EVA ALCAYDE | 12-01-2018
Este domingo, día 14, se celebra la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado, un día para reflexionar sobre la situación de miles y miles de personas que huyen de guerras, persecuciones, desastres naturales y de la pobreza.
Con motivo de esta jornada el papa Francisco ha escrito un mensaje, que lleva por título “Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados”, cuatro verbos que el Papa ha dibujado como los ejes para abordar de manera integral el fenómeno de la movilidad humana.
En su mensaje, que desgranamos en la columna de la derecha, el pontífice propone medidas concretas para cada uno de estos verbos, que van desde abrir corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables, establecer visados temporales para los que huyen de conflictos o defender el principio de la centralidad de la persona, que implica anteponer la seguridad personal a la nacional.
Más de 70 refugiados en la diócesis
En la diócesis de Valencia, distintas entidades trabajan conjuntamente para dar respuesta a estas situaciones. El trabajo desarrollado entre el proyecto diocesano de ayuda a refugiados y cristianos perseguidos “En casa hay sitio para un hermano más”, y las acciones llevadas a cabo por Cáritas Diocesana de Valencia, la Delegación Episcopal de Migraciones, el Servicio Jesuita a Migrantes y la Confer, entre otras instituciones y parroquias, ha permitido atender, acompañar y acoger en estos momentos a más de 70 personas refugiadas de distintos países y a cientos y de inmigrantes que llegan a Valencia.
Para el sacerdote Olbier Hernández, Delegado Episcopal de Migraciones en la diócesis de Valencia, la Iglesia trata de acompañar a las personas en cada una de las etapas de la experiencia migratoria, es decir, en la salida y a lo largo del viaje, en la llegada y también el regreso.
“Gracias al afecto y cercanía de nuestras parroquias y sus servicios de Cáritas, hay cientos de inmigrantes que caminan junto a nosotros”, señala el sacerdote que destaca que 2018 será un año importante, ya que se espera la aprobación de dos pactos globales -Global Compacts-, uno dedicado a los refugiados y otro a los emigrantes de los líderes mundiales.
La celebración de la Jornada Mundial de las Migraciones tendrá lugar este domingo, día 14, a las 18:00, en la Iglesia de Santa Catalina. Tras la celebración se proyectará el vídeo que ha editado la Conferencia Episcopal Española con motivo de esta jornada y todos los asistentes podrán degustar el ya tradicional chocolate en la puerta del templo que da a la plaza Lope de Vega.

“Si la Iglesia no me hubiera acogido, habría vuelto a Colombia a morir o a matar”
La familia Herrera Ocampo, van camino a lo que hoy es su hogar en Mislata. (FOTO: ALBERTO SÁIZ)El día en que las FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, le pidieron que llevara en su camión un cargamento de armas y Willner Herrera se negó en rotundo, supo que tendría problemas.
“Aquí me han dado calor humano y cercanía”
Iris Guerra tiene 38 años, es de Honduras y lleva en Valencia casi dos años. Llegó para estar con su madre que ya reside aquí desde hace 10, aunque reconoce que le costó mucho dar ese paso. “Siempre contemplé la posibilidad de venir a Valencia para estar con ella, pero no me decidía. Terminé mis estudios y retrasé el momento. Al final, por problemas de trabajo y falta de seguridad en mi país, me decidí”.
Una familia perseguida en Siria rehace su vida en Valencia, gracias a la ayuda de la Iglesia
Christian, Joseph, Souheil y Souzy en su casa en Valencia. (FOTO: A.S.)
En el 2013 contábamos en PARAULA la conmovedora historia de Souheil Sahdo y su familia, que tuvo que abandonar Siria y refugiarse en Valencia huyendo de la guerra y de la persecución por ser católicos.
Entonces, el matrimonio y sus tres hijos acababan de llegar a España, casi de carambola, y no sabían nada de nuestro país, ni de español, ni tampoco conocían a ninguna persona.
Pero la Iglesia les tendió la mano, igual que hace ahora con la familia del colombiano Willner Herrera. Les acogió y les protegió, les promovió y, cuatro años después, sigue acompañándoles en su proceso de integración. Aunque ahora ya caminan solos.
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