ZENIT | 6-11-2014
Una niña cristiana en Irak,
La fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) presentó el pasado martes en Madrid el Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo 2014, un estudio que la institución elabora cada dos años y en el que participan 40 expertos. Este documento, traducido en seis idiomas, es el único de su clase editado por una entidad de la Iglesia Católica.
La principal conclusión de este informe es la constatación de un “grave y constante deterioro” del derecho fundamental a la libertad religiosa, según ha explicado el director de AIN en España, Javier Menéndez Ros, durante su intervención. De los 196 países analizados, en 55 se ha registrado un deterioro de la situación. Además, la libertad religiosa se vulnera de forma significativa en 82 países.
Los cristianos siguen siendo la minoría religiosa más perseguida en todo el planeta. En esta línea, tres de cada cuatro personas que sufren por razón de su fe en el mundo pertenecen a alguna de las denominaciones cristianas. Según los cálculos de esta organización internacional, 200 millones de cristianos son perseguidos y otros 50 millones sufren discriminación.
Países
En la lista de estados con las violaciones más graves de este derecho fundamental predominan los países musulmanes. Así, de los 20 países clasificados en la categoría de “alta persecución”, 14 de ellos sufren persecución ligada al fundamentalismo islámico. Se trata de Afganistán, Arabia Saudí, Egipto, Irán, Irak, Libia, Maldivas, Nigeria, Paquistán, República Centroafricana, Somalia, Siria, Sudán y Yemen. En los seis países restantes, la persecución está ligada a regímenes autoritarios. Es el caso de Azerbaiyán, China, Corea del Norte, Eritrea, Birmania (Myanmar) y Uzbekistán.
En el concurrido acto participó también el patriarca de la Iglesia Greco-Católica Melquita, su beatitud Gregorio III Laham, una de las primeras personas en denunciar la persecución de los cristianos en Siria. El patriarca de la Iglesia Greco-Católica Melquita explicó cómo la guerra en su país ha provocado diez millones de desplazados, de los que 450 mil son cristianos.
Desde el inicio del conflicto “han muerto dos mil cristianos, cuatro de ellos sacerdotes, y hemos sufrido el secuestro de dos obispos y muchísimos civiles”, lamentó. A pesar del riesgo que corren, “todos los sacerdotes se han quedado en sus parroquias y las iglesias permanecen abiertas”. “Nuestra prioridad es ayudar y estar cerca de la gente”, aseguró. Pese a todo, “seguimos viviendo y tenemos un proyecto de futuro”. “Es un milagro”, señaló.
Al inicio de la guerra, la Iglesia Greco-Católica Melquita en Siria comenzó ayudando a 300 familias y ahora dan cobertura a ocho mil hogares. “Necesitamos 50 mil dólares mensuales para atender las necesidades básicas de estas personas”, apuntó.
Otros de los objetivos prioritarios son: reconstruir las 91 iglesias que han sido destruidas, ayudar a la gente a encontrar oportunidades de trabajo, y hacer llegar la voz de la Iglesia en Oriente para que la comunidad internacional se implique en la resolución de este conflicto.
El patriarca Gregorio III concluyó su intervención haciendo un llamamiento a favor del encuentro entre culturas y religiones, a través del diálogo y no de la guerra.
Un buen ejemplo de cómo viven los cristianos sirios es la joven universitaria Mireilla Al Farah, que ha servido de intérprete durante la presentación. “Mi apellido -Al Farah- significa alegría y simboliza cómo somos, porque siempre intentamos mantener esta actitud en nuestras vidas”.
Consulta aqui el informe completo.