El curso escolar ha terminado pero los alumnos de Sexto de Primaria del colegio diocesano San Roque de Alcoy con pueden estar orgullosos de haber llevado a cabo de forma exitosa el proyecto ‘Dame la mano’. Un proyecto de aprendizaje-servicio “que ha sido lanzado como un arpón en dirección a la mejora de la sociedad, en una toma de conciencia ejemplificadora que muestra una elevada participación integradora de todos sus participantes” en palabras de su creador, Paco Pascual. Este profesor de Primaria, galardonado en diversas ocasiones por su trabajo como docente, no duda en señalar que se trata de “un trabajo educativo que hará vivir al alumnado con dignidad y plenitud porque han sabido reconocer al prójimo y han buscado su bien”.

❐ BELÉN NAVA| 20.07.2023

“Quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien”. Con esta cita del papa Francisco sintetiza Paco Pascual Soler, maestro de Primaria del colegio diocesano San Roque de Alcoy el proyecto de Aprendizaje Servicio (ApS) que a lo largo de este pasado curso ha llevado a cabo con sus alumnos de Sexto.
“Si una cosa tengo clara después de veintitrés años trabajando por proyectos es que si son buenos, nunca se terminan, duran toda la vida y te pueden transformar como persona”, explica. Y este ha sido uno de ellos. Uno que ha transformado tanto a él, como a sus estudiantes y, por supuesto, a todos aquellos a los que el proyecto ha ayudado: mujeres inmigrantes; a sus familias en riesgo de exclusión social; al medio ambiente; a los mayores o a aquellas personas con necesidades especiales.
Con una enorme mochila cargada de ApS premiados, Paco admite que “nunca hubiera imaginado que lideraría a mi querida promoción de sexto de primaria en el que para mí sería el mejor proyecto de aprendizaje-servicio realizado durante mi carrera docente: Dame la mano”.

Programa ‘Mujer.Madre’ de Cáritas
El eje central del proyecto ha girado en torno del programa “Mujer.Madre” de Cáritas Alcoy, capitaneadas por Menchu y Miriam, que “persigue la inclusión social para mujeres vulnerables, procedentes de familias multiproblemáticas, remitidas por las acogidas de las diferentes Cáritas Parroquiales de la ciudad y por los Servicios Sociales Municipales. Mujeres con menores a su cargo, con un bajo nivel cultural, la mayoría sin estudios primarios, con escasas competencias laborales, pocas habilidades informáticas y escasos recursos económicos. Hablamos pues de unas personas privadas de un derecho tan básico como el de la maternidad positiva”, comenta Paco Pascual.
Para saber qué es lo que necesitan y en qué líneas debían trabajar con ellas se organizó una mesa redonda en el aula en la que las mujeres hablaron en primera persona de los problemas a los que se enfrentan día a día. “Hablaron del problema que supone la llegada a la ciudad ya que no saben qué hacer y carecen de toda información básica: hospital, centro de salud, Policía, Ayuntamiento, etc. También nos hablaron del problema de la familia, de las dificultades con la lengua, de la falta de cultura digital y del sentido de pertenencia”, puntualiza y prosigue afirmando que “descubrimos que el hecho de ser mujeres también supone un problema añadido para ellas porque tienen dificultades para encontrar trabajo. Hablamos también del problema de sus hijos, que en su mayoría presentan un retraso académico considerable. Finalmente conocimos las dificultades del aula de Cáritas en el que hace falta una inversión para mejorar su funcionamiento y conseguir una mayor implicación del ayuntamiento como entidad responsable del bienestar social”.
A partir de aquí, y con la mente puesta en cómo poder resolver algunos de esos problemas, se puso en marcha la “maquinaria” de ‘Dame la mano’.

‘Sabor entre culturas’
El proyecto de ApS arrancó con la iniciativa ‘Sabor entre culturas’, donde los alumnos de San Roque conocieron las diferentes costumbres de los países de origen de estas mujeres. “A continuación, diseñaron la hoja de ruta para iniciar su proceso de integración al mismo tiempo que las íbamos a ayudar a mejorar su nivel académico y personal”.
“Lo primero que hicimos fue organizar dos tertulias para trabajar dos cómics relacionados con la inmigración y los problemas que se encuentran al llegar al país de destino: ‘Nana africana’ y ‘Sin papeles no te puedo ayudar’. Fue muy emocionante descubrir que a nuestras amigas les había pasado lo mismo que a los protagonistas de las historias. Su testimonio nos tocó el alma e hizo despertar en nosotros esa compasión empática que siempre se convierte en ayuda”, recuerda el docente.
Paralelamente a estas tertulias, se organizaron varios talleres dentro de clase: el taller de informática en el cual las mujeres aprendieron a mandar un e-mail, subir archivos a la nube o navegar por la web del Ayuntamiento. El taller de apoyo académico para aprender valenciano, castellano, sumar, restar, manejar euros y jugar a juegos de mesa. El taller de las plantas medicinales, dirigido por Ferran Albors, les permitió conocer las plantas aromáticas de la Sierra de Mariola y sus propiedades. Allí aprendieron a realizar jabón de glicerina.

Una aplicación de móvil
Conforme los alumnos y las mujeres del proyecto de Cáritas se iban conociendo, comenzaban a despejarse incógnitas con respecto a sus necesidades más acuciantes.
“Al detectar las dificultades que los inmigrantes encuentran a su llegada, decidimos diseñar una aplicación para el móvil con la información más básica para facilitarles su incorporación e integración. Se detallaban teléfonos de interés como los del ayuntamiento, ambulatorios, hospital, policía, servicios sociales, etc. Y con un videojuego educativo integrado donde los hijos de los recién llegados pudiesen entretenerse y aprender las asignaturas más básicas. La APP costó 900€ y la financiación corrió a cargo de los amigos de la Fundación Mutua de Levante”.

Refuerzo escolar
Como actividad complementaria y fuera del horario escolar, desde el mes de enero hasta junio y con una previsión de asistencia semanal hasta final de curso, el alumnado acudió todos los martes y miércoles de 17 a 19 horas al aula de Cáritas para prestar un servicio escolar a los hijos de las mujeres con serios problemas escolares, sobre todo en lengua valenciana. “Resulta esperanzador ver cómo el alumnado dejaba de ir a sus propias actividades extraescolares para ir a ayudar de manera voluntaria y real a estas personas con tantas necesidades. Este servicio prestado sumó un total de 84 horas de clases particulares”, indica este alcoyano elegido como segundo mejor maestro de España, por parte del jurado de los Premios Educa Abanca.
Paco reconoce que de esta manera “aliviamos el problema de las relaciones con la gente y la integración en la ciudad con invitaciones a nuestras casas particulares durante los fines de semana del mes de febrero. Estos encuentros nos permitieron descubrir y conocer, un poco más si cabe, la vida de estas personas y la de sus familias. Demoledora fue la frase de Drizadole cuando le dijo a una familia: Muchas gracias por invitarnos, durante tres años que llevamos en Alcoy, jamás nadie nos ha invitado a nada”. Y es que, tal y como relata, “en este proyecto hemos descubierto que hay algo más terrible que sentirse apartado de la sociedad y es ser invisible a los ojos de los demás”.
Por otro lado, con el objetivo de que las chicas conocieran mejor la ciudad y se sintieran parte de la misma, organizaron una ruta por sus calles para conocer cómo la Guerra Civil española afectó a la ciudad, que fue bombardeada en siete ocasiones. El alumnado fue el guía de las que ya consideraban amigas caminando más de 7 km. por las calles históricas alcoyanas.
Concluía así, la primera parte del proyecto en el que el objetivo era integrar en la sociedad a estas mujeres y sus familias.

Segunda parte: integración y servicio
“Decidimos cogernos de la mano, de ahí el nombre del proyecto, para iniciar la segunda parte de Dame la mano: prestar servicios a causas tan importantes como la lucha contra el cáncer, la ayuda a la naturaleza, dar a conocer a la ciudad las costumbres culinarias de los diferentes países, acompañar a los alumnos de un centro de educación especial, pasar tiempo con los ancianos de una residencia y apoyar a las personas con trastornos de adicciones de un centro de día”, resume Paco..
De esta manera se cubría un un doble objetivo: por un lado mostrar la integración total de estas chicas en la sociedad alcoyana mediante actos donde han sido ellas mismas las protagonistas absolutas, y por otro lado prestar un servicio social y humano a diferentes causas que lo necesitan.