Más de 160 millones de niños y niñas en el mundo, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), son víctimas de trabajo y explotación infantil. Programas como el de ‘Canillitas’, de los salesianos en República Dominicana, han permitido a los niños salir de la calle, vivir su infancia y labrarse un futuro. Esta realidad puede verse ahora en el documental ‘Canillitas’, de Misiones Salesianas y que se presentó en Valencia.

De izquierda a derecha: Juan Linares, misionero salesiano; Karen Montás, directora del programa Canillitas; Moisés Liranzo, menor benefificiario del programa y Alberto López, productor del documental. FOTO: A.SAIZ

CARLOS ALBIACH| 9.11.23

Canillitas. Es el diminutivo de canillas (piernas) con el que en los países latinoamericanos definen a los niños que se ganan la vida trabajando en las calles. Una realidad muy presente en muchos países y que priva a los menores de vivir una infancia y juventud en dignidad. Movidos por el deseo de ayudar a su familia, tener algo que comer o salir de una situación complicada hace que se vean abocados a realizar trabajos en los que muchas veces son explotados. Niños y niñas que en vez de jugar, divertirse y aprender tienen que malvivir trabajando y enfrentándose a situaciones a las que no deberían por su edad.
Esta es la realidad que se muestra en el documental ‘Canillitas’, producido por Misiones Salesianas, y que a través del testimonio de Moisés, Cristóbal, Edwin, Aquiles, Kioranny y Abril nos acerca a ‘Canillitas’, el centro que los salesianos han abierto en Santo Domingo (República Dominicana) para sacar a los niños de la calle y ayudarles a tener un futuro en condiciones.

A mediados del siglo XIX San Juan Bosco, fundador de los salesianos, se encontró en Turín con la situación de que cientos de jóvenes se acercaban a las fábricas para tener trabajo y así huir de la miseria en la que vivían. Sin embargo, ese sueño acababa pronto cuando el trabajo se convertía en una explotación laboral con condiciones infrahumanas y condiciones laborales poco dignas. De hecho, muchos perdían la vida trabajando y las calles se convertían en el lugar donde desahogarse a través de la violencia, del robo, de la bebida, de la prostitución… En la calle es donde este joven sacerdote los encontró y donde se puso manos a la obra para crear lugares donde pudieran estar en condiciones y poco a poco fueron educándoles y enseñándoles algún oficio. Todo un precursor de la formación profesional. Además, también hablaba con los capataces para defender sus derechos.

Un siglo después los salesianos siguen optando por la educación y la formación de los últimos en diferentes países como es el caso de República Dominicana. ‘Canillitas’ fue fundado el 8 de diciembre de 1985. Una fecha muy significativa, puesto que fue el día que Don Bosco inició la obra salesiana en Turín. Este centro enseguida tuvo una gran acogida y eran cientos los menores que acudían, ya que se sentían muy acogidos.

Como explica Juan Linares, misionero salesiano en Santo Domingo, la obra está fundamentada en una pedagogía inspirada por el carisma salesiano, una pedagogía de la confianza, marcada por diferentes etapas: “la de buscar al niño porque él es un tesoro que hemos de recuperar; una acogida para decir esta es tu casa; y un acompañamiento posterior en todo aquello que como salesianos tenemos, que es la escuela y la formación profesional”. Puesto que son unos muchachos que han tenido una vida muy práctica, explica el también coordinador de la Red de Muchachos y Muchachas con Don Bosco, “son más propicios de aprender un oficio, de formación técnico profesional que de otras cosas, pero siempre estamos abiertos a las ilusiones y a todo el proceso que ellos quisieran realizar”. En todo este proceso como explica el salesiano “van incorporando aquellas realidades que le corresponden a un niño como la educación, el ocio, el deporte, la salud, la experiencia formativa de tipo religioso recibiendo el sacramentos, etc.”.

A lo largo de estos años, como se muestra en el documental, son muchos los que han pasado por el centro dando lugar a lo que desde Misiones Salesianas definen como “historias con finales felices”, al convertirse en jóvenes profesionales y en padres de familia siempre agradecidos por la oportunidad y la educación que les ofrecieron los salesianos. Además, gran parte de ellos mantienen el vínculo y se ofrecen para colaborar en lo que haga falta.

La obra con menores de la calle y trabajadores ha crecido tanto que se ha convertido en la Red de Muchachos y Muchachas con Don Bosco, compuesta por 11 centros con sus respectivos programas y menores destinatarios en la República Dominicana, y que se han convertido en un ejemplo de éxito para combatir el trabajo infantil en el país caribeño. De hecho, como se puede ver en el documental son muchas las empresas que recurren a los jóvenes allí formados porque como explica Linares ven que “el sistema salesiano es de calidad”. “No solo salen técnicamente bien preparados sino como buenas personas con la responsabilidad, la honradez, el estilo, la sencillez”, añaden.

En toda esta red los programas están enfocados a desarrollar capacidades y habilidades en los niños, niñas y adolescentes favoreciendo así su formación y desarrollo integral. Existe un área pedagógica, un área laboral y un área social que ha conseguido, en estas casi cuatro décadas, acompañar de manera directa a aproximadamente 93.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes, llegar a más de 70.000 familias y, de manera indirecta, tener más de 150.000 personas beneficiarias, al trabajar cada año con un promedio de más de 2.500 destinatarios.

TESTIMONIO DE MOISÉS
Toda la labor con los niños que trabajan en la calle es lo que se ha querido mostrar en el documental, que ha sido presentado en varios colegios de los salesianos en España, como en el caso de Valencia, tanto a alumnos como al público en general. En las presentaciones ha participado uno de los protagonistas: Moisés Liranzo. Él es todo alegría, siempre con una sonrisa en la cara y dispuesto a hacer bromas a quien tenga delante. Él comenzó a trabajar limpiando zapatos en las calles de Santo Domingo con tan solo 8 años. Fue su hermano quien le enseñó cómo hacerlo y que calles tenía que hacer para evitar peligros. Aún así, se ha tenido que enfrentar a escenas de todo tipo y correr peligros. “Agradecido”. Así es como está a los salesianos, ya que ‘Canillitas’ marcó un antes y un después en su vida. Allí, cuenta, ha aprendido mucho e incluso un deporte que desconocía, el judo, y que ahora le fascina.

Realizar el documental para él ha sido “todo un juego” y reconoce que lo que más llama la atención a los niños europeos que lo han visto es que empiecen a trabajar tan pronto.

Dentro de esta gira, como si de un actor internacional se tratase, han recorrido varias ciudades, entre ellas Roma, donde pudo saludar personalmente al papa Francisco. “Fue el mejor día de mi vida, yo solo lo conocía por fotografías, ese día tenía hambre y sueño pero fue tener enfrente al Papa y todo se me pasó. Le dí cartas y dibujos de los ‘canillitas’ y me preguntó cuántos éramos, a lo que respondió pidiéndole a su asistente que me diese dos cajas de Rosarios para todos”. Para él la fe también ha sido importante: “Le pido ayuda a Dios para que esté conmigo. Antes de salir a trabajar, rezo, le pido a Dios que me ayude en la calle, y cuando llego a casa le doy gracias por llevarme a casa sano y salvo”.

El documental ha sido dirigido por Raúl de la Fuente, que tiene tres premios Goya, y se puede ver en el canal de Youtube de Misiones Salesianas. “Con este documental queremos que se vea esta labor, que la gente pueda colaborar tanto económicamente cómo a través de voluntariados, pero sobre todo queremos incidir en el sistema para la erradicación del trabajo infantil”, cuenta Juan Linares.

Para este misionero ‘Canillitas’ ha sido su vida y “el motivo de su alegría”. “Solo es hacer realidad lo que Dios quiere que sea mi vida”, detalla.