Una joven madre cruza la frontera de Siria y se convierte en refugiada. Lleva a su hijo de un mes, llamado Hamid, en brazos. “Desde que nació ha habido bombardeos sin parar todos los días”, dice. Fotografía de la Sección de Migrantes y Refugiados de la Santa Sede (ACNUR / S. Rich)

EVA ALCAYDE | 23.09.2020


Bajo el lema ‘Como Jesucristo, obligados a huir’, este domingo, día 27 de septiembre, se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año llega a su 106ª edición.


El fenómeno de los refugiados va en aumento desde 2004 cuando la guerra de Irak, y Valencia, como otros lugares de occidente, los está recibiendo en número de miles. En el último año. 30.000 migrantes fueron atendidos por Cáritas Diocesana de Valencia.


Debido a las circunstancias sanitarias especiales por la pandemia del coronavirus, este año no tendrá lugar una celebración diocesana conjunta como en años anteriores, según ha confirmado el delegado diocesano de migraciones, Olbier Hernández, que ha hecho un llamamiento a las parroquias para que celebren esta jornada en cada una de sus comunidades.
“Desde la delegación de Migraciones hemos remitido a las parroquias todo el material de la jornada para que cada comunidad, según su realidad, pueda celebrar esta jornada”, explica el sacerdote que recuerda que “es un momento propicio para sensibilizar sobre el drama de las migraciones humanas, sujetas a todo tipo de peligros, vejaciones, torturas, trata de personas, rupturas familiares y muertes innecesarias”.


Aprovechando esta jornada mundial, el delegado de Migraciones del Arzobispado, quiere recordar que la de Valencia “es una diócesis pionera en acogida, una puerta abierta de entrada a quien necesita ayuda, como demuestra la gran variedad de comunidades por países y parroquias personales que hay instaladas en la diócesis”.


“Es una realidad mundial y en la diócesis de Valencia tenemos representantes de muchas nacionalidades, como chinos, africanos, filipinos, polacos, ucranianos o latinos que se han visto obligados a huir”, añade Hernández.


Mensaje del Papa
El lema escogido por el papa Francisco es ‘Como Jesucristo, obligados a huir’, y centra su mensaje en “el drama de los desplazados internos, situación que se ha agravado por la pandemia de la covid-19.


En su mensaje, se refiere a la huida a Egipto, cuando “el niño Jesús experimentó, junto con sus padres, la trágica condición de desplazado y refugiado”. “Lamentablemente -añade- en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad, que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna”.


En cuanto al trabajo pastoral, a los cuatro verbos que ya señaló el papa Francisco en su mensaje de 2018 (acoger, proteger, promover e integrar), ha añadido en este 2020 otras parejas de verbos, que se corresponden a acciones muy concretas, vinculadas entre sí en una relación de causa-efecto: “conocer para comprender”, “acercarse para servir”, “escuchar para reconciliarse”, “compartir para crecer”, “involucrar para promover”, “colaborar para construir”.


Con todas estas acciones el papa Francisco busca “garantizar la cooperación internacional, la solidaridad global y el compromiso local, sin dejar fuera a nadie” por que “la pandemia nos ha recordado que todos estamos en el mismo barco y nos ha demostrado, una vez más, que nadie se salva solo”, apunta.


Por su parte, la Conferencia Episcopal Española, a través de la Subcomisión Episcopal de Migraciones y movilidad humana, ha subrayado, que esta Jornada trata de “poner rostro a las personas vulnerables”.