Eva Alcayde | 22-06-2017
Este año la peregrinación diocesana de la Hospitalidad Valenciana de Nuestra Señora de Lourdes al Santuario francés, que tendrá lugar del 28 de junio al 2 de julio, va a ser un poco especial, ya que la entidad celebra su 90 aniversario.
Aunque será la peregrinación número 84 -se interrumpieron durante la Guerra Civil- será conmemorativa de esta señala da efemérides para Hospitalidad y llevará por lema “El Señor hizo en mi maravillas”, del Magnificat de la Esperanza.
Le peregrinación estará presidida por el cardenal arzobispo Antonio Cañizares y contará, este año como novedad, con la participación de un grupo de peregrinos del Movimiento Fe y Luz, que se dedica a la atención las personas con discapacidad.
En total, está previsto que participen alrededor de 1200 personas, entre enfermos y discapacitados, peregrinos y voluntarios (enfermeras, brancardiers, personal sanitario, sacerdotes, scouts…)
Los peregrinos partirán en un avión de 90 plazas, un tren de 360 plazas en dos compartimentos y entre 12 y 15 autobuses, cuatro de ellos adaptados para los enfermos.
LLevar a los enfermos ante la Virgen
La ayuda en el traslado de las personas enfermas y descapacitadas, que no pueden valerse por sus medios en su visita al Santuario de Lourdes, es el objetivo primero y fundamental por el que fue creada la Hospitalidad Valenciana en 1927. Toda la organización gira en torno a este principio que, de hecho, es primer punto de los estatutos de la entidad, pues tal y como indican en la Hospitalidad, “sin los enfermos y discapacitados nuesto trabajo no tendría sentido y nos convertiríamos en una agencia de viajes”.
A lo largo de estos 90 años de historia, varios millares de enfermos se han puesto en manos de la Hospitalidad Valenciana de Lourdes. Medicos, enfermeros, voluntarios, brancadiers…. ayudan durante unos días a que todas estas personas, con salud quebradiza y dolores en el rostro, obtengan el consuelo y cariño que necesitan.
“Por unos unos días nos convertimos en sus manos y sus pies para llevarles a la Gruta. Más allá de pedirle a la Virgen curación o mejoría en su estado, muchos de los enfermos lo que buscan en esta peregrinación es reencontrar la salud espiritual, la paz y la serenidad que reciben de la Virgen”, explican desde la Hospitalidad, que subrayan que cuando se habla de Lourdes la palabra que viene siempre asociada es ‘servicio’.
Servicio médico antes y durante la peregrinación
Pero el trabajo de los voluntarios no se reduce solo en la atención de los enfermos y discapacitados en Lourdes. Durante el trayecto y también en las semanas previas a la peregrinación hay mucho trabajo por desarrollar.
En el Servicio Sanitario, por ejemplo, está formado por 10 médicos, 10 enfermeras y 3 farmacéuticos. Al frente se encuentra María Carrascosa, que se preocupa de valorar los informes médicos que presentan los enfermos antes de peregrinar al santuario francés.
“Estudiamos sus informes para ver qué medicación necesitan y las pautas de administración y si algo no está claro hablamos con los médicos particulares para tener un informe más completo”, explica.
Después se preparan los botiquines de mano que se llevan en cada uno de los medios de transporte que viaja a Lourdes, uno en cada autobús de enfermos, otro en cada compartimento de tren y otro en el avión. En este caso, el trabajo más intenso recae en los farmacéutios.
“Aunque en el recinto del satuario hay una farmacia universal que abastece de medicinas a los peregrinos que lo necesiten, en la Hospitalidad Valenciana preferimos llevarnos todo lo que podamos necesitar”, explica Carrascosa.
Durante el trayecto, un médico y una enfermera, viajan en cada uno de los medios de transporte para atender cualquier urgencia que pueda surgir.
Después, durante la peregrinación el equipo sanitario se organiza en diversos servicios. En el Centro de Acogida hay permanentemente un médico y una enfermera de guardia, en turnos de mañana, tarde y noche.
Otro equipo se encarga de llevar el carro con el botiquín de ocho cajones a cada uno de los actos. Allí se puede encontrar todo tipo de medicación, así como vendas y productos de ortopedia.
El equipo sanitario también participaen la Procesión del Santísimo “en un puesto de honor, justo detrás acompañando al Santísimo”, señala María Carrascosa, que lo que más le emociona es el momento de la bendición de los enfermos. “Un médico de cada peregrinación va con el Santísimo, viendo como se bendice a los enfermos y valorando médicamente si hay algún signo de mejoría, para después poder dar fe de ello. Esta es una tarea muy importante y emotiva, porque realmente descubres en los enfermos una mirada diferente y un brillo especial es sus ojos”, asegura.
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