REDACCIÓN | 13-07-2014
El Papa celebró el pasado lunes una misa en Casa Santa Marta en la que participaron seis personas que fueron víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes. Se trató del primer encuentro directo de Francisco con víctimas de abusos.
Ante ellas, el Pontífice expresó su “dolor por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes y humildemente pido perdón”.
Igualmente, el Santo Padre pidió “perdón por los pecados de omisión por partes de lideres de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso; esto lleva todavía a un sufrimiento adicional a quienes habían sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo”.
Francisco aseveró, además, que “no hay lugar en el ministerio de la Iglesia para aquellos que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical”.
En este sentido -añadió- “todos los obispos deben ejercer sus oficios de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protección de menores y rendirán cuentas de esta responsabilidad”.
El Papa consideró también que “la presencia de ustedes, aquí, habla del milagro de la esperanza que prevalece contra la más profunda oscuridad. Sin duda es un signo de la misericordia de Dios el que hoy tengamos esta oportunidad de encontrarnos, adorar a Dios, mirarnos a los ojos y buscar la gracia de la reconciliación”.
Tras la eucaristía, el Obispo de Roma recibió a todos ellos, dos personas de Gran Bretaña, dos de Alemania y otras dos de Irlanda. Con cada una mantuvo una serie de encuentros, que duraron más de tres horas.
Al término de los coloquios, los seis expresaron su agradecimiento al Santo Padre por haberlos escuchado “con mucha atención y disponibilidad”. Así lo dijo Federico Lombardi, director de la oficina de prensa de la Santa Sede.
La invitación al encuentro con el Papa corrió a cargo del cardenal O’Malley en diversos países “a través de las estructuras con que la Iglesia cuenta para ocuparse de las víctimas de abusos sexuales”