Hoy los niños y jóvenes reciben cada día numerosos estímulos. Muchos de ellos desde dispositivos con pantallas. Sin embargo, el tradicional cuento, la historia pausada, con sus personajes -buenos y malos-, la argumentación con sentido… cada vez están más desaparecidos. Sin embargo, el poder curativo de estas narraciones es fundamental. Así lo explica Diego Blanco, que está impartiendo en Valencia un curso organizado por la Asociación Católica de Maestros de Valencia en el que presenta la narrativa como vía terapéutica ante problemas emocionales graves.

CARLOS ALBIACH| 6.12.23

Érase una vez… Con este inicio, típico de los cuentos tradicionales, podíamos empezar la entrevista con Diego Blanco Alvarova, investigador cultural, guionista, escritor y productor de televisión. Aunque quizás él se identificara más con la frase «incluso la persona más pequeña puede cambiar el curso del futuro», una de las frases más conocidas de ‘El Señor de los Anillos’, una obra que supuso un antes y un después en su vida, de la que es todo un experto y que ha marcado el camino de su vida. Hablar con Diego es hablar de la belleza de la narración, una narración que puede ayudar a los jóvenes a dar sentido a sus vidas. Así lo está explicando en el curso que imparte en Valencia y en el proyecto pastoral que lleva a cabo en los colegios de la Fundación San Pablo CEU de toda España. Padre de familia numerosa es autor entre otros libros de la saga ‘El club del Fuego Secreto’ (ed. Encuentro), dirigida a niños y jóvenes.

  • Imparte el curso ‘La narrativa como vía terapéutica ante problemas emocionales graves’. ¿Puede la narración servir para la curación?
  • No se trata de psicología sino de que la narración tiene un componente curativo en sí mismo. Es la madre que consuela al niño cuando se ha caído. Lo que intentamos es que los chavales encuentren sentido en las cosas que les pasan. ¿Cómo poder encontrar sentido en las cosas que les pasan? Para eso, la técnica es la narrativa. Hannah Arendt, autora de ‘Memorias de África’, citando a Isak Dinesen, dice que cualquier pena se puede sobrellevar metiéndola en una historia o contando una historia sobre ella. Hoy que hay una crisis de la narración lo que intentamos es que los chicos tengan una sensación de argumento en su vida. ¿Qué significa eso? ? Que cuando tú lees un libro ves que el héroe sufre. Pero que tiene un sentido las cosas que le pasan. Por ejemplo, la orfandad de Harry Potter tiene un sentido en la historia. Sirve para algo. Tiene un porqué y unas consecuencias. Y conduce inevitablemente a un final feliz. Esa es la idea.
    El proceso curativo empieza cuando se le cuenta al médico que pasa. Simplemente en el hecho de narrar. ¿Qué se les propone a los chavales? Que acepten el qué, algo que hoy no se lleva. Que acepten que no son los autores de su vida. Cómo vas a ser el autor de tu vida si no eres capaz de quitarte el más mínimo sufrimiento. Si fueras el autor, para seguir tus sueños lo primero que quitarías sería el sufrimiento.
    Hay un poder superior, para nosotros Dios, que te ha hecho a ti como personaje. Te ha hecho tus ojos, tus orejas, tu nariz, tus cejas, que no las has elegido tú. Tampoco has elegido tu escenario y te ha sido dado un argumento, que son las cosas que te han pasado, que algunas las has elegido tú, pero muchas de ellas no.

  • ¿Entonces cómo nos situamos en la historia?
  • Podemos situarnos como autor, lo que nos vuelve locos y nos conduce a la desesperación. Sin embargo, cuando nos situamos como protagonistas de esa historia entramos en un proceso narrativo. ¿Por qué sufre el protagonista? Entonces entras en la dinámica del argumento que en el caso de nuestro autor conduce a un final feliz. ¿Cómo se llega al final feliz? Pues llegas con muchos sufrimientos, muchas traiciones, muchos combates… muchas cosas que el autor permite porque tiene un plan que nosotros no conocemos.

  • ¿Qué papel juega cada uno? El héroe, el monstruo…
  • Yo siempre digo el protagonista eres tú porque sino no hay película. El héroe tiene que vencer al villano, que yo llamo monstruo. El monstruo es aquel que te ha infligido una herida desde muy pequeño y te engaña sobre el sentido de esa herida.
    Y pensamos que esa herida es la causa fundamental de que el autor no nos quiere porque tenemos esa herida. Y sin embargo, narrativamente, cualquiera que fuera escritor sabría que esa herida es exactamente lo que va a hacer que el héroe triunfe. Por ejemplo, el Rey León cree que mató a su padre y no mató a su padre o Woody, de Toy Story, piensa que solo tiene valor si es el juguete preferido.
    Entonces el autor en las historias no es el que hace daño sino que lo que hace es quitar las mentiras de los personajes a través de la argumentación. Woody necesitaba que apareciese Buzz Lightyear para darse cuenta de esto…

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