Redacción | 21-01-2015
El papa Francisco ofició el pasado día 18 en Manila la misa más multitudinaria de la historia, con “seis millones” de fieles, según anunció el presidente de la Autoridad de Desarrollo de la capital filipina, Francis Tolentino. Y ante semejante auditorio, el Obispo de Roma invitó a todos los filipinos a mantener una actitud favorable a la vida, dado que “tenemos que ver a cada niño como un regalo al que hay que dar la bienvenida, querer y proteger”.
Con los niños de la calle
Durante su viaje apostólico a Filipinas, el Papa tuvo una atención especial con los niños. Antes de la multitudinaria misa en el Rizal Park de Manila, Francisco se reunió con algunos de ellos de la calle acogidos por la Iglesia Católica. Una de ellos Glyzelle Palomar, una niña de 12 años que preguntó sollozando al Papa por qué Dios deja que los niños caigan en la droga y la prostitución. “Es la única que preguntó algo que no tiene respuesta y que no sabía expresar en palabras sino con sollozos”, dijo el Papa tras un largo abrazo a la pequeña. “Cuando nos hagan la pregunta de por qué sufren los niños, que nuestra respuesta sea o el silencio o las palabras que nacen de las lágrimas”, dijo también el papa Bergoglio. “Sólo ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpiados por las lágrimas”, añadió.
Igualmente, el Pontífice, en el vuelo de retorno de Filipinas a Roma, advirtió que las ideologías están siendo insertadas en países en desarrollo a través de la educación de los niños, realizando un cambio como una forma de “colonización”.
Proteger a la familia
El Santo Padre mostró también en varias ocasiones durante su visita su solicitud y preocupación por la familia. Así, en la multitudinaria misa en Manila (que superó el anterior ‘récord’ de cinco millones también en Manila con Juan Pablo II en 1995), subrayó “la importancia de proteger nuestras familias”. Y refiriéndose a los peligros para la institución familiar, afirmó que “por desgracia, en nuestros días, con demasiada frecuencia la familia necesita protección frente a ataques insidiosos y programas contrarios a lo que consideramos verdadero y sagrado, y que es lo más hermoso y noble de nuestra cultura”.
Asimismo, en un mensaje dirigido a más de mil familias filipinas en Manila el 16 de enero, el Papa denunció la “nueva colonización que trata de destruir la familia”, así como los crecientes esfuerzos de “redefinir la propia institución del matrimonio, por el relativismo, por la cultura de lo efímero, por una falta de apertura a la vida”.
El Santo Padre hizo similares afirmaciones en defensa del matrimonio al inicio del día, cuando presidió la Misa en la catedral de Manila: “Proclamen la belleza y verdad del mensaje cristiano a una sociedad que está tentada por presentaciones confusas de la sexualidad, el matrimonio y la familia”.
Segundo país en católicos
Por número de fieles, Filipinas es el principal país católico en Asia y el segundo del mundo tras Brasil: “Es un don de Dios, una bendición, pero también una vocación. Los filipinos fueron llamados a ser misioneros de la fe en Asia”, les recordó el Santo Padre.
En Filipinas el 80 por ciento de los cien millones de habitantes del país, antigua colonia española, practican un catolicismo ferviente. Antes de llegar al país, Francisco estuvo dos días en Sri Lanka. Se trata de su segundo viaje a Asia en cinco meses, una manera de reconocer la importancia en este continente para la Iglesia Católica. También se trata de la cuarta visita de un papa a Filipinas, donde los pontífices han sido siempre acogidos con un fervor extraordinario.
La visita del Pontífice se vio afectada por el mal tiempo, y el pasado sábado tuvo que acortar su visita a la isla de Leyte, donde se preparó un encuentro con los supervivientes del tifón Haiyan, que en 2013 dejó más 7.350 muertos.