Jóvenes, religiosos y seminaristas participaron en una vigilia de oración en el jardín del Seminario Mayor. A.SAIZ

C.A./B.N. | 14.10.2021

Han sido dos días en el que los jóvenes de la diócesis han podido sentir la cercanía de Jesús con los símbolos de las Jornadas Mundiales de la Juventud. La Cruz y el icono de la Virgen Salus Populi Romani han despertado en los jóvenes alegría, ilusión y mucha esperanza.

Antes de pasar el testigo a la diócesis de Albacete los símbolos de la JMJ Lisboa 2023 fueron recibidos en el Seminario Mayor de Moncada. Allí a las puertas de la iglesia se celebró una emotiva vigilia de oración en la que la Cruz – que fue portada por jóvenes, religiosas y seminaristas- y el icono de la Virgen tuvieron un lugar prominente.

El jardín del Seminario, con una cálida luz y un fresco típico de noches otoñales, invitaba a la oración y a fijar los ojos en la Cruz, que destacaba iluminada. “Venimos a acoger y a contemplar a la Cruz, aunque haya sufrimiento viene a nuestro encuentro”, se podía oír en una de las reflexiones, que se intercalaban con cantos, algunos interpretados por jóvenes de Hakuna, y lecturas de pasajes del Evangelio.

Durante la vigilia el seminarista Nacho Benavent, de Valencia, ofreció su testimonio de la cruz. “La cruz responde al gran interrogante que se hace la humanidad: ¿por qué existe el sufrimiento? Solo Cristo le ha dado respuesta, con Él el sufrimiento no te destruye, ya que ha resucitado”, apuntaba. Este joven, el cuarto de siete hermanos, también relataba cómo lo había podido vivir en carne propia: “Muchas veces he sufrido por no aceptar como era, por querer destacar y ganarme los afectos y me parecía un escándalo el ser cristiano”. Sin embargo, un acontecimiento familiar, tal y como contó, le hizo ver a “Cristo crucificado en sus padres”, puesto que a le perdonaron a pesar de lo que había hecho. “Tener fe destruye los miedos a sufrir y yo he visto en mucha gente como matrimonios, jóvenes o seminaristas que amar implica la cruz”, añadía.

La vigilia estuvo presidida por el obispo auxiliar de Valencia mons. Arturo Ros, quien se sinceró con los jóvenes al reconocer que desde el primer momento que vio la cruz le surgió “el sentimiento de gratitud”. “Que importancia dar las gracias hoy, que está en desuso. Dar gracias a Dios y dar gracias a la Iglesia en Portugal, que ha permitido esta visita”, apuntó. Asimismo, también agradeció el testimonio de los Papas que habían estado presentes en las JMJ: San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. “La cruz nos hace ver la realidad de nuestra vida, que estando en el centro da sentido a todo o como dijo un viejo pensador el mundo gira pero la cruz permanece”, añadió

Uno de los momentos de mayor intensidad fue cuando colocaron la cruz acostada y los jóvenes se fueron acercando a ella para adorarla de rodillas personalmente.

Durante estos momentos de adoración el silencio se intercaló con los cantos. Uno de ellos, de Hakuna, no paso desapercibido ya que puso ante la cruz las necesidades de hoy: Por la Iglesia, por pueblos oprimidos por el totalitarismo, por los que nos persiguen, por los que hoy es su última noche, por los que tienen la tentación del suicidio, por las mujeres que van a dar a luz, por los difuntos o por los criminales, fueron algunas de las peticiones.

Tras la adoración los jóvenes se desplazaron al interior de la iglesia, donde todos en el pasillo central, pasaron la cruz por sus cabezas hasta llegar al altar como un signo que “el Señor nos espera en la eucaristía”. Una vez allí el templo permaneció abierto para la oración.

Tras la vigilia los jóvenes compartieron la cena en los jardines del Seminario y un grupo de jóvenes de la diócesis de Albacete recibió de mano de los jóvenes valencianos la Cruz y el icono para seguir la ruta hacia Lisboa, donde en 2023 millones de jóvenes de todo el mundo vivirán una experiencia inolvidable junto al sucesor de Pedro.

Alegría, unión y fe en Xàtiva

Entrada al colegio Claret de los símbolos de la JMJ. A.SAIZ

Cuando los símbolos de la JMJ llegaban al colegio Claret de Xàtiva y al Seminario Menor, un día que vivieron con “alegría, unión y fe al recibir la Cruz de la JMJ en su camino hasta Lisboa”, indicaron desde el propio colegio.La Cruz y el icono de la Virgen entraron por la la puerta principal del colegio a través de un pasillo que realizaron los alumnos de Infantil y 1º, 2º y 3º de Primaria, mientras era portada por los alumnos de Bachiller y sonaba por megafonía ‘Jesus Christ you are my life’.

Una vez dentro del centro se colocó delante de las escaleras de la puerta principal y fue recibida por el equipo directivo, el titular y los formadores del Seminario. Fue el momento en el que un alumno de 5 años y dos de Tercero encendieron unas velas al lado de la Cruz. Posteriormente, fue el rector del Seminario Menor y titular del centro, Pablo Soriano, quien dirigió unas palabras de acogida y de agradecimiento por el especial momento que estaba viviendo todo el centro educativo. Para terminar todos los alumnos y profesores rezaron juntos un Ave María.

Ya por la tarde, los símbolos de la JMJ presidieron una una celebración conjunta en la que participaron todas las etapas, desde Infantil hasta los alumnos de la ESO. Al aire libre, y respetando las medidas covid, celebraron juntos “la alegría de que la Cruz haya estado por unas horas en el centro”.

“Ha sido una celebración muy especial”, relatan a PARAULA. “Para comenzar se ha imitado a una JMJ. Por tanto, todos los alumnos tenían su propia credencial que indicaba el lugar que debía ocupar. Cada uno de los grupos representaba un país donde se ha celebrado la JMJ. Por ello, los alumnos durante toda la semana han trabajado esas banderas y credenciales para tenerlo todo preparado. Todos los alumnos han participado de la celebración con sus cánticos y peticiones”, comentan.

Para finalizar la celebración se entregó a cada clase un cartel con el lema de los colegios diocesanos y un libro de oraciones. Además, para que cada miembro de la comunidad educativa recuerde este gran momento de alegría vivido juntos se hizo entrega, a cada uno de ellos, de un colgante con una cruz.

La jornada finalizó con una oración en la capilla con todo el equipo docente.

Durante toda la semana los alumnos del colegio Claret de Xàtiva trabajaron en sus aulas la importancia de la Cruz peregrina y su significado. De igual manera se les explicó cómo es una Jornada Mundial de la Juventud, cómo es el lugar donde se va a celebrar la próxima y los niños pudieron escribir una petición para entregar en la celebración ante la Cruz.