M.J. Fraile/B.Nava | 19-12-2012
‘El incendio de la capilla de la Virgen de los Desamparados, la Catedral Metropolitana y el Palacio Arzobispal de Valencia el 21 de julio de 1936’, es el título del nuevo libro que acaba de publicar Andrés de Sales Ferri Chulio, director del Archivo de Religiosidad Popular del Arzobispado de Valencia. Un libro de 152 páginas con numerosa documentación desconocida sobre lo acontecido en Valencia en esta trágica fecha.
Un suecano, responsable de la imagen de la Virgen
En esta investigación Andrés de Sales aclara la decisiva intervención del archivero municipal Juan Boix Vila, natural de Sueca, en la salvaguarda de la imagen de la Virgen de los Desamparados, durante la contienda de 1936.
“En aquella fecha, la ciudad de Valencia es un auténtico hervidero de tensión y violencia. Las turbas recorren las calles con un único propósito: asaltar los templos que les salgan al paso”, explica Andrés de Sales. “Los Santos Juanes empezó a arder el 19 de julio. El martes 21 de julio, San Agustín, San Martín, Santa Catalina y a continuación, la capilla de la Virgen de los Desamparados, la Catedral y el Palacio Arzobispal”, enumera.
“El alcalde, José Cano Coloma, de Izquierda Republicana, a las 14 horas lanza un llamamiento para que acudan a apagar el incendio de la Seo desde Radio Valencia (Unión Radio)”, cuenta el autor en su libro, y “alrededor de las 16:00 horas Cano Coloma se persona en la plaza de la Virgen y ordena a los bomberos que apaguen las hogueras de la capilla de la Patrona”. En el acto “está presente el teniente de la Guardia Civil Luis Sevilla Alonso, que ha pedido permiso para colaborar en custodia de la imagen y le acompañan un grupo de guardias civiles, con dos de los cuales el teniente Sevilla Alonso irá al Ayuntamiento para depositar las alhajas y la aureola de la Virgen, y acto seguido busca a una persona para que desmonte la imagen de la peana del camarín”.
La imagen, en el Ayuntamiento
En torno a medianoche, “la imagen llega al Ayuntamiento en una camioneta de abasto municipal, y desde ese momento entran a formar parte de la historia Francisco de Paula Catalán Moliner, depositario municipal, y el archivero municipal Juan Boix Vila, a quienes Cano Coloma encarga custodiar la imagen de la Virgen”. El primero la vigila durante la noche del 21 al 22 de julio “en la sala Foral, donde se ha depositado”. El segundo, “a primeras horas de la mañana del 22 de julio se hace cargo de ella, y junto con todos los empleados municipales del archivo se confabulan en negar que la Virgen de los Desamparados esté en el Ayuntamiento”.
“La responsabilidad del archivero Boix Vila y de sus colaboradores en la salvaguarda de la imagen de la patrona de Valencia se mantiene hasta el 29 de marzo de 1939, y se manifiesta en los dos traslados que realizaron para ocultar la Virgen en otros lugares, del mismo archivo municipal, tal y como puede leerse en esta publicación, recientemente editada.
El libro puede adquirirse en la tienda de la basílica de la Virgen de los Desamparados y en la librería Paulinas, en la plaza de la Reina, 3, al precio de 15 euros.