífica del Patriarcado ecuménico, cuya jurisdicción se limita a unas veinte mil personas. Tengamos en cuenta los problemas antiguos; también los que se manifestaron desde los años noventa del siglo XX, cuando el asunto de los uniatas en Ucrania causó mucha tensión: casi una guerra por la reclamación de templos. En ese contexto, el Patriarca Alexis no quiso hablar con Juan Pablo II. Ahora tenemos otra situación. El encuentro abre una vía de comunicación importante para un mundo en riesgo de guerra.
– JBF: Me sorprendió, como a todos, que anunciasen “se encontrarán en unos días”. Me sorprendió y no me sorprendió, sobre todo, desde que se anunció la celebración del Sínodo o Concilio Panortodoxo en Creta; máxime cuando el Obispo de Roma está invitado a llevar una delegación a las sesiones de inauguración y de clausura. Algo así tenía que pasar. Tal como planteaba el Sínodo el Patriarca Bartolomé, había una pieza que no encajaba si no se producía el encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú. Bueno, además, San Juan Pablo II nos enseñó dos cosas: que Europa solo puede respirar con los dos pulmones de Oriente y Occidente; y que para tener una relación sana con la ortodoxia, teníamos que pedir perdón por nuestros pecados en la historia. San Juan Pablo II no pudo encontrarse con el Patriarca Alexei. Pero Benedicto XVI sí se encontró con el metropolita Kyril de Smolensko. Esperábamos que, una vez elevado a la sede patriarcal, reanudase los contactos con el Obispo de Roma.
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