L.B. 24-11-2016
El Cardenal bendijo la nueva Casa de Cáritas de Alzira. A.ROVIRA
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, bendijo la ‘Casa de Cáritas’ de la parroquia Santa Catalina, de Alzira, un edificio nuevo de tres plantas que albergará los servicios de atención primaria, acogida a las familias necesitadas y apoyo legal para inmigrantes por parte de la entidad caritativa.
Tras ser recibido, el pasado jueves 18, en el templo de Santa Catalina por su párroco, Enrique Masiá, el arzobispo recorrió el pequeño trecho que separa la iglesia del nuevo edificio acompañado por los sacerdotes de la localidad y por numerosos fieles.
135.000 cafés
En un ambiente de auténtica alegría, fraternidad y satisfacción, los vecinos siguieron el acto de la bendición en el salón de actos del nuevo inmueble. “Que este edificio fomente vuestra caridad fraterna; que sea un hogar de caridad donde se difunda la fragancia de Cristo; que sea un lugar abierto a cuantos acuden a él; que los niños y jóvenes encuentren aquí ayuda para crecer en el conocimiento de Jesús; y que sirva para mejorar las condiciones de vida” fueron algunas de las frases que se pronunciaron durante la bendición y que realmente reflejaban las intenciones de todos los que han colaborado en que sea realidad.
Situada en la calle Josep Dolz, número 11, la ‘Casa de Cáritas’ tiene una superficie total de 535 metros cuadrados y ha sido diseñada por el arquitecto local Paulino Rocher, con la colaboración de Camilo Sarrión.
El presupuesto asciende a más de 300.000 euros que se están sufragando gracias a la ‘campaña del café solidario’, por la que las familias alzireñas han estado donando el importe de un café diario, es decir, un euro al día. A la iniciativa se han sumado 300 familias durante cerca de dos años, que han contabilizado la aportación de 135.000 cafés solidarios, según el párroco. A esto hay que añadir diversas donaciones hechas por algunas familias y empresas de la localidad.
La mejor casa
Después de la bendición, el párroco de Santa Catalina reconoció que ese era un “día grande” para la parroquia porque “después de muchos años hemos llegado a la meta y ya hay una casa destinada a la caridad”.
También explicó las distintas dificultades con las que se han encontrado a lo largo de estos años en el desarrollo de este proyecto que empezó siendo arciprestal aunque ha tenido que concluir en solitario la parroquia de Santa Catalina.
En su intervención, Enrique Masiá agradeció a todo el pueblo su colaboración. “Ésta no es sólo una casa, es la mejor casa”, destacó. Y añadió que “es una casa de todos y hecha por todos”, cooperación que tal y como indicó, “nos ha ayudado a ser más familia”. “Estoy orgulloso de esta parroquia y todos podemos decir: esta casa es mía”, concluyó Masiá.
El alcalde de la población, Diego Gómez, que también participó en el acto, destacó que este edificio es un lugar “donde hacer familia” que “dignifica la vida y dignifica al pueblo entero” además de “estar ligada a la realidad cristiana del pueblo”.
Año de la Misericordia
Por su parte, el Arzobispo insistió en que “esta casa es un signo permanente que queda en Alzira del Año de la Misericordia. Aquí la gente se sentirá acogida y escuchada, se enseñará al que no sabe y se ayudará a muchos”.
El cardenal Cañizares también subrayó que “la caridad está por encima de todo. Si no hay caridad, no hay evangelización porque es una verificación de que lo que se ha anunciado es verdad, y éste va a ser un hogar abierto a todos los necesitados”.
La tarde concluyó con una visita al edificio y un pequeño refrigerio para todos los asistentes.

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