En la plaza de las cuatro iglesias de Mosul el Papa dirigió una oración por las víctimas de la guerra.

C.A. /AGENCIAS | 11.03.2021
Era el sueño de San Juan Pablo II, que siempre tuvo el deseo de visitar Irak. Años después, el Papa Francisco ha emprendido el primer viaje tras el estallido de la pandemia del coronavirus, una visita histórica, ya que además de ser el primer Papa en visitar tierras iraquíes ha sido un signo de esperanza y de paz en un pueblo que ha sufrido duramente la violencia y la guerra y donde la comunidad cristiana ha sido duramente golpeada por la persecución, la discriminación y el martirio.
Una tierra, en la que en este mismo siglo, ha sido bañada por la sangre de los cristianos, que han sido perseguidos y asesinados por el Estado islámico. Allí el Papa, en una visita de alto riesgo desde el punto de vista de la seguridad, ha podido conocer de primera mano su testimonio y ver con sus propios ojos la devastación en los pueblos e iglesias, muchas de ellas totalmente destruidas.

Dejar un mensaje de paz y establecer las bases para una reconstrucción. Este era el deseo de Francisco que en uno de sus discursos no dudó en alzar la voz: “si Dios es el Dios de la vida, y lo es, a nosotros no nos es lícito matar a los hermanos en su nombre. Si Dios es el Dios de la paz, y lo es, a nosotros no nos es lícito hacer la guerra en su nombre y si Dios es el Dios del amor, y lo es, a nosotros no nos es lícito odiar a los hermanos”.

Ante los líderes religiosos también destacó que “la verdadera religiosidad es adorar a Dios y amar al prójimo” y señaló que “en el mundo de hoy, que a menudo olvida al Altísimo y propone una imagen suya distorsionada, los creyentes están llamados a testimoniar su bondad, a mostrar su paternidad mediante la fraternidad”. “Como creyentes no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión”, añadió.

Lugar “conmovedor”
Durante el vuelo de regreso a Roma el Papa valoró la visita y apuntó que “la caridad, el amor y la fraternidad son el camino a seguir”. Además, relató que no imaginaba las ruinas de Mosul: “realmente no me las imaginaba… Sí, puede que haya visto cosas, puede que leí el libro, pero esto toca, es conmovedor”.
También señaló que espera poder visitar pronto Líbano, “un país muy generoso a la hora de acoger a los refugiados”.

7 claves de sus mensajes en Irak

“El mundo ofrece hoy una imagen distorsionada de Dios”.
El Papa destacó que ante el mundo de hoy, “que a menudo olvida al Altísimo y propone una imagen suya distorsionada, los creyentes están llamados a testimoniar su bondad, a mostrar su paternidad mediante la fraternidad”.


“No podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión”.
Destacó que !si Dios es el Dios de la vida, y lo es, a nosotros no nos es lícito matar a los hermanos en su nombre”. “La guerra, el odio y la violencia son incompatibles con las enseñanzar religiosas”, también añadió.

“La trágica disminución de cristianos es un daño incalculable para toda la sociedad”.
El Santo Padre al referirse a la desaparición de los cristianos destacó que “es un daño incalculable no sólo para las personas y las comunidades afectadas, sino para la misma sociedad que dejan atrás”. “En efecto, un tejido cultural y religioso tan rico de diversidad se debilita con la pérdida de alguno de sus miembros, aunque sea pequeño”, añadió.

“Respeto a todas las comunidades religiosas”.
Ante las autoridades Francisco pidió que concedan a todas las comunidades religiosas “reconocimiento, respeto, derechos y protección”.

“Fraternidad para la paz”
En diferentes momentos destacó la importancia de estrechar lazos de fraternidad y solidaridad entre todos al servicio del bien común y la paz”. De hecho, destacó como jóvenes musulmanes ayudaron a reconstruir iglesias y monasterios.

“La clave está en el perdón”
“El perdón es necesario para aquellos que sobrevivieron a los ataques terroristas. El perdón es necesario para permanecer en el amor, para permanecer cristianos”, dijo el Papa.

“El terrorismo y la muerte no tienen la última palabra”
Ante el sufrimiento del pueblo iraquí el Papa destacó que “la última palabra pertenece a Dios y a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte”. “Incluso ante la devastación que causa el terrorismo y la guerra podemos ver, con los ojos de la fe, el triunfo de la vida sobre la muerte”.

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