❐ C. ALBIACH | 26.05.2023

El tiempo Pascual finaliza con la fiesta de Pentecostés, en la que Iglesia celebra la venida del Espíritu Santo, tal y como les sucedió a los apóstoles tras la Resurrección de Cristo. Un día en el que la Igleia recuerda a los laicos con la celebración del Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar, en la que los obispos animan a los fieles a anunciar a Cristo “con palabras y obras”.

El relato de Pentecostés que se narra en los Hechos de los Apóstoles apunta que “se llenaron todos de Espíritu Santo y empezar a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse”. Hoy, tal y como celebramos en la fiesta de Pentecostés, sigue siendo la ayuda perfecta e indispensable para la misión de la Iglesia. El Papa Francisco en la fiesta de Pentecostés del año pasado recordaba que el Espíritu Santo “siempre enseña a la Iglesia la necesidad vital de salir, la exigencia fisiológica de anunciar, de no quedarse encerrada en sí misma, de no ser un rebaño que refuerza el recinto, sino un prado abierto para que todos puedan alimentarse de la belleza de Dios y nos enseña a ser una casa acogedora sin muros divisorios”.
En este sentido, con motivo de la Jornada del Apostolado Seglar los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, invitan a todos los bautizados, especialmente a los laicos, “a tomar conciencia de la importancia del anuncio explícito de Jesucristo, con palabras y con obras”.
Desde esta Comisión también explican que quieren llevar a cabo un ejercicio de discernimiento sobre el Itinerario del Primer Anuncio pues las conclusiones del proceso sinodal evidencian que es una prioridad pastoral para la Iglesia en España. Además, se recoge como una preferencia en las orientaciones pastorales de la Conferencia Episcopal Español (CEE) para el período de 2021 a 2025.
Los obispos señalan también que “nos urge situar el primer anuncio como núcleo y eje de la labor pastoral para responder como Iglesia al cambio de época”. “La sociedad actual, marcada por la secularización y el pluralismo, se coloca cada día más de espaldas a Dios y la mayoría de las personas viven como si Dios no existiera. Si hace unos años la fe fue arrinconada al ámbito privado de la persona, ahora ha sido en muchos casos expulsada incluso de ese espacio. Podemos afirmar que estamos asistiendo a una situación de esquizofrenia creyente, porque se ha establecido una contraposición entre la vida de fe y la vida cotidiana”, apuntan.
El primer anuncio, matizan, encuentra su fundamento en el mandato expreso de Jesús, “que nos invita a la evangelización: «Id al mundo entero y anunciad el evangelio a toda la creación» (Mc 16,15)”. Y en contexto actual, añaden, “caracterizado en muchos casos por el desconocimiento y la indiferencia hacia la persona de Jesús, estamos llamados a hacernos presentes, a nivel personal y comunitario, en los espacios públicos para anunciar el kerigma con lenguajes adecuados al interlocutor y especialmente con nuestro testimonio”.

Tarea de todos
Los obispos recuerdan que la misión de anunciar a Jesucristo corresponde a todo el pueblo de Dios y que “la tenemos que realizar juntos, en comunión, en clave de sinodalidad”. El proceso sinodal “está insistiendo en que la comunión y la participación tienen como meta la misión, el anuncio del evangelio. Además, el camino sinodal nos está invitando a sentirnos corresponsables en la misión evangelizadora, superando el clericalismo que nos afecta tanto a los clérigos como a los laicos”.
Además los obispos valoran las iniciativas de primer anuncio que ya existen en nuestra Iglesia en España, pero confiesan que “nuestro anhelo es que todos, por el sacramento del bautismo, tomemos conciencia de nuestra vocación de ser anunciadores de Jesucristo, que proclamemos con nuestras palabras y obras el kerigma, el núcleo del evangelio: Jesucristo te ama, ha dado la vida por ti y ha resucitado”.
También es fundamental, explican, comunicar con lenguajes adecuados a aquellos con los que se dialoga. Y hoy “este anuncio debe insertarse en la nueva cultura digital en la que nos movemos”. En este sentido plantean el desafío de convertirse en una presencia evangelizadora en el continente digital.
Otra palabra clave es el testimonio pues nuestro mundo necesita “no tanto maestros como testigos”. Es fundamental “anunciar a Cristo con nuestro modo de vivir” para “tocar el corazón y la mente de los que nos escuchan porque predicamos con nuestra vida”.
Como Iglesia, explican, “tenemos que situarnos en diálogo con el mundo, ofreciendo la buena noticia del evangelio a tantas personas que están sufriendo, que se sienten marginadas por la sociedad por cualquier motivo”. Estamos llamados a anunciar, concluyen, “al que es la vida, Jesucristo, en medio de las situaciones de muerte, de tristeza o de falta de esperanza que hay a nuestro alrededor”.
Esta Jornada, que coincide con las elecciones municipales y autonómicas, “nos interpela también a un testimonio cristiano en el mundo de la política, que, en palabras del papa Francisco, «es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común» (EG 205), recuerdan los obispos.

Vigilias en Valencia, Requena y Xátiva

La archidiócesis de Valencia celebra el sábado 27 tres vigilias de Pentecostés en tres lugares diferentes: la Catedral de Valencia, la Colegiata de Santa María de Xátiva y la iglesia de San Nicolás de Requena. Todas ellas organizadas por la delegación diocesana de Laicos y bajo el lema ‘Juntos anunciamos lo que vivimos’. Este lema, como señala Elías, de la parroquia Mare de Déu del Olivar de Alaquás y miembro de la delegación, nos llama “a anunciar el Evangelio dentro de nuestras posibilidades, en la medida de cada uno y según su manera de ser”. Vicent Gimeno, de la parroquia Epifanía del Señor de Valencia, también señala que “hay que dar testimonio en nuestros ambientes, un testimonio que no se puede dar sin una experiencia viva de Cristo”.