Belén Nava | 15-01-2014
A Elena Sánchez, el cineasta Juan Manuel Cotelo la define como a una mujer “con un rostro sencillo”, a la par que “agradable, humilde, sencilla… y guapa”.
Además, asegura que trabajar con ella da gusto. ¿Qué más puede pedir un director de cine? De ser una completa desconocida a verse en la gran pantalla. Un salto vertiginoso que Elena ha afrontado con tranquilidad y sosiego.
Y es que haber sido elegida para interpretar a la Virgen María es un sueño hecho realidad. Ingeniera en diseño industrial de profesión y graduada en Publicidad y Relaciones Públicas, aunque actriz de vocación, conoció a Juan Manuel Cotelo en Radio María. Allí, ella ya le hi­zo saber su afición por la actuación. Se volvieron a ver en la Jornada Mundial de la Juventud y Elena le reiteró su pasión por el séptimo arte. Después de varios castings fue la elegida para ser la protagonista de la última cinta de Cotelo, ‘Mary’s Land’ .
– La primera pregunta es obligada, ¿no te asustaba la responsabilidad de interpretar a la Virgen María?
– Sí, mucho. ¡La Vírgen lo es todo! Pura belleza, humildad, bondad, dulzura, pureza, sabiduría, amor… Y yo me siento muy pequeñita. Pero es nuestra madre y va guiando cada uno de nuestros pasos. Para mí, es modelo a seguir, y con ella de la mano, vamos directos hacia Jesús y podemos experimentar ese Amor tan grande que siente Dios por cada uno de nosotros.
-¿Cómo te preparaste para interpretar este papel?
– Juan Manuel me dio la clave de todo. Me dijo: Tú, reza. Ya está. Gracias a esta oportunidad he conocido con más profundidad a la Vírgen. No se trata de un personaje a quien investigar o a quien imitar, sino alguien a quien nos podemos dirigir con total confianza. María es nuestra Madre del Cielo. Está más cerca de lo que podamos imaginar. Siempre está a nuestro lado, nos acompaña, nos cuida… Nos ama de una manera muy especial y muy dulce. A todos y cada uno. Sin excepción.

– ¿Qué te ha aportado esta vivencia a nivel personal?

– Muchísimo. He aprendido a confiar más en los planes de Dios que en los míos. Porque, ¿qué padre no desea lo mejor para sus hijos? Nos ama inmensamente y tiene regalos maravillosos para cada uno de nosotros. Sólo hay que confiar y abandonarse en sus manos, porque con Él todo es posible… Así que… ¿por qué no pedir lo imposible?
– ¿Cómo nace tu vocación de ser actriz?
– Con 9 años mis padres me apuntaron a teatro en el colegio para ver si de una vez por todas conseguía vencer mi timidez… Y desde entonces, ha ido creciendo en mí esa inquietud por el mundo artístico. La danza, la música, el cine, el teatro me parecen disciplinas increíbles, llenas de belleza y de sentimiento, capaces de conectar con las personas y llegar a lo más profundo de nuestro ser. A través de ellas se puede hacer mucho bien y llenar de esperanza y alegría muchos corazones. Eso es lo que me pasa cuando veo una obra musical o una buena película, mi mente no para de dar vueltas y quiero hacer mil planes.
– ¿Cómo es trabajar con Juan Manuel Cotelo?
– ¡Muy divertido! Siempre tiene una nueva aventura que contar y hace que se respire muy buen ambiente de trabajo en la oficina. Es muy profesional y un currante. Saca de nosotros todo lo mejor. Estoy aprendiendo mucho, tanto a nivel profesional como personal.
– ¿Recuerdas algún momento difícil o por contra alguna anécdota del rodaje?
– Algo que recordaremos todos es el terrible frío que hacía cuando se rodaron las secuencias de la Biblia, en el monte. Pero al final, es algo sin importancia, porque lo positivo siempre pesa más. Disfrutamos como niños. Muchos de los angelitos son amigos míos y fue una experiencia muy divertida para todos.
Y una cosa muy graciosa que me pasó es que un día de rodaje tenía que estar a las 6 de la mañana en el Garbí (Serra). Ni había luz, ni señales, ni nadie a quien preguntar, pero… ¿qué mejor GPS que los ángeles custodios? ¡Dimos con el punto exacto donde estaba todo el equipo!

“Uno no puede caminar solo” Elena, de 25 años y nacida en Valencia, se confiesa admiradora de la riqueza y diversidad de la Iglesia Católica. Cada movimiento tiene su carisma, del que podemos aprender una barbaridad y acercarnos más a Dios. Disfruto de cada regalo y cada persona que el Señor me va presentando día a día. Cada uno tiene su camino y lo va descubriendo a cada paso que da. Sí que es cierto que uno no puede caminar solo y necesita un bastón donde apoyarse”. Hermanos/as… Dos guardaespaldas (pequeños que yo en edad) que no paran de hacerme reír, Antonio y Dani. También tienen su vena artística que estoy empezando a descubir… – De pequeña querías ser: artista y diseñadora. – Una palabra que te defina: soñadora. – En tu tiempo libre lo dedicas a: bailar, cantar, dibujar, leer, estudiar idiomas, amigos, amigos y más amigos. – Una meta que te propongas: formar una familia el día de mañana.