Agencias | 20-02-2013
Al rezar el penúltimo Ángelus dominical de su pontificado, que fue seguido desde la plaza de San Pedro el pasado día 17 por un número de fieles ostensiblemente mayor de lo habitual (más de 150.000), Benedicto XVI agradeció “de corazón a todos su oración y afecto en estos días”.
En su saludo a los numerosos peregrinos de América Latina y de España, el Santo Padre añadió: “Os suplico que continuéis rezando por mí y por el próximo Papa”. Además, encomendó la Iglesia a “la maternal protección de María Santísima”.
En la plaza, varios grupos de peregrinos portaban pancartas con mensajes de ánimo y de cariño hacia Benedicto XVI, que reflexionó con todos los presentes sobre la Cuaresma.
En este sentido, al destacar que en el primer domingo de Cuaresma cada año se proclama el Evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto, el Obispo de Roma alentó a que “no tengamos miedo de afrontar, también nosotros, el combate contra el espíritu del mal”.
Última misa en San Pedro
Por otra parte, el pasado día 13 se llevó a cabo la que será la última gran celebración en la basílica de San Pedro presidida por Benedicto XVI. La misa del Miércoles de Ceniza se desarrolló esta vez en el templo vaticano por la masiva afluencia de fieles, y no en la basílica de Santa Sabina como es habitual.
Los peregrinos y fieles congregados interrumpieron en varias ocasiones la ceremonia con aplausos hacia el Pontífice, en un ambiente fuertemente emotivo en el que, incluso, las lágrimas asomaron en los rostros de muchos de ellos.
En su homilía se refirió a la necesidad de conversión y citó al profeta Joel en su exhortación «rasgad los corazones, no las vestiduras».
Así, el Papa señaló que “también en nuestros días, muchos están listos para ‘rasgarse las vestiduras’ ante escándalos e injusticias –cometidas naturalmente por otros–, pero pocos parecen dispuestos a actuar sobre el propio ‘corazón’, sobre la propia conciencia y sobre las propias intenciones, dejando que el Señor transforme, renueve y convierta”.
Asimismo, se refirió al Sermón de la Montaña y explicó que en él Jesús “denuncia la hipocresía religiosa, el comportamiento que quiere aparentar, las conductas que buscan aplausos y aprobación”. El verdadero discípulo –añadió- “no se sirve a sí mismo o al ‘público’, sino a su Señor, en la sencillez y en la generosidad”.
Y concluyó: “Nuestro testimonio, entonces, será más incisivo cuando menos busquemos nuestra gloria y seremos conscientes de que la recompensa del justo es Dios mismo, el estar unidos a Él, aquí abajo, en el camino de la fe, y al final de la vida, en la paz y en la luz del encuentro cara a cara con Él para siempre”.
“Estaré siempre cerca de todos vosotros con la plegaria”
El Papa mantuvo el pasado día 14 un encuentro en el Aula Pablo VI con los párrocos y el clero de la diócesis de Roma, acompañados por el cardenal vicario Agostino Vallini y por los obispos auxiliares.
“Aunque ahora me retire -les dijo-, estaré siempre cerca de todos vosotros con la plegaria y estoy también seguro de que todos vosotros estaréis cerca de mí, aunque permanezca oculto para el mundo”.
A continuación el Papa habló con los presentes en el Aula Pablo VI de su experiencia personal en el Concilio Vaticano II, como los sacerdotes habían solicitado.
El cónclave podría reunirse antes del 15 de marzo
Aunque al cierre de esta edición de PARAULA, se desconocía todavía la fecha, el cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI éste podría reunirse antes de la fecha estimada inicialmente del 15 de marzo, siempre y cuando se encuentren en Roma el número de cardenales suficiente para elegir a su sustituto, según informó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Y es que, el propio Benedicto XVI podría realizar cambios en las normas que regulan el cónclave que elegirá a su sucesor antes de dejar el Pontificado el próximo 28 de febrero a las 20 h., según confirmó Lombardi. “El Papa está tomando en consideración la publicación de un ‘motu propio’ en los próximos días, obviamente antes del inicio de la ‘sede vacante’. Concretamente, el portavoz vaticano concretó que se estudia “algún detalle” para la plena armonización de algún documento sobre el cónclave, por ejemplo, el ‘Ordo Rituum Conclavis’ y, en todo caso, precisó que “la cuestión depende del Papa” y que, si finalmente toma esta decisión, “se conocerá del modo oportuno”.
El único cambio que hasta ahora había realizado Benedicto XVI en las normas del cónclave es que la votación para elegir al nuevo Papa tiene que ser por una mayoría de dos tercios de los cardenales electores.